Mesura es la palabra que mejor resume la primera puesta en escena del equipo de gobierno del socialista Juan Espadas en la procesión del Corpus Christi. Hubo menos saludos y aplausos entre los ediles y el público a lo largo del recorrido. El número de concejales se redujo tras la fórmula utilizada por el alcalde para garantizarse una mayoría absoluta en el cortejo. Y se suprimió la procesión civil, que tiene lugar en los momentos previos a la celebración religiosa cuando el cortejo de la corporación municipal marcha desde el andén del Ayuntamiento a la Catedral (y viceversa) a los sones del pasodoble No&Do interpretado por la banda municipal.

Los concejales se citaron en la Puerta del Perdón antes de presenciar la misa en el altar del jubileo presidida por el arzobispo Juan José Asenjo y el tradicional baile de los seises ante la Custodia que labrara Juan de Arfe. Se recuperó una tradición que se perdió hace un año. La entrega del alcalde a los seises del denario con el que la Corporación municipal recuerda el donativo que se daba antiguamente a los niños que bailan ante el Santísimo. Juan Ignacio Zoido no pudo hacerlo por expreso deseo del Cabildo, que consideró que no era oportuno, ya que el Ayuntamiento no contribuía con esa costumbre desde hace varios años. Espadas sí depositó el doblón en el sombrero de uno de los niños.

Las ovaciones de 2011 se han convertido ahora en minoritarias, casi ausentes, tanto para Zoido como para Espadas. El aplauso fervoroso y devocional del público se lo lleva la Legión. Relatan los que estuvieron presentes en la procesión hace cinco años que Zoido se convirtió en el auténtico protagonista al recibir a su paso vítores y aclamaciones sólo unos días después de lograr la Alcaldía para el Partido Popular con una aplastante mayoría absoluta. "Lo de hoy no tiene absolutamente nada que ver con el primer año de Juan Ignacio", comenta una mujer que observaba el desfile en la calle Sierpes esquina con Sagasta.

La mayoría de los saludos fueron para el ex alcalde popular, que dedicó buena parte de la procesión religiosa a estrechar las manos y responder a los abrazos que le daban los ciudadanos seguidores. Espadas también recibió saludos, aunque menos y no tan efusivos. El primero de ellos lo recibió del periodista Carlos Herrera justo después de pasar la segunda portada colocada en la Plaza de San Francisco. Ya llevaba el alcalde un buen rato paseando.

"¿Se habrá picado el nuevo alcalde con los aplausos a Zoido?". Era la pregunta que le hacía una joven a su abuela cuando la comitiva llegaba a Sierpes con Cerrajería. Segundos antes tres señoras aplaudieron con todas sus fuerzas a Zoido, mientras que Espadas recibió silencio. Fue una estampa que se repitió una y otra vez a lo largo de las dos horas de recorrido. Una de las frases más usadas por el público: "¿Ese es el alcalde nuevo?". Y, por supuesto, los hubo que aplaudieron a uno y a otro. Palmas políticamente correctas.

No se oyeron gritos fuera de tono hacia los distintos miembros de la corporación municipal, que cerraban el desfile tras la Custodia y el arzobispo. Zoido caminaba a la misma altura que Gregorio Serrano, varios metros delante de Espadas, que iba a la par con la primera teniente de alcalde, Carmen Castreño, y el concejal de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabreras. El alcalde intercambió con ambos comentarios relajados en varios puntos del camino. Entre los espontáneos no faltó un joven que se atrevió a aconsejar al primer edil: "Espadas, vas muy bien de momento, sigue por el mismo camino".

Atrás quedaron las procesiones formadas por veinte o más concejales. La fórmula escogida este año fue de mutuo acuerdo entre los grupos políticos: alcalde, dos miembros de su gobierno y cinco concejales por cada grupo político. Los socialistas no agotaron la plazas. Acudieron Espadas, Castreño, Cabreras, David Guevara, Clara Isabel Macias e Inmaculada Acevedo. Pleno en los populares. Zoido, Serrano, Curro Pérez, Ignacio Flores y Amidea Navarro. De las filas de Ciudadanos debutaron Javier Millán y Francisco Moraga. Participa Sevilla formó parte de la tradición de Izquierda Unida. También se ausentaron al completo. De la Administración provincial asistieron siete diputados. También se adaptó el número de miembros de la Policía Local de gala. El gobierno municipal sostiene que sólo se trata de "dimensionar" la presencia municipal en actos religiosos, reduciendo el "protagonismo" de la corporación para otorgarlo al acto que se está celebrando, en este caso la festividad del Corpus.

Preguntado después de finalizar el recorrido, Espadas destacó que su percepción fue que hubo bastante gente gracias al tiempo suave y la procesión se llevó a cabo con el mayor recogimiento de los últimos años, "frente a la falta de respeto que se ha podido ir algunas veces de la mano". Su sensación fue compartida por monseñor Asenjo, que le dio las gracias por el apoyo del Consistorio para realizar la celebración religiosa.