Un accidente de tráfico dejó a Marisa Ruiz durante seis meses en silla de ruedas. Con 39 años y dos hijas menores de edad a su cargo, esta sevillana perdió su trabajo fijo como limpiadora. "Tienes que volver a empezar", manifestaba ayer visiblemente emocionada en la Fundación Cajasol. Hoy padece una incapacidad total permanente, pero a través de la Fundación Randstad consiguió un nuevo empleo en una gran superficie comercial.

Esta organización, junto con la Fundación Atresmedia, presentó ayer un informe sobre la situación actual de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral desde el punto de vista de las personas con discapacidad y el de las empresas que contratan. Según este estudio -titulado Jóvenes, discapacidad y empleo. Una radiografía para la reflexión y la acción-, los jóvenes como Marisa Ruiz sólo representan el 10% de los trabajadores con discapacidad presentes en las empresas.

El grado de inserción de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral es menor que el del conjunto de este colectivo. Sólo el 29% de los menores de 30 años tienen un puesto de trabajo, frente al 35% del total de personas discapacitadas. Además, el 59% de los jóvenes trabajaron en el pasado (frente al 62% del total). Este estudio también revela que el 74% de los jóvenes que no trabajan buscan activamente empleo y el 28% se forma.

Pese a los bajos datos sobre su insercción laboral, el informe elaborado señala, no obstante, que estos trabajadores están "adecuadamente preparados, generan buen ambiente y están muy bien valorados por sus compañeros y por las empresas que los han contratado". El director de Randstad Research y autor del estudio, Valentín Bote, explicó ayer durante la presentación en la Fundación Cajasol que "conocer las necesidades, cualidades y expectativas de los jóvenes con discapacidad a la hora de buscar empleo es básico para poder asegurar su inserción laboral".

"En general, observamos que las compañías carecen de políticas específicas para su contratación y todavía se observa un desajuste entre los perfiles que solicitan las compañías y el talento que encuentran", añadió. En este sentido, la radiografía realizada pone de manifiesto que el 54% de las 360 empresas encuentadas en los meses de septiembre y octubre de 2015 tuvieron dificultades para encontrar a profesionales con discapacidad con experiencia o formados de forma adecuada para los puestos que querían cubrir. Pero, una vez elegidos, los problemas de apadtapción fueron pocos frecuentes: sólo en un 10% de los casos hubo problemas de adaptación al puesto.

La coordinadora de Proyectos de Normalización de la Discapacidad de la Fundación Atresmedia, Gracia de Miguel, por su parte, destacó que para llegar a normalizar la presencia de este colectivo en todos los ámbitos y salvar las barreras que encuentran para su inserción laboral es imprescindible "empezar por sensibilizar a todos los agentes implicados y a la sociedad en su conjunto". En el acto de presentación también participaron Daniela Macías, de Clece Andalucía; y Miguel Presencio, de la dirección general de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía.

Los datos recogidos confirman que los jóvenes menores de 30 años, estando profesionalmente cualificados, cuentan con relaciones laborales menos estables y salarios más bajos, incluso si la comparación se hace con el colectivo de personas con discapacidad. La falta de experiencia combinada con la escasez de oportunidades laborales dificulta de manera especial su incorporación al mundo laboral. Además, una vez dentro de sus empresas, también tienen mayores dificultades para su desarrollo profesional. A esto se suma que uno de cada cinco jóvenes con discapacidad se muestra claramente insatisfecho con su empleo.

El informe también revela que, en la actualidad, el 56% de las empresas manifiestan interés en contratar a personas con discapacidad, pese a tener dificultades para encontrar los perfiles adecuados y carecer de políticas específicas de contratación de personas con discapacidad. Las empresas de mayor tamaño (250 trabajadores o más) son las que cuentan en mayor medida con personas con discapacidad en sus plantillas, seguidas de las compañías con más de mil empleados.