La Gerencia de Urbanismo está ultimando un plan, anunciado, que se podría calificar de ofensiva frente a la proliferación de terrazas de veladores en el centro de la ciudad. Consciente del ruido estético que producen estas instalaciones, incluso las autorizadas, el delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, adelantó a este periódico que la reducción de los veladores en las zonas más emblemáticas se iniciará en la Avenida de la Constitución y la calle San Fernando, el entorno más monumental. La propuesta está todavía en proceso de redacción.

El criterio es paisajístico, pues dichas terrazas están autorizadas. Sólo en la Avenida de la Constitución, arteria del centro histórico, hay licencia para instalar un centenar de mesas y más de 350 sillas, aunque es evidente que en algunas horas del día y en determinadas fechas festivas la ocupación de la vía pública puede ser bastante mayor. En cualquier caso, no sólo se trata de mesas y sillas, las terrazas cuentan también con sombrillas y numerosos elementos adicionales, como pizarras, separadores y otros reclamos publicitarios que distorsionan notablemente el paisaje del centro, amén de dificultar la circulación en vías que cuentan con el paso del tranvía, carriles bici y espacios peatonales.

El gobierno de Juan Espadas inició el mandato con muchas críticas hacia esta ocupación de la vía pública y ya ha puesto en marcha una comisión de veladores que es la que está analizando los puntos más calientes. En breve, tras un año de mandato, dará a conocer sus conclusiones entre las que se adelanta la citada reducción de mesas y sillas en la Avenida y San Fernando. Después, más adelante, se seguirá con otras zonas también singulares con la intención de regular estas terrazas, como es la Campana, plaza donde los veladores se multiplicaron en el verano de 2015. El caso de la calle Mateos Gago, donde se hace imposible transitar a determinadas horas, merece un tratamiento específico y, según confirmó el edil, en breve habrá un proyecto sobre la mesa que permitirá ganar más espacio para el peatón e, inevitablemente, quitar veladores.

"Tenemos que hacer compatibles las zonas turísticas con los residentes, lograr que sean espacios más atractivos para pasear y, en definitiva, eliminar el aspecto de zoco que se produce en numerosos casos", explica Muñoz.

El Ayuntamiento de Sevilla ha sondeado a los visitantes en este proceso para solventar el problema estético que suponen las terrazas. La reordenación se aplicará en 2017 pero este último trimestre del año es clave puesto que en él se renuevan las licencias y es el momento de acometer las medidas de restricción. Urbanismo ya ha ideado incluso licencias de corta duración, de cuatro meses, para el periodo transitorio que requiere la regulación de las terrazas.

La proliferación de veladores se inició en el último mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín, cuando se aprobó la primera ordenanza para terrazas, en 2009. Dos años después, el gobierno que tomó el relevo, el del popular Juan Ignacio Zoido reformó la ordenanza y en su mandato el número de veladores se multiplicó llegando a rozar los 14.000 autorizados.

Al margen de esta regulación paisajística, la lucha contra los veladores ilegales es otro capítulo al que el gobierno se enfrenta con un gran problema: la falta de inspectores para controlar las terrazas y lograr acciones efectivas.