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Sevilla

La Hispalense inicia el proceso para 'musealizar' la Anunciación

  • A finales de mes comenzará el desembarco de las primeras obras desperdigadas por la Universidad para recuperar el antiguo programa iconográfico de los jesuitas

De las palabras a la realidad. La Universidad de Sevilla ya ha puesto en marcha uno de los principales proyectos en materia de patrimonio histórico de su actual rector, Joaquín Luque: la recuperación del antiguo programa iconográfico de la iglesia de la Anunciación para que los ciudadanos puedan contemplarla tal como fue durante la época en la que era el templo de la casa profesa de los jesuitas en Sevilla, antes de su expulsión de España por Carlos III en 1767.

Desde que fue nombrada el pasado año, la actual conservadora de la Hispalense, María Fernanda Morón de Castro, no ha parado de trabajar en la idea de devolver a la Anunciación las obras que a lo largo del tiempo salieron del templo para adornar distintas dependencias de la Universidad de Sevilla (propietaria de la iglesia tras la expulsión de la Compañía de Jesús), algunas de ellas en lugares inaccesibles para el público en general como despachos o salas de juntas.

El desembarco de las primeras obras comenzará a finales del presente mes. Según fuentes universitarias, ya se está ultimando el traslado de unas 14 obras de gran valor para comprender tanto el templo como el arte del Siglo de Oro español, algo que irá acompañado, si se cumplen las intenciones de la Hispalense, de un aumento del horario de apertura de esta iglesia -que actualmente acoge a la Hermandad del Valle- para facilitar el acceso de los ciudadanos.

Entre estas obras se encuentra una pintura de la Sagrada Cena de Juan del Castillo que se encontraba en uno de los antiguos salones de la Facultad de Derecho cuando ésta se ubicaba en la Fábrica de Tabacos y que ahora, aprovechando la mudanza al complejo de Cross-Pirotecnia, volverá a la iglesia de donde nunca tuvo que haber salido. Éste es también el caso de una talla de Santa Ana del imaginero Juan Bautista Vázquez el Joven que, hasta ahora, se exhibía en el Colegio Mayor del Buen Aire (en el término municipal de Castilleja de Guzmán).

Destaca también la llegada de 10 relicarios que se encuentran actualmente en la capilla universitaria (dentro de la lonja de la Fábrica de Tabacos) y que tienen una media de altura de 70 centímetros. Entre éstos destaca uno que representa a San Francisco Javier que está atribuido a Juan de Mesa y que la Hispalense ha prestado a una exposición que se celebrará en Indianápolis (capital del Estado norteamericano de Indiana) para una gran exposición sobre arte religioso español.

Finalmente, la Hispalense trasladará a la Anunciación dos pinturas de gran formato de autoría anónima que representan la Adoración de los Reyes Magos y la Adoración de los Pastores. Estas obras se encontraban empaquetadas en la Facultad de Bellas Artes, contigua al templo y que se levanta sobre el solar de lo que fue la antigua sede de la casa profesa y posterior Universidad de Sevilla (incomprensiblemente derribada en los años del desarrollismo). Aunque en un principio la intención de la Hispalense era la restauración de estas obras, ahora se ha decidido exponerlas en la Anunciación a la espera de que se acometa su arreglo definitivo.

Por cierto, que actualmente se están restaurando tres tallas de Martínez Montañés (San Ignacio de Loyola, San Francisco de Borja y la Inmaculada) que formarán parte de la gran exposición que sobre imaginería española está montando la National Gallery de Londres y que también visitará la de Washington a partir del próximo noviembre. Cada intervención cuesta 20.000 euros, coste que se ha dividido al 50% entre la Universidad de Sevilla y la institución londinense. Tanto el San Ignacio de Loyola como el San Francisco de Borja recuperarán sus atributos originales, como son un ostensorio y un libro en el caso del fundador de la Compañía y una calavera y un rosario en el caso de Borja. Para ello se han buscado elementos de la época (las cruces que hasta ahora lucían no correspondían a la iconografía inicial).

La ubicación de las obras en el templo no se va a realizar al azar. Desde hace tiempo se viene desarrollando un estudio para conocer exactamente cómo era el programa iconográfico concebido por los jesuitas. Además, un arquitecto ya trabaja en la ubicación exacta de cada pieza y su correcta iluminación y señalización.

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