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Los 'murillos' regresan a Santa María la Blanca

  • La rehabilitación integral se ha completado con las reproducciones de dos cuadros robados por los franceses

Como imaginó Justino de Neve y describió de manera magistral Torres Farfán. La iglesia de Santa María la Blanca luce de nuevo los murillos expoliados por el mariscal Soult durante la invasión francesa. Al menos, dos copias de excelente calidad que completan el discurso iconográfico del majestuoso templo barroco de la Judería. La iglesia fue intervenida durante el pasado año para devolverle el esplendor a las yeserías y pinturas murales y ahora ese gran trabajo llevado a cabo por la empresa especializada Ágora, y todo un equipo multidisciplinar, se completa con la colocación de las copias de dos de los cuadros robados por los franceses: El Triunfo dela Inmaculada Concepción y El Triunfo de la Eucaristía.

La restauración integral del templo había puesto de manifiesto el vacío por la ausencia de los lienzos de Murillo situados en las cabeceras de las naves del Evangelio y la Epístola junto a sus grandes marcos barrocos. Los responsables de la intervención constataron la necesidad de abordar estas faltas para que el discurso iconográfico se leyera correctamente. Desde el Arzobispado así lo entendieron también. Para ello, se han reproducido los dos cuadros de manera digital con todo detalle y una calidad excepcional sobre un lienzo que se ha montado en un bastidor de madera. Para la reconstrucción de los grandes marcos se ha escaneado la moldura que se conservaba y se ha reproducido digitalmente en 3D en su totalidad. El marco se ha fabricado en polispán con un recubrimiento de fibra de vidrio acrílico. Posteriormente, se ha policromado (bol rojo) y se ha integrado en el espacio arquitectónico. El resultado salta a la vista y devuelve la visión original que del conjunto barroco tenía el cronista Torres Farfán o la "apoteosis visual" descrita por el catedrático de Arte Emilio Gómez Piñol.

La iglesia de Santa María la Blanca fue renovada en el siglo XVII a instancias del canónigo Justino de Neve. Su gran amigo Murillo fue el diseñador del programa decorativo e iconográfico. El gran maestro barroco realizó las cuatro pinturas situadas en la nave central y en la cabecera de las dos laterales, además de La Última Cena, encargo de la Hermandad Sacramental que sí se conserva. Los otros cuatro fueron robados por los franceses. De El sueño del patricio Juan y El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio, que se exhiben ahora en El Prado, ya existían dos copias. Los originales que se han reproducido figuran en el Louvre y en la colección de Lord Faringdon de Buscot Park (Reino Unido).

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