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El 'brexit' de los sevillanos

  • Consulta. Llega el otoño, primavera de las antípodas, con la consulta sobre la ampliación de una Feria que se ve como un bosque deshabitado, ciudad de espectros en un real vacío.

EL único tubo que se ve desde Asunción es el pilote del puente del Quinto Centenario. Da vueltas, muy lentamente, la noria que está delante del edificio Elcano, una de las obras cumbres de Galnares Sagastizábal. Hace unos años, no muchos, si a alguien se le cuenta que el mismo día que Sevilla y Betis se enfrentaban en el enésimo derbi, los habitantes de la ciudad participarían en un referéndum para adelantar -y ampliar un día- el comienzo de la Feria, habrían pensado que era una nueva ocurrencia del Rancio Sevillano, el autor local que más libros vende después de José María de Mena, para darle trabajo a sus investigadores Jiménez y Villanueva.

"Mi hija, que vive donde vivía la Pantoja, justo frente al real, votará que no, y mis nietas, que tienen 17 y 16 años, pues votarán que sí", dice con cierta resignación Juan Mora, vecino de Los Remedios, concejal del Ayuntamiento de Sevilla en la segunda corporación, la que presidía el alcalde con menos sevillanas en su currículum artístico. Juan Mora comparte un desayuno familiar en la cafetería Asunción, un buen observatorio para el referéndum.

Llega el otoño con esta consulta primaveral. Primavera y Otoño in Green, reza un cartel con un programa de conciertos de flamenco, rock, jazz, funky. El último, el próximo viernes, será de rap. La no-portada es tan imaginaria como la portada. Se ve al fondo la fronda vegetal de Tablada. Como si hubiera quedado con unos amigos en Antonio Bienvenida, camina junto a la portada Angelines Rodríguez de Pineda. "A mí me da igual el referéndum, porque la Feria me vuelve loca y voy a venir salga lo que salga". Tiene muchas ferias en el currículum. "Mi madre se compró un piso en el América Palace, un hotel que hicieron para la Exposición del 29 que estaba frente a la Feria del Prado". La madre de Angelines se trasladó a Los Remedios. "Venía a cuidarla, porque vivía en el Edificio Presidente, frente a la portada de Feria". Con el tiempo se alejó del bullicio y ahora vive en Gines. Madre de cinco hijos "feriantes y rocieros", abuela de once nietos, ya se ha comprado dos trajes para la Feria 2017, la del centenario de la revolución rusa. "Los compré en la tienda de ropa panambi que tiene una de mis hijas para niñas que no visten de gitana y quieren ir guapas a la Feria". ¿Qué hace en la portada? "Voy a arreglarme la cara. Se casa una hija mía y tengo que ir guapa". Angelines nació en 1947, el mismo año que Evita Perón visitó la Feria del Prado y se casó la duquesa de Alba.

Carmen Moreno (Játiva, 1962) es valenciana de cuna, estudió la carrera de Farmacia en Sevilla y aquí se quedó. "Mi farmacia está casi dentro del real. Hay otros dos colegas, pero ninguno está tan cerca de la portada". Piensa votar "pero todavía no tengo decidido mi voto, además me han dicho que está votando mucha gente y la plataforma informática está colapsada". Con caseta privada, en Feria abre todos los días, "aquí despacho más tiritas que aspirinas, sobre todo las chicas que vienen con las heridas en los pies por el calzado".

Su hijo Pepe tiene quince años y no podría participar en el referéndum. "No le gusta mucho la Feria". A la que le gusta es a su hija Paula, 27 años, pero está trabajando en Brighton, Inglaterra. Allí ha vivido el Brexit de los ingleses, pero se va a perder el de los sevillanos. "Ella sí habría votado". Pese a la cercanía del real, apenas el paso de cebra que separa el recinto de las viviendas, destaca la óptima convivencia con la fiesta. "La gente viene para disfrutar y pasárselo bien. En los diez años que llevamos aquí nunca hemos tenido ningún problema, creo que eso es muy importante y muy bonito".

