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La UPO incrementa un 84% el presupuesto de ayudas sociales

  • Más de 10.000 estudiantes de la Hispalense solicitan ayudas propias de esta universidad, un 60% más que el año anterior

En los últimos años, las universidades públicas se han visto obligadas a aumentar su fondo social para ayudar a aquellos estudiantes con problemas económicos sobrevenidos, la mayoría de los casos por motivo de orfandad, la pérdida de empleo por parte de algún miembro de la unidad familiar o problemas familiares, como un divorcio. "El equipo de gobierno de la UPO se ha propuesto que ningún alumno abandone sus estudios por motivos económicos. Esto nos ha llevado a incrementar un 84% la partida presupuestaria de ayudas sociales propias en un año, un gran esfuerzo para una universidad pequeña como la Olavide", apostilla Antonio Herrera, vicerrector de Estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide (UPO).

El curso pasado se presentaron en la UPO 1.680 solicitudes para las 21 convocatorias que presentó la Olavide entre las becas de formación, las ayudas al servicio de idiomas, las ayudas al estudio de carácter general cofinanciadas con la Junta de Andalucía, el Fondo de Solidaridad y los bonos de comedor. El presupuesto fue de 372.883,92 euros y finalmente se beneficiaron 857 alumnos.

Este año, hasta la fecha, sólo se han convocado 11 de las 21 convocatorias aprobadas y se han concedido 317 ayudas. Desde la UPO aclaran que los datos del curso 2015-2016 son provisionales, ya que aún no se han resuelto todas las convocatorias. Faltan las de mayor peso, las ayudas cofinanciadas con la Junta de Andalucía (que se aprueban unas vez resueltas las del Ministerio de Educación para evitar duplicidades) y las llamadas Ayudas Sociales-Fondo de Solidaridad. Desde la institución académica prevén para ambas "un número de solicitudes superior al del curso pasado".

"Hemos aumentado la partida de las becas de comedor este año, hasta llegar a los 13.000 euros, al igual que las Ayudas Sociales-Fondo de Solidaridad, que cuenta con un presupuesto superior a los 70.000 euros", apunta Herrera. De este último incentivo se beneficiaron el pasado curso 29 estudiantes.

Para acceder a estas subvenciones, el alumno no puede ser beneficiario de la beca del Ministerio de Educación, que se basa en la declaración de la renta familiar del año anterior. El vicerrector explica que la gran "avalancha" de solicitudes se producirá en las próximas semanas. "Es a final de curso, cuando llega la fecha del último pago fraccionado de la matrícula, cuando los alumnos se dan cuenta que no pueden hacer frente a él y se ven en una situación de impago, con la espada de Damocles encima", apunta Herrera. "Hay casos que se nos escapan y los alumnos abandonan sus estudios porque se ven obligados a ponerse a trabajar, pero desde la Universidad intentamos ayudar a todos aquellos que muestre interés en continuar sus estudios".

En el caso de la Universidad de Sevilla, 10.003 alumnos han participado en la convocatoria de ayudas para el estudio propias de la Universidad de Sevilla (matrícula, residencia, desplazamiento y material), lo que supone un 60,7% más de solicitudes que el curso pasado. Finalmente se han aprobado 2.322 ayudas, 200 más que el curso 2014-2015, aunque el presupuesto se ha mantenido en 1.067.756 euros, según confirman desde la Hispalense.

Las ayudas sociales extraordinarias, destinadas a estudiantes que tienen una disminución drástica de ingresos como consecuencia de una situación sobrevenida y que no cumplen los requisitos académicos para tener derecho a otras ayudas públicas, cuentan con un presupuesto de 158.760 euros. El plazo de presentación de solicitudes finalizó el 19 abril y aún no se ha resuelto la convocatoria, aunque el año pasado se concedieron 141 ayudas de este tipo.

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