Sevilla

Farruquito salda su deuda con la Justicia

  • El bailaor, que obtuvo la libertad condicional hace un año, finaliza hoy el cumplimiento de la condena de tres años de prisión que le impuso el tribunal

Desde hoy es un hombre completamente libre. Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, que fue condenado a tres años de prisión por el atropello mortal de Benjamín Olalla, acaba hoy el cumplimiento de esta condena, aunque el bailaor disfrutaba de libertad desde marzo de 2008, cuando la Dirección General de Instituciones Penitenciarias le concedió el tercer grado penitenciario tras haber pasado 14 meses encarcelado.

Ese beneficio penitenciario, que permitía al artista salir de la cárcel de Sevilla durante el día y regresar a dormir al recinto penitenciario, fue ampliado unos meses después -en verano de 2008-, cuando se le impuso el control telemático mediante una pulsera, con lo que ya no resultaba necesaria su vuelta a la prisión por las noches. En enero de 2009, el juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Sevilla le concedió finalmente la libertad condicional, tras haber cumplido dos tercios de la condena que le impuso la Audiencia de Sevilla. Y ahora, Juan Manuel Fernández Montoya cierra esta etapa de su vida, al haber quedado liquidada la pena de prisión que debía cumplir, aunque deberá esperar todavía algunos meses más para poder volver a conducir vehículos, dado que aunque se sacó el carné antes de ser enjuiciado, la sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia le condenó a una pena de tres años y seis meses de retirada del permiso de conducir vehículos de motor y ciclomotores, según fijó la sentencia dictada en septiembre de 2006.

Farruquito fue condenado por el atropello mortal de Benjamín Olalla, un joven de 35 años que murió atropellado en un paso de peatones de la calle Doctor Laffón Soto, cuando salía del polideportivo de San Pablo. Juan Manuel Fernández Montoya conducía el BMW 530 D que atropelló a la víctima y lo hacía sin carné ni seguro.

El juzgado de lo Penal número 8 de Sevilla condenó inicialmente al bailaor a 16 meses de cárcel por los delitos de homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro, pero la Fiscalía y la viuda de Benjamín Olalla, María Ángeles Madero, recurrieron la sentencia y la Audiencia elevó la condena hasta los tres años de cárcel, lo que hacía inevitable el ingreso en prisión de Farruquito. El artista recurrió e intentó cambiar la condena por multas o trabajos en beneficio de la comunidad, pero al final decidió ingresar voluntariamente en prisión para cumplir la condena. Farruquito se convirtió en el primer conductor que cumplía una condena de prisión por un delito de estas características. Su caso supuso un antes y un después. En la actualidad, los jueces no dudan en enviar a la cárcel a personas condenadas por delitos graves contra la seguridad vial.

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