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Sevilla

Más universitarios becados pero más pobres

  • Más de 20.400 universitarios cuentan con la beca de Educación, un 2% más que en el curso anterior, pero la cuantía que reciben es menor.

Uno de cada cuatro universitarios estudia gracias a la beca del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD). La tendencia iniciada en 2012 se mantiene: hay más beneficiarios con becas estatales pero la cuantía que reciben es menor y las condiciones económicas de estos estudiantes también han disminuido.

Las dos universidades públicas sevillanas -la Hispalense y la Pablo de Olavide- suman 20.409 beneficiarios de la beca de carácter general del Ministerio de Educación, un 2% más de jóvenes con respecto al año pasado. Los datos son provisionales, ya que aún no se han resuelto todas las incidencias presentadas por los solicitantes, por lo que esta cifra puede aumentar. No obstante, estos datos ya suponen un récord en el número de ayudas aprobadas por el Gobierno desde que en 2012 se modifican los requisitos académicos para acceder a estas ayudas.

La Universidad de Sevilla, con unos 66.000 matriculados en grados y posgrados, es la institución con más becados, 16.687. Éstos representan el 60,5% del total de solicitantes, dos puntos porcentuales más que el pasado curso. La Pablo de Olavide, por su parte, cuenta con 3.722 beneficiarios, hasta un 7,8% más que en el periodo 2014-2015.

Este incremento no se ha reflejado del mismo modo en la partida presupuestaria, que ha ido cayendo desde hace cinco años. "La clave está en la cuantía media que recibe cada estudiante, que ha bajado de manera considerable", apunta Antonio Herrera González de Molina, vicerrector de Estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide. En el caso de la Olavide, el montante total se ha reducido unos 300.000 euros en un año, recibiendo este curso 9.298.154,78 euros, según datos facilitados por la institución académica.

En la Hispalense, desde el curso 2011-2012, cuando el Gobierno central cambió los parámetros para acceder a las becas del MECD, la partida presupuestaria ha descendido desde los 58,44 millones de euros del curso 2011-2012 a los 46,05 millones de 2014-2015. Según fuentes de la Hispalense, aún se desconoce la cuantía total de la convocatoria de este año pese a que apenas quedan dos meses para que finalicen las clases.

Hasta el curso 2011-2012, los universitarios que estudiaban fuera del domicilio y procedían de familias con escasos recursos podían optar a ayudas por movilidad por un importe máximo de 3.000 euros y por renta (también por un máximo de 3.000 euros). Ahora, el nuevo sistema comprende una parte fija y otra variable. La cuantía fija está ligada a la renta y a la necesidad del estudiante de cambiar de residencia para acudir a la universidad. Los alumnos que cumplan los requisitos académicos (entre un 65% y un 90% de los créditos aprobados, según la carrera, y entre un 6 y un 6,5 de media) y económicos (ingresos globales entre 36.500 y 14.000 euros para una familia de cuatro miembros, según el tipo de beca) podrán lograr por cada uno de estos conceptos una ayuda de 1.500 euros.

La cuantía variable se establece una vez asignados los importes fijos. El dinero sobrante se distribuye entre los alumnos de enseñanzas medias y universidad según la renta familiar, la nota media del solicitante, la nota media de los becarios que acceden a estas ayudas por área de conocimiento y el número total de beneficiarios.

"No tenemos datos concretos, pero desde la Olavide percibimos que cada vez hay más estudiantes y familias con problemas económicos", apunta el vicerrector de Estudiantes de la UPO. "No sé si el nuevo modelo de beca, cuyos requisitos están más asociados al rendimiento académico que a la renta de la unidad familiar, está dando resultado. Yo creo que no", opina Herrera. "En muchos casos la disminución del rendimiento académico está relacionada con una caída de la renta, ya que en algunos casos, por ejemplo, el alumno se ve obligado a trabajar a la vez que estudia. Es la pescadilla que se muerde la cola y creo que el nuevo sistema no hace más que alimentar este círculo vicioso".

Según los últimos datos de la convocatoria del Ministerio de Educación, a 6.061 alumnos de la Universidad de Sevilla le han aprobado una ayuda de 1.500 euros porque la renta anual de la unidad familiar no supera el umbral situado en 13.909 euros en el caso de una familia de cuatro miembros (la cantidad varía según el número de miembros de la unidad familiar). Se trata de más del 36% de total de becados este año. En el caso de la Olavide, son 1.235 estudiantes, el 33% de aquellos que este curso se han beneficiado de la beca del Gobierno.

Con respecto a la ayuda de cuantía fija ligada a la residencia -que contempla una ayuda también de 1.500 euros para aquellos alumnos cuya renta familiar no supere los 36.421 euros al año en el caso de una familia de cuatro miembros-, los beneficiarios de la Hispalense ascienden a 5.282 de momento, 159 más que el año pasado. La Pablo de Olavide, por su parte, registra 1.064 estudiantes, 109 más que el curso anterior. Estos datos reflejan el deterioro de la economía familiar de los universitarios.

A esta frágil situación se suman los retrasos a la hora de recibir el dinero. "La Administración responde tarde a las becas y, en muchas ocasiones, una vez finalizado el curso. Es la propia universidad la que tiene que sopesar si cancelar la matrícula del alumno o permitirle no pagar hasta que reciba la beca. En este caso son las propias universidades las que asumen el pago, adelantando el dinero", comenta Antonio Herrera, vicerrector de la UPO. "Es un problema común sobre el que debemos reflexionar".

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