La limitación de bicis en los trenes Cercanías de Sevilla a un solo vehículo por vagón -una normativa estatal- y la prohibición de montar ciclos a las horas de mayor afluencia de viajeros en la línea C-1 que va a Utrera, Lora de Río y Dos Hermanas está provocando conflictos entre los usuarios y los cerca de 30 interventores de Renfe de lunes a viernes y los fines de semana en la C-3 que va hacia la Sierra Norte de Sevilla. La situación se ha agravado en los últimos dos años a raíz del auge de los carriles bici.

"El problema es muy gordo los sábados y domingos en la línea de la Sierra, que se llena de deportistas de montaña. Se están dando enfrentamientos de los usuarios con los interventores. La gente no entiende por qué no puede subir su bici al tren con su bici y tampoco entiende el problema de seguridad que se genera si meten 30 a la vez en la plataforma", lamenta Manuel Rodríguez, interventor de Cercanías de Renfe y secretario de UGT del sector ferroviario de Sevilla.

Según la normativa de Renfe, las bicicletas están prohibidas en la C-1 durante las horas clave de entrada y salida laboral, ya que sólo se permiten de 9:30 a 13:15, de 16:00 a 18:30 y de 21:00 en adelante. En el resto de las líneas no existe tal limitación horaria, pero se aplica la orden de permitir sólo una bici por vagón, una cifra muy escasa para cubrir la alta demanda de viajeros con bicis. El usuario está obligado a colocar el vehículo en la plataforma, es decir, el habitáculo de paso de un vagón a otro donde se sitúan los servicios y la puerta de salida.

Según el testimonio de este empleado de Renfe, la situación se tensa y es complicado cumplir la norma interna cuando se trata de viajeros que van o vienen del trabajo pese a que "se les invita a no subir al tren con la bici" pero al final suben porque defienden su derecho a ir a trabajar. Lo mismo sucede los fines de semana con grupos que van a hacer deporte.

Fuentes de Renfe Operadora aseguran que, de momento, no está previsto cambiar la norma de las bicis que rige en los Cercanías.