Sevilla

La crisis devuelve a las aulas a 5.200 sevillanos menores de 30 años

  • El alumnado en los centros de adultos aumenta un 72% en un año · El paro duplica el número de matriculaciones para lograr el graduado de Secundaria

Más de 5.000 sevillanos menores de 30 años han vuelto este curso a las aulas por la crisis. La pérdida de trabajo ha provocado que jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 30 años decidan completar la formación que un día abandonaron cuando las circunstancias económicas eran distintas a las actuales, de ahí que sus matriculaciones en los centros de educación permanente de la provincia (Ceper) hayan aumenado un 72% .

Los datos son reveladores. La Delegación de Educación ha contabilizado este curso en la enseñanza para adultos 12.400 matrículas de menores de 30 años, 5.200 más que en septiembre de 2008. El mayor incremento se registra en la preparación de las pruebas libres para la obtención del título de Secundaria (graduado), que en el curso pasado contaba con 1.800 alumnos y en el actual se han matriculado 3.600, el doble.

Existen otros dos tipos de enseñanza para adultos cuyo alumnado también ha experimentado un crecimiento significativo. En la Educación Secundaria para Adultos (ESPA), en Bachillerato y Ciclos Formativos se han matriculado 5.800 sevillanos menores de 30 años, un 81,25% más que en el curso 2008/09. Estas enseñanzas, que se imparten en la modalidad presencial, se desarrollan en varios centros de enseñanza ordinaria y en el Instituto de Educación Permanente, cuya sede se encuentra en Triana.

El otro tipo de enseñanza que también ha aumentado en matriculaciones es la Educación Secundaria semipresencial, donde se han contabilizado 800 alumnos más. Esta opción requiere de una asistencia semanal de una hora para cada asignatura y es propia de los más de 30 Ceper que hay en la provincia, que están coordinados por el Instituto Provincial de Educación Permanente, y que, a la vez, tienen a su cargo 80 secciones, es decir, centros de enseñanza ordinaria u otras instituciones, como la cárcel, que imparten el modelo semipresencial.

Este año, como novedad, se oferta la preparación para la obtención del título de Bachillerato mediante pruebas libres. Esta opción requiere aún de una orden de la Consejería de Educación en la que se establezca la fecha y el tipo de examen, los componentes de los tribunales, así como los requisitos de los aspirantes.

La causa de esta vuelta al aula viene motivada por el incremento del desempleo, que perjudica, principalmente, a los jóvenes sin titulación que disfrutaban hasta hace poco de un trabajo temporal y en el que apenas se exigía formación. La realidad ahora es distinta. Hacerse un hueco en el mercado laboral no es posible sin haber completado, al menos, la Secundaria. Fiel testigo de esta situación es el director del Instituto Provincial de Educación Permante, José Agustín Hernández, quien explica que "cuando los jóvenes se ven en el paro se dan cuenta de que sin el título de Secundaria no pueden conseguir ningún empleo de calidad, motivo por el cual esta opción es la que más ha aumentado".

El perfil de los alumnos que acuden cada tarde a estas instalaciones se repite hasta la saciedad. Veinteañeros que abandonaron sus estudios tras concluir la ESO o que ni siquiera llegaron a acabarla, bien por malos resultados, por falta de interés o por conseguir un trabajo que a esa edad parecía resolverles la vida. Pasados los años, y tras el desplome de la economía, la mayoría de ellos se encuentran en el paro o con algún empleo inestable y de baja remuneración, de ahí que hayan decidido reemprender su formación en este instituto, bien de forma diaria o acudiendo varias horas a la semana. Algunos de ellos, incluso, piensan en continuar su estudios en la Universidad, para lo que ya se plantean su preparación de cara a la Selectividad. En este sentido, es importante reseñar que este curso se ha incrementado en un 300% el número de alumnos que con más de 25 años han comenzado su formación para acceder a la Universidad, con lo que se ha pasado de las 60 matrículas del curso pasado a las 240 del actual. Un aumento que también refleja la necesidad de los sevillanos por conseguir una titulación universitaria en la coyuntura económica actual. La razón que los jóvenes entrevistados argumentan para volver a estudiar es que la educación en tiempos de crisis es una "inversión a fondo perdido".

Estefanía Bellido (18 años). "Mis amigos que no acabaron la ESO están ahora en paro”

Abandonó las enseñanzas obligatorias a los 14 años “por motivos personales”. En plena adolescencia se matriculó en una academia de estética donde estuvo dos años realizando prácticas. “Me prometieron que iba a tener un trabajo pero nunca me llamaron”, relata Estefanía Bellido, quien ahora acude varias horas a la semana al Instituto Provincial de Educación Permanente en el que está matriculada en la Enseñanza Secundaria semipresencial. Su deseo es continuar con el Bachillerato. Como muchos de sus compañeros, se arrepiente también de haber abandonado los estudios. “Todos mis amigos que no acabaron la ESO han perdido sus trabajos con la crisis, porque estaban en la construcción o en otros oficios donde no les exigían el graduado”, asegura Estefanía, quien ya piensa en estudiar Derecho.

