DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Sevilla

Resistencia junto al arquillo

  • Colorido y reivindicación en la marcha del 1 de Mayo de Sevilla, que partió de la Puerta de Jerez y acabó con las alocuciones de los líderes sindicales junto al Ayuntamiento.

DOS furgonetas abrían la manifestación que partió de la Puerta de Jerez a la Plaza Nueva. La Ford Transit llevaba una bandera de Comisiones; la Fiat Ducato, de la UGT. Junto al arquillo del Ayuntamiento, con música del grupo Skape cantando Resistencia, se improvisó un escenario desde el que hablaron los líderes provinciales de las dos centrales.

De los casi ochenta mil cotizantes con que cuentan ambos sindicatos, participarían unos tres mil en esta fiesta del Día del Trabajo."¿Dónde está la gente, con un cuarenta por ciento de los jóvenes de Sevilla en paro?", se preguntaba una ugetista con 39 años de militancia. "Ellos van a votar todos y los nuestros se quedan en casa y más en junio, que se irán a la playa, como han hecho hoy".

Hoy faltan 55 días para las elecciones del 26 de junio, como la película pequinesa de Samuel Fuller. La cita electoral está presente en el ánimo de los manifestantes. "Los políticos se tienen que poner las pilas y la patronal dejar de hacer política", diría antes de iniciar la marcha Juan Bautista Ginés (Sevilla, 1957), secretario provincial de UGT. Alfonso Vidán (Badajoz, 1954), su homónimo en Comisiones, cree que "están tapando las cifras del paro con salarios de miseria".

Los datos de los sindicalistas son dramáticos: 275.000 parados en Sevilla, cien mil hogares con todas las familias en paro, un salario medio de 4.500 euros al año. "Las estadísticas dicen cada tres meses que la cosa va a mejor, pero no tiene nada que ver con la realidad", comenta Ginés.

Después de la canción de Skape, sonaron el himno de Andalucía y La Internacional. Al frente de la comitiva, una joven con un perro beagle llamado Gala, como el dueño de Troylo, con una pegatina de Comisiones. La marcha acabó junto al Ayuntamiento. Se vio a antiguos concejales socialistas: Fermín Caballero, Francisco Moreno, Blas Ballesteros. "Antes la militancia en el PSOE y la UGT era automática", dice Moreno, "a partir del 28 Congreso se consagró la libertad sindical".

Los veladores hacían las veces de palquillo de esta carrera oficial de la indignación. Tuvieron palabras de solidaridad con los refugiados, con las víctimas del terremoto de Ecuador, "que han perdido su vida, su hogar y su empleo". Ginés citó datos de Cáritas para contrarrestar el optimismo de los datos oficiales.

Los líderes regionales acudieron a la manifestación en Córdoba. El secretario de Comisiones de Sevilla se dedica a la docencia, profesor de Secundaria en el IES Julio Verne. El de UGT es personal laboral del Ministerio de Defensa. Ninguno de sus hijos milita en los sindicatos que comandan sus padres. El de Vidán es autónomo; el de Ginés, guardia civil. "Mi hija sí está en UGT".

Junto al Archivo de Indias, se veía una bandera roja en la Avenida de la Constitución: la de Turquía en el Consulado Honorario de ese país, encima del Starbucks. Por la avenida pasó minutos antes el periodista Jesús Quintero, de San Juan del Puerto, lugar de nacimiento de Fátima Báñez, ministra de Empleo. Todas las críticas se centraron en Rajoy y un grupo de jóvenes más radicales hicieron extensivos sus gritos contra el PP y el PSOE.

Ginés felicitó a todas las madres en su día y Vidán destacó la presencia del Partido Feminista. El primero tuvo palabras de aliento para algunos colectivos: las camareras de piso, la gente que vive del cangrejo rojo en Isla Mayor, Abengoa, el problema con el amianto de los que trabajan en el teatro de la Maestranza.

Sobre el número de manifestantes, José Julio Ruiz, fotógrafo, documentalista del Archivo de Comisiones, los mide por "colas de embarque de Vueling". Callaron los discursos y en la Feria del Libro el joven poeta Toni Grimaldi, 19 años, presentaba el libro El silencio se hizo cuando sus labios se encontraron. El sector más radical, morado, anticapitalista y cegetero cogió por Trajano hasta la Alameda y el Pumarejo, San Luis Alexanderplatz. Cerraba su marcha un efectivo policial, con tres agentes a pie como diputados de tramo. Los únicos que realmente estaban trabajando.

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