La protesta de doce horas que organizó el viernes el sector del taxi hasta colapsar por completo la ciudad, que se saldó con un detenido, también afectó gravemente a los autobuses de la línea especial del aeropuerto (EA), una concesión de Tussam gestionada por la empresa Los Amarillos. Ese día el Ayuntamiento había ordenado reforzar la línea con una mayor frecuencia de paso para contrarrestar la ausencia total de taxis en el aeródromo de San Pablo precisamente en vísperas del largo puente festivo.

Según ha podido saber este periódico, dos de los autobuses quedaron inmovilizados a la altura de la avenida Kansas City y por la tarde sufrieron ataques de huevos, pintura y disolventes supuestamente por parte de varios encapuchados. La dirección de Tussam aseguró ayer no tener constancia de estos ataques y sólo afirmó que lo único que ha llegado hasta la empresa de autobuses urbanos de Sevilla es que los dos vehículos quedaron inmovilizados en la citada avenida como consecuencia del bloqueo general del tráfico que generó la protesta de taxistas en las avenidas próximas al Prado.

Otro de los efectos de la protesta que provocó múltiples quejas de los usuarios afectados fue que los autobuses de la línea especial del aeropuerto se veían obligados a detenerse en Viapol, sin poder llegar hasta el Prado de San Sebastián, bloqueado por el aparcamiento de 1.500 taxis hasta cerca delas diez de la noche, hora a la que se levantó la protesta tras salir el único detenido en libertad con cargos por supuesto atentado a la autoridad.

No es la primera vez que el servicio de autobuses del aeropuerto sufre ataques por el rechazo frontal del grupo taxistas que mantiene, aún hoy, el monopolio absoluto del taxi en San Pablo y se resiste a tener competencia del autobús, cuyos trayectos al Prado son mucho más ventajosos (2,30 euros el billete de ida) que los 19 a 22 euros que cuesta la tarifa única por los servicios en el aeródromo. La dirección de Tussam asegura que en protestas anteriores de los taxistas la situación fue a más, ya que llegaron a romper las lunas de algunos autobuses de Los Amarillos.