Balance de la semana santa

"Si no tomábamos estas medidas, nos cargábamos la Semana Santa"

  • El Ayuntamiento y el Gobierno central se felicitan por el éxito del dispositivo de seguridad con zonas valladas, que será el modelo a seguir en años venideros.

Era un día para sacar pecho. La Semana Santa de 2016 fue la más tranquila de los últimos años, en parte gracias al fuerte despliegue policial y a la instalación de vallas para acotar zonas en 17 puntos conflictivos de la ciudad. Un plan muy restrictivo que nació de los excesos de otros años, pero que se antoja ya como el modelo a seguir. Habrá que pulirlo, claro, y quizás reducir la distancia entre las vallas y los pasos, pero los resultados dan la razón a quienes lo pusieron en marcha. Menos incidentes, menos retrasos en los horarios, más facilidad para evacuar a las personas que así lo necesitaron -una de ellas con un infarto en mitad de la calle Sierpes- y hasta menos basura recogida que otros años. 

Por eso ayer se citaron en el Círculo Mercantil, que ha sido la sede del Cecop durante la Semana Santa, todas las personas que han participado con cierta responsabilidad en el dispositivo de seguridad. Un plan en el que, por primera vez en muchos años, Ayuntamiento y Gobierno central han ido de la mano pese a estar gobernados por distintos partidos políticos. La buena relación entre los dirigentes políticos se ha trasladado también a la calle, en la que se ha visto algo poco usual: policías locales y nacionales trabajando codo con codo, sin las rencillas y celos que otrora han existido entre ambos cuerpos de seguridad.

 

De ahí que el plan diseñado por el director del Cecop, Rafael Pérez, sea motivo de orgullo para Ayuntamiento y Estado. El delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Carlos Cabrera, defendió la acotación de zonas y ya avanzó que se mantendrá en el futuro. "Si no tomábamos estas medidas, nos cargábamos la Semana Santa", llegó a decir ayer, durante la rueda de prensa de balance del dispositivo de seguridad. "Ha sido un plan espectacular", añadió Cabrera, que recordó que las vías de evacuación estuvieron expeditas en todo momento, dotando de fluidez tanto el acceso y la salida de personas como al discurrir de las cofradías. "Las calles adyacentes han estado libres para los vehículos de emergencia. Esto nos permitió evacuar a una persona infartada -un nazareno de las Cigarreras- de la calle Sierpes, saliendo del centro sin ningún problema por la Puerta de Jerez".

 

El delegado admitió que quedan algunos aspectos que mejorar, y citó el caso del rebaje en el acceso de las cofradías a la Campana. También explicó que el plan se ha ido ajustando durante la propia Semana Santa y que no sólo ha consistido en incrementar la presencia policial y acotar zonas con valles. Hubo retirada de veladores en algunas zonas durante el paso de las hermandades, cierre de bares y cumplimiento de horarios en la venta de alcohol. "Hemos obtenido un mayor recogimiento en el paso de las cofradías, que han contribuido con un cumplimiento de los horarios, algo que ha sido esencial". El delegado asumió las críticas  generadas por el aforamiento de determinadas calles. "Sevilla es una ciudad muy tradicional y cuando se cambia algo, sabemos que vamos a generar críticas, pero era una intervención necesaria".

 

Igual de pletórica estaba la subdelegada del Gobierno, Felisa Panadero. "Me ha parado gente por la calle para darme las gracias, gente anónima, que no me conocía de nada. '¡Felisa, qué bien pasó la Hiniesta el Domingo de Ramos!', me han llegado a decir", explicó la subdelegada, en referencia a una de las cofradías que más sufrió la bulla en 2015, cuando apenas pudo pasar por la Cuesta del Rosario y la plaza del Pan. "Sólo con el hecho de que se haya podido salvar una vida, ya merece la pena todo este plan de seguridad. Nos jugábamos mucho y hemos demostrado que estamos muy unidos, que nos hemos unido las instituciones y tenemos un concepto de servicio público".

 

Igual de satisfecho se mostró el presidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrellier, quien calificó la Semana Santa de 2016 de "sobresaliente". Para el representante de las hermandades, el éxito del plan de seguridad es que estaba diseñado y ejecutado por cofrades, "por personas que sabían de lo que hablaban y nos entendían cuando les trasládabamos cualquier inquietud". Bourrellier señaló que las cofradías "por fin" se han sentido con una seguridad plena y explicó que su principal preocupación eran los niños, que "podían verse arrastrados por la bulla". 

 

Antes de la Semana Santa, la jornada más conflictiva era la Madrugada, sobre cuya reforma existía un debate que se prolongaba ya durante años. Para el presidente del Consejo, tras el brillante desarrolo de la Madrugada de 2016, la jornada sólo requiere de una "pequeña reforma, un pequeño retoque que podría hacerse perfectamente". Esa modificación pasa por que la cofradía del Calvario llegue a la ida a la Campana por el Museo y Alfonso XII. "El Museo nos ha descubierto un recorrido precioso y no tendría a la hermandad constreñida en O'Donnell. Que conste que es mi opinión particular como cofrade y no como presidente del Consejo", concluyó Bourrellier.

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