Sevilla

La última casulla

  • El alcalde pedirá un día de luto oficial por ser Hijo Adoptivo de la ciudad

Triana no se veía desde el número 11 del Paseo de Colón en el que las hermanas de la Cruz terminaban de amortajar el cuerpo de José María Javierre. Una densa niebla lo envolvía todo. La familia Fernández-Palacios esperaba a que las religiosas acabaran su tarea mientras respondían a las primeras llamadas de teléfono.

En su habitación, sobre la cama de la que no se levantó en los últimos meses yacía el cuerpo del padre Javierre amortajado con el alba y la casulla que le regalaron las hermanas de la Cruz. De sus manos colgaba un rosario bendecido por Juan Pablo II. Justo al lado, su mesa de estudio sobre la que aún permanecían las gafas que tanto le caracterizaron.

Fueron muchos los que quisieron sumarse ayer al pésame por su pérdida. Entre ellos, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que destacó su aportación a la Transición, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, que pedirá hoy en el Pleno municipal que se declare un día de luto oficial en la ciudad por la pérdida del padre Javierre, Hijo Adoptivo de Seivlla.

Su aportación al periodismo fue reconocida por la Asociación de la Prensa, que se suma a la petición de solicitar para él la distinción de Hijo Predilecto y la medalla de Andalucía que concede anualmente la Junta.

La capilla ardiente se habilitó en el despacho de José María Fernández Palacios, quien siempre lot trató y lo acogió como un familiar más. Hasta allí se acercaron ayer el ex alcalde de Sevilla Manuel del Valle; el director de la fundación Sánchez Ramade, Luis Miguel Martín Rubio, y el prefecto de liturgia de la Catedral, Ángel Gómez, entre otros.

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