El Edificio Presidente ocupa los números 82 y 84 de la calle Asunción y el número 2 de Flota de Indias. Se construyó en tiempos del presidente andaluz José Rodríguez de la Borbolla, el más feriante de todos. El número 82 evoca el triunfo aplastante de Felipe González en las elecciones generales de octubre de 1982. Los anteriores comicios los había ganado Adolfo Suárez, que da nombre a la avenida que precisamente termina donde está la portada de Feria. Sustituyó en el nomenclátor a Luis Carrero Blanco, asesinado el mismo año de 1973 en el que su buen amigo el alcalde de Sevilla Juan Fernández Rodríguez García del Busto decidió trasladar la Feria del Prado a los Remedios, del América Palace al Edificio Presidente.

Hoy se cumplen 58 años del derbi de 1958. En la inauguración oficial del nuevo estadio de Nervión, el Betis derrotó 2-4 al Sevilla. En ese partido el Papa era Pío XII y en el de vuelta, cinco meses después, ya estaba en el Vaticano Juan XXIII. En 2017 no queda una sola plaza hotelera libre para la visita del papa Francisco a Fátima para conmemorar el milagro de los pastores portugueses. Cuando se dispute el Betis-Sevilla la portada ya empezará a emerger. No debe haber cambio de Papa, como en el derbi del 58, pero es difícil saber si lo habrá de presidente del Gobierno. Si habrá uno o ninguno, como los viajes a Nueva York. Referéndum de la Feria, elecciones vascas y gallegas. En cuanto a las generales, todo apunta a que pueden causar furor las sevillanas que escribió Manolo Melado para Cantores de Híspalis: "Mírala cara a cara que es la tercera".

En el Edificio Presidente hay una bocatería que se llama indistintamente Johnny y La Portada. Un cartel evoca los duelos antiguos: A Tijera o Navaja. Es una oferta de corte de caballeros en el Edificio Presidente. Abre sus puertas el bar Tijuana, como la ciudad en la que Orson Welles rodó Sed de mal, con Charlton Heston encarnando al teniente Vargas y Marlene Dietrich de mujer fatal. En la puerta del bar, una serie de topónimos del país: Sonora, México, Cancún, Puebla y Sevilla Feria. La ciudad de los Prodigios, parafraseando el título de la novela de Eduardo Mendoza.

Alfredo Sánchez Monteseirín peatonalizó Asunción y Juan Espadas convocó a la ciudadanía para que se pronuncie sobre el cartel de fiestas primaverales. Para que luego digan que los alcaldes socialistas no se acuerdan del barrio de Los Remedios. Un referéndum sobre el Vacie tampoco sería mala idea, que sigue impertérrito junto al cementerio, da igual que la Feria esté en el Prado, en Los Remedios o se vaya a los Gordales. Siempre Tablada como cordón umbilical de la ciudad que está con Alejo Carpentier consagrando la primavera. El real es a finales de septiembre un erial, un Kalahari en tierra de nadie. Y el alcalde de Sevilla, como en un cuento de Lovecraft o en una novela de Stephen King, ha convocado un referéndum para los espectros; consulta telemática y presencial para el bosque deshabitado.

En Virgen de Luján la vida sigue su pálpito y sus quehaceres. No se le pueden poner puertas al campo, pero sí portadas a la Feria en una consulta que se ha colado en todos los telediarios. Un millón de figurantes están pendientes del comienzo del rodaje de una fiesta que realmente empieza con los clarines taurinos del primer toro del Domingo de Resurrección. La farmacéutica del Edificio Presidente dice que "la gente ya hace suya la Feria desde el fin de semana anterior, y no me parece mal que las medidas de seguridad y de tráfico y transportes sean adecuadas a la concurrencia de tantas personas". En la botica no se expende rebujito, una palabra mestiza que se coló por las rendijas de la costumbre sin consulta popular.

La noria de las Delicias sigue girando lentamente. Una metáfora del paso del tiempo. El verano le entrega los bártulos al otoño, esa primavera de las antípodas en la ciudad de un alcalde que en invierno vivirá su consagración epifánica y ya quiere ejercer como delegado de los Reyes Magos regalándole a los sevillanos -y a los visitantes- un día más de Feria. O dos.

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