Sevilla

La Junta cerrará los centros de salud del Pumarejo y Marqués de Paradas

  • Los dos consultorios del centro se desalojarán a final de año y se estudia hacer lo mismo con el de la Campana · El SAS trasladará a los pacientes a otros, aún en obras, en San Luis y la Macarena y baraja un local en Gravina

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Los centros de salud de Marqués de Paradas y el Pumarejo cerrarán sus puertas a finales de año de acuerdo al plan de reorganización previsto por la Junta de Andalucía en el casco histórico. Los pacientes y las plantillas asignadas a estos dos centros asistenciales se trasladarán a dos edificios de nueva construcción, uno en la calle San Luis y otro frente al hospital de San Lázaro, en el distrito Macarena, que abrirán en el último trimestre del año, según confirmaron ayer a este periódico fuentes de la Delegación de Salud.

Marqués de Paradas ocupa la planta baja comercial de un bloque de viviendas y la Consejería de Salud tiene que desalojar este inmueble alquilado antes del próximo 31 de diciembre, por orden judicial. El traslado de este centro de salud afectará a alrededor de 17.600 pacientes y a una plantilla integrada por 11 médicos de familia y un pediatra. En el caso del Pumarejo, el traslado afectará a alrededor de 20.800 pacientes y a una plantilla compuesta por 13 facultativos y tres pediatras.

Las obras de los nuevos edificios de San Luis, en la calle del mismo nombre, y Alamillo, en la Glorieta de San Lázaro -que sustituirán a los centros de Marqués de Paradas y el Pumarejo- acumulan un año de retrasos, según el calendario aprobado por la Consejería de Salud y el Ayuntamiento en 2005. Según este acuerdo, la inauguración de ambos centros de salud estaba prevista para antes de diciembre de 2008.

Otro de los centros estratégicos de la red sanitaria en el casco histórico que puede verse sujeto a grandes cambios en los próximos meses es el consultorio de la Campana, en la calle Santa María de Gracia, que tiene asignada una población estimada de 32.000 habitantes y una plantilla de 20 facultativos y tres pediatras. Ante la posibilidad de su clausura, tanto los médicos como los pacientes se están planteando movilizaciones para exigir a la Administración que se mantenga este punto de Atención Primaria. La mayoría de los pacientes que acuden a la Campana son personas mayores que sufren problemas de movilidad, de manera que su traslado a otros centros alejados provocaría graves problemas a esta población que reside en el casco histórico. El posible traslado también ha motivado un gran malestar en la plantilla que trabaja en la Campana, explicó ayer el Sindicato Médico, que no descarta un calendario de protestas si la clausura de este punto asistencial se materializa.

De momento, la Delegación de Salud mantiene conversaciones con el propietario del inmueble para renegociar el alquiler del edificio, que se abrió como centro asistencial en octubre 2003. En principio, el objetivo de la Junta es mantener a los médicos de familia en la Campana, pero los responsables de Salud están barajando otros posibles edificios para este centro sanitario, entre los que se encuentra un inmueble ubicado en la calle Gravina, que requiere obras de reforma.

Ante las incertidumbres generadas por este traslado, que aún está en el aire, los trabajadores del SAS en la Campana han solicitado una reunión con los responsables del Distrito Sanitario Sevilla para conocer las opciones para su futuro. La cita ha sido postergada en varias ocasiones y los médicos esperan que en la siguiente, prevista para la próxima semana, se aclare la situación.

El Sindicato Médico expresó ayer "el profundo malestar que viven los galenos que han logrado plaza en este centro tras ejercer muchos años para conseguir los méritos necesarios para trabajar en La Campana". Fuentes sindicales recordaron que "en noviembre la Junta aprobó una orden de traslados de facultativos y muchos de los profesionales que tienen consulta en La Campana habrían optado por esta alternativa". Un buen número de los facultativos que llegaron en 2003 a este centro "se compraron una vivienda cerca del lugar de trabajo y ahora no saben qué ocurrirá", añadió un portavoz de los trabajadores.

Mientras se resuelve la negociación abierta por la Junta con el propietario del edificio, los pacientes continúan acudiendo con normalidad al médico en este enclave.

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