Sevilla

Defensa desclasifica cuatro expedientes de ovnis avistados entre 1968 y 1995

  • El Ejército investigó unas luces brillantes en El Garrobo y Constantina, una nave en Aznalcóllar y un objeto volante observado por un piloto de la base de Morón.

El Ministerio de Defensa publicó este lunes 80 expedientes ovni desclasificados que contienen más de 1.900 páginas sobre avistamientos que tuvieron lugar en España entre los años 1962 y 1995. Cuatro de estos archivos desclasificados corresponden a sucesos registrados en la provincia de Sevilla, concretamente en los municipios de Constantina, El Garrobo, Aznalcóllar y Morón de la Frontera, entre 1968 y 1995. Algunos de estos expedientes contienen dibujos hechos a mano alzada por los propios testigos, informes de la Guardia Civil y del Ejército del Aire, recortes de prensa de la época e interesantes croquis y esquemas sobre los objetos no identificados, la altura a la que volaban, la distancia desde la que fueron vistos y el desplazamiento o movimiento que éstos experimentaron durante el tiempo en el que fueron visibles.

El primero de los expedientes desclasificados corresponde a un avistamiento que tuvo lugar el 12 de noviembre de 1968 en Constantina. Un capitán del Escuadrón de Vigilancia Aérea número 3 (EVA 3) vio desde la ventana de su vivienda, en la zona residencial de jefes y oficiales, "un objeto que despedía una luz muy brillante". Eran las 19:45 y el objeto se encontraba hacia el noroeste. El militar estimó que estaba a unos 20 kilómetros de distancia y que volaba a una altura de 4.000 metros. "Al cabo de dos o tres minutos fue perdiendo intensidad hasta reducirse a la de una estrella de escasa magnitud, observando entonces un desplazamiento lateral y de alejamiento", indica el informe.

Poco después, la luz "volvió a aumentar su brillantez, repitiéndose el ciclo varias veces". El fenómeno fue observado por cinco testigos más. El Ejército del Aire hizo un informe en el que otorgaba a los testigos un "grado bajo de fiabilidad". Se basaba para ello en que se trataba de "una luz sin forma apreciable y de tamaño desconocido", por lo que "las apreciaciones de distancia y altura deben considerarse como meramente subjetivas". Sobre este suceso no se realizó una investigación posterior.

Tampoco se hizo sobre el segundo avistamiento, ocurrido en El Garrobo el 11 de diciembre de 1968. A las nueve de la noche de aquel día, un testigo que viajaba en un automóvil por una carretera del término municipal de esta localidad observó una "luz intensa, de tonalidad cambiante, a distancia estimada de un kilómetro y a una altura de 50/100 m. sobre el suelo, desplazándose en dirección NE-SW y siguiendo sensiblemente las ondulaciones del terreno" (sic). La velocidad de desplazamiento era algo superior a la del coche. Varios testigos más, entre ellos el alcalde de El Garrobo, observaron el fenómeno a las once de la noche, a unos tres kilómetros y desplazándose en dirección Norte-Sur.

El tercero de los ficheros desclasificados es el de un avistamiento ocurrido en la carretera de Aznalcóllar el 20 de marzo de 1974. El caso mereció una amplia investigación del Ejército del Aire y de la Guardia Civil, que no pudieron esclarecer qué era lo que había visto el único testigo del fenómeno, un representante de bolsos que había sido paracaidista y legionario. Ocurrió sobre las once de la mañana a la altura del kilómetro 5,5 de la citada carretera. El viajero iba en su coche y observó lo que "parecía ser una aeronave que descendía verticalmente sobre una zona al oeste de la carretera y próxima a ello". Por ello, decidió detener el automóvil y se dirigió al lugar del "presunto impacto, en la creencia de que se trataba de un accidente aéreo".

Allí observó "una aeronave de tipo desconocido" que estaba inmóvil a unos cuatro metros del suelo y que no emitía ruido alguno. "Tres aeronaves más pequeñas se dirigían en vuelo horizontal hacia la parte posterior de la anterior, que había abierto una compuerta. Dos de ellas se introdujeron en el interior mientras que la tercera se dirigió hacia el declarante. Ante la posibilidad de ser atacado, el testigo se subió a su automóvil y huyó a fuerte velocidad en dirección a El Castillo de las Guardas".

La investigación posterior dio lugar a un informe de 25 páginas en el que se incluyen varios dibujos del propio testigo. Éste huyó a toda velocidad hacia El Castillo de las Guardas, que estaba a 26 kilómetros, sin detenerse a pensar que Aznalcóllar estaba a cinco. Durante gran parte de este trayecto, el hombre asegura que uno de los pequeños ovnis navegaba en paralelo o frente a su coche. La huida la vio un cabrero, que certificó después que vio pasar el coche a velocidad excesiva, pero ningún aparato extraño. Antes de llegar a El Castillo de las Guardas se paró en un cortijo y pidió al dueño que alguien lo acompañara al cuartel de la Guardia Civil porque tenía miedo de seguir solo.

En el trayecto dijo al empleado de la finca que lo acompañaba que estaba viendo un ovni, "que resultó ser un caserío sin ninguna particularidad". En todos los documentos relacionados con el caso se refleja "el estado de excitación del testigo". La Guardia Civil inspeccionó el lugar donde había visto la supuesta nave pero no halló ninguna huella. "Estoy convencido de que el vidente dice la verdad, es decir, lo que él ha visto. Lo que no puedo, naturalmente, determinar es si lo ha visto en una alucinación mental o en la realidad física de su entorno", concluyó el teniente general jefe de la Región Aérea, con base en Tablada.

El último expediente ovni es el más voluminoso de los cuatro sevillanos, un fichero de 53 páginas sobre un fenómeno observado en Morón de la Frontera por un piloto del 211 Escuadrón, el 23 de febrero de 1995. El aviador informó del avistamiento de un objeto volante que "se encontraba estacionario, en el momento del cruce aceleró a gran velocidad en rumbo opuesto y desapareció de su vista". El piloto lo describió como ovalado y de color gris claro.

La investigación posterior del Ejército del Aire determinó que lo que el piloto vio pudo ser en realidad uno de los helicópteros de la Vuelta Ciclista a Andalucía, que en ese momento pasaba por la localidad gaditana de Puerto Serrano. Varios de los aviones E-25 del Ala 21, que tenía su sede en la base de Morón, "tenían la cúpula rayada y con problemas de microfracturas en su lado derecho", lo que en argot aeronáutico se denomina krazzy. "El piloto declaró que el objeto lo vio por ese lado, y aquellos defectos pudieran haber provocado reflejos" que impidieran al militar identificar el objeto que vio como un helicóptero que sobrevolaba la carretera al paso del pelotón de la Ruta del Sol.

Los dibujos del testigo de Aznalcóllar

La extraña figura que se representa en los documentos desclasificados por Defensa que se reproducen a la derecha de esta información fue dibujada por el representante de bolsos que dijo ver un ovni en Aznalcóllar la mañana del 20 de marzo de 1974. El testigo dibujó varias veces una especie de nave espacial que medía entre 150 y 200 metros de longitud, junto a la que había otras tres naves más pequeñas, de entre cuatro y seis metros de altura y ocho de longitud.

Dos de estas pequeñas naves se introdujeron en la nodriza, mientras que la otra se dirigió hacia donde estaba el testigo, que huyó despavorido en su coche a toda velocidad. Nadie más vio estos extraños aparatos ni nada raro en el cielo aquel día. La Guardia Civil inspeccionó el lugar en el que se encontraba la nave grande y no halló huella o resto alguno de la misma.

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