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"La situación de las notarías ante la crisis económica es de verdadera preocupación"

  • El primer responsable autonómico de los notarios aboga por reforzar la imagen del colegio único durante los próximos cuatro años y contribuir a perfeccionar las funciones de los notarios andaluces

Antonio Ojeda Escobar acaba de ser nombrado decano del primer Colegio Notarial de Andalucía, una nueva institución que comienza su andadura a partir del 1 de enero de 2009 y que supone una reestructuración de los colegios de notarios.

-¿Cómo ha recibido su nombramiento como decano andaluz?

-Al publicarse la reforma del Reglamento Notarial, los colegios de notarios tenían que coincidir con las comunidades autónomas. Hasta ahora la organización era del siglo XIX, coincidiendo con las audiencias territoriales. Eso generaba disfunciones porque, por ejemplo en Castilla y León, el colegio incluía la Rioja y Cantabria, con legislaciones distintas. Ahora los colegios de notarios coincidirán con las comunidades autónomas, en una estructura equivalente, en el ámbito del notariado, a las de los Tribunales Superiores de Justicia.

-¿Y cómo queda esta estructura?

-Andalucía tendrá un colegio único que incluye además a los notarios de Ceuta y Melilla.

-Será un colegio único, pero con sedes en Sevilla y Granada...

-Se llegó a un acuerdo para no crear problemas artificiales ni agravios. El territorio andaluz es muy extenso y hay que mantener esa descentralización para que los ciudadanos tengan la organización notarial más cerca.

-¿Cuáles son los retos durante los próximos cuatro años?

-Que la fusión de los colegios se desarrolle armónicamente, que no se paralice el trabajo. Cuando dos bancos se fusionan requieren un rodaje y aquí ocurre lo mismo. El segundo reto consiste en perfeccionar y mejorar la función notarial, con la utilización masiva de las nuevas tecnologías. En tercer lugar, mantener la colaboración con la Junta, en especial con las consejerías de Hacienda, Obras Públicas y Vivienda, y con los ayuntamientos. También que el Notariado tenga una presencia en la sociedad andaluza, siendo cada notario un asesor de los ciudadanos y un controlador de que la ley se cumpla. A partir de enero, en las escrituras aparecerá el ilustre colegio de Andalucía, un cambio semántico pero con un alto simbolismo.

-¿En qué ámbito pueden contribuir los notarios a cumplir la ley?

-En materia urbanística, que no se hagan parcelaciones ilegales. Vamos a ser muy estrictos y el notario que no cumpla tendrá que hacer frente a sus responsabilidades porque la ley de ordenación urbanística dice que si el notario tiene la sospecha de que la venta puede contribuir a una parcelación ilegal debe negar su intervención.

-¿Cuál es la respuesta de los notarios en ese ámbito?

-La mayoría cumplimos, pero la ley lo dice meridianamente claro. El notario que no cumpla la ley tendrá una responsabilidad penal, que tendrán que depurar los tribunales, pero también podría tener una responsabilidad administrativa y de tipo disciplinario. Se podría proponer una sanción económica, el traslado forzoso, la suspensión o las postergación en el escalafón.

-¿Cómo cree usted que es ahora la imagen del notario?

-Según las últimas encuestas, la imagen del notario es bastante buena, pero hay una visión deformada. No digo que algunos notarios hayan contribuido y que la figura del notario se vea como la de una persona que cobra una cantidad excesiva por firmar, pero hay que recordar a los ciudadanos que en esa cantidad están incluidos los impuestos y los gastos del registro de la propiedad. Se trata de un servicio bastante o muy barato si se compara con los países de nuestro entorno. El notario conserva la autoridad moral o prestigio y en muchas localidades se le tiene como un confesor.

-¿A los notarios cómo les está afectando la crisis económica?

-La situación de las notarías en España es de verdadera preocupación por el descenso de trabajo. La crisis afecta al sector inmobiliario y al financiero, y en los últimos 20 años el trabajo de los notarios ha estado marcado por la venta de pisos y la concesión de préstamos. La repercusión está en la disminución de ingresos, y la regulación de empleo es inevitable. Hay que diferenciar entre las notarías urbanas y las rurales, porque en los pueblos se resiste mejor. Nuestro deseo es mantener los puestos de trabajo pero eso va a depender de que se produzca la recuperación económica. Si se recupera la economía se recuperan las notarías.

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