Tribunales Investigación en Blas Infante

El policía detenido robó 150 kilos de cocaína y heroína de la Jefatura

  • Lars Sepúlveda es enviado a prisión junto al matrimonio de Coria que se encargaba de vender la droga en el mercado negro · La mujer del agente debe reunir 30.000 euros de fianza para salir en libertad

La cantidad de droga sustraída de los calabozos de la Jefatura Superior de Policía fue mayor de lo que se sospechaba hasta ahora. La investigación llevada a cabo en los últimos quince meses por la unidad de Asuntos Internos ha revelado que en total desaparecieron de la Jefatura hasta 150 kilos de cocaína y heroína y no 100 como los responsables de la investigación creían en un principio. De esta forma, la droga robada presuntamente por el policía de la escala básica Lars Sepúlveda Madsen tendría en el mercado negro un valor próximo a los siete millones y medio de euros.

Este agente, que trabajó cuatro años en la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura sevillana y que actualmente se encontraba en situación de excedencia, ingresó en prisión la noche de ayer. Lars fue conducido a los juzgados a las seis y media de la mañana de ayer y no comenzó a declarar ante la titular del juzgado de Instrucción 19 de Sevilla, Ana Escribano, hasta doce horas después. Cuando lo hizo, cruzó el pasillo que separa el edificio de la Audiencia -donde están los calabozos- del de los juzgados con el rostro descubierto, las manos esposadas y mirando siempre hacia abajo. El policía vestía pantalón corto, calzado deportivo y llevaba una sudadera azul sobre los hombros. En un momento de su traslado llegó incluso a perder el equilibrio.

Al término de su comparecencia, que se prolongó durante tres horas y media, la juez acordó su ingreso en prisión después de que así lo solicitara el fiscal antidroga de Sevilla. A Lars Sepúlveda se le imputa un delito contra la salud pública porque era el encargado de sustraer la droga de los calabozos de la Jefatura y distribuirla entre sus contactos en el mundo del narcotráfico, que se encargarían luego de vender la mercancía. Lars camuflaba sus robos cambiando las sustancias por otras de similar apariencia como el polvo de talco o la cafeína

El notable incremento de su patrimonio en los últimos años y el reflotamiento de su negocio de ciclomotores, el giro de éste hacia la venta de yates y embarcaciones de recreo y su petición de excedencia tras ser expulsado de la Udyco por las quejas de sus compañeros y por no presentarse a un servicio extraordinario de de elecciones fueron algunas de las claves por las que la Policía llegó a la conclusión de que éste era el hombre que había robado la droga. El hecho de que la cantidad sustraída sea superior a la sospechada en un principio podría ser un indicio de que los robos de droga comenzaron desde su llegada a la Udyco.

A Lars se le imputa el delito de tráfico de drogas con algunas de las circunstancias agravantes recogidas en el artículo 369 del Código Penal. Entre ellas destacan tanto la notoria importancia de la cantidad sustraída como su condición de funcionario público. Posiblemente se le impute también durante la fase de instrucción alguna de las modalidades de robo, si bien este delito aún no se cuenta entre las acusaciones que se le formulan.

Con los mismos cargos también se encuentra en prisión el matrimonio encargado de vender la droga, una pareja residente en Coria del Río y detenida el sábado en Islantilla, donde se habían comprado un chalé por valor de 240.000 euros pese a que ninguno de sus miembros se le conocía oficio. Manuel A. N., conocido como Lolo, fue encarcelado la madrugada del lunes al martes después de declarar ante la juez.

Su pareja, Violeta S. G., también fue enviada a prisión a primera hora de la tarde de ayer acusada del mismo delito que su marido y que el policía implicado. Esta mujer fue la primera en declarar durante la jornada de ayer y entró en el juzgado de Instrucción 19 a las cuatro y cuarto de la tarde, pese a que -al igual que el policía- se encontraba en los calabozos de la sede judicial desde las seis y media de la mañana. Su declaración duró aproximadamente cuarenta minutos. Tanto Lolo como Violeta se encargaban presuntamente de vender la droga robada por Lars y darle salida a estos estupefacientes en el mercado negro.

Ya entrada la noche declaró la última de las cuatro personas detenidas en relación con el robo de droga de la Jefatura. Se trata de María Teresa M. S., esposa de Lars Sepúlveda, que llegó al juzgado cubriéndose el rostro con un pasamontañas y que estuvo respondiendo a las preguntas de la juez durante poco más de media hora. Al término de esta declaración, el fiscal antidroga de Sevilla solicitó para ella su puesta en libertad con cargos previo pago de una fianza de 30.000 euros. A diferencia de los otros tres implicados en el caso, a María Teresa se le imputa un delito de blanqueo de capitales y no el de tráfico de drogas.

Para los investigadores, por tanto, esta mujer podría haber aportado cobertura legal a algunas de las operaciones efectuadas por su marido, aportando su identidad a alguna de las sociedades de éste. De esta forma habría ayudado a Lars a enmascarar el patrimonio obtenido de manera ilícita con el robo y la posterior venta de los estupefacientes sustraídos de los calabozos de la Jefatura Superior, situada en la avenida de Blas Infante. Estuviera o no al tanto de la actividad ilícita de su marido, la juez no puede imputarle un delito de encubrimiento porque el Código Penal exime del mismo a los cónyuges.

A la hora de cierre de esta edición, el abogado de Lars y María Teresa, José Antonio Prieto, trataba de reunir los 30.000 euros necesarios para facilitar la puesta en libertad de su cliente. El letrado aseguró a este periódico que posiblemente la mujer pasaría la noche detenida y hoy se aportaría esa cantidad tras realizar gestiones con algún banco. Tras quince meses de investigación, el sumario consta ya de 8 tomos y 4.000 folios.

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