Los dos ciudadanos colombianos, identificados como A.M. y R.Y.E.C., ambos de 24 años de edad, que fueron detenidos por su participación en una serie de altercados ocurridos en la barriada Madre de Dios de la capital, y que ocasionaron heridas a cuatro agentes del Cuerpo, han sido puestos en