Tito López (26 años). "Sin una buena base es difícil encontrar un trabajo estable”

Tito López estudia el segundo ciclo de Bachillerato en el Instituto Provincial de Educación Permanente tras abandonar su formación al concluir la ESOa los 16 años. Su vida laboral ha sido de lo más variopinta: dos años de camarero, tres de empleado en la cervecera Heineken y algunas labores como electricista y técnico de comunicación, que apenas le reportaban 30 euros semanales. Ahora trabaja de voluntario “y en lo que salga” para que en su casa, donde vive con su padre, “entre algún dinero”. “Desde los 19 años me di cuenta de que sin una buena base es difícil encontrar un trabajo estable, y ahora más con la que está cayendo”, asegura Tito, quien añade que “sin formación no eres nadie”. Este joven quiere estudiar Entomología e irse al extranjero algún año mediante una beca Erasmus.

Francisco Javier Carbonell (24 años). "Con mi edad podría tener ya independencia económica”

Hace ocho años que dejó de estudiar sin completar la Secundaria. Hasta junio no ha obtenido el graduado en ESO a través de las pruebas libres, la modalidad que más incremento ha experimentado con la crisis. Francisco Javier Carbonell confiesa que abandonó su formación “porque en aquel tiempo pensaba en otras cosas, aunque ahora me doy cuenta del tiempo perdí”. “Lo que más me duele –continúa Carbonell– es que con mi edad podría tener ya independencia económica, porque aunque he trabajado de pintor ahora estoy parado, ya que con la crisis la gente es la que pinta sus casas”. “De vez en cuando me llaman de ayudante de cocina”, señala este joven, quien quiere estudiar Arquitectura. No le importa que sea una carrera muy larga, según él, “nunca es tarde para estudiar”.

Elena Grande (23 años). "Lo único bueno ha sido la madurez en el mundo laboral"

Elena dejó sus estudios a los 16 años, cuando le quedaba por concluir cuarto de Secundaria. No consiguió el graduado, por lo que a los 20 años decidió matricularse en el Instituto de Educación Permanente, al constatar que “sin titulación no se llega a ninguna parte”. Durante estos años ha trabajado en varios oficios: en la hostelería, de administrativa y actualmente canta en una orquesta. El futuro lo ve “muy oscuro” con la crisis, de ahí que ya se plantee hacer la Selectividad y tener la puerta abierta a la Universidad. “Mi hermano se ha tenido que ir al Ejército porque se ha quedado sin trabajo y yo quiero completar el Bachillerato, después de lograr el graduado en Secundaria que conseguí aquí hace tres años”. Elena afirma que “lo único bueno de este tiempo ha sido la madurez que me ha dado el mundo laboral”.

Eduardo Muñoz (29 años). "No conseguí una plaza fija por faltarme el Bachillerato"

Estar a las puertas de conseguir un empleo fijo y perderlo por no tener el Bachillerato. Se trata de la experiencia de Eduardo Muñoz, quien a los 17 años dejó los estudios sin acabar la ESO y ha desempeñado durante 12 años distintos trabajos: administrativo, vendedor de recibos y reparador de automóviles. Toda esta experiencia ha caído en saco roto. La crisis lo ha dejado en el paro y el próximo mes se le agota el subsidio por desempleo. Ahora más que nunca se acuerda de los consejos de amigos y familiares para que no abandonase los estudios. “Estuve a punto de conseguir una plaza en Cajasol, por mi capacidad para las finanzas, pero al faltarme la cultura general del Bachillerato no me puede presentar a las oposiciones. Ahora más que nunca me arrepiento de dejar tan pronto el instituto”, afirma Muñoz.

Rocío Quero (20años). "Ganas dinero y te crees que tienes la vida ya resulta"

Cuatro años después de haber dejado su formación esta veinteañera ha vuelto al Instituto Provincial de Educación Permanente para estudiar el Bachillerato. “Con 16 años me vine un poco abajo en los estudios y los dejé, todos los días me arrepiento de la decisión”, asegura Rocío Quero, quien ha estado trabajando estos años de camarera. “En la adolescencia, cuando nos sale un trabajo y ganamos algún dinero, de momento nos creemos que tenemos la vida resuelta”. Rocío quiere estudiar la carrera de Magisterio y ejercer de maestra, “por la importancia que le doy ahora a la enseñanza”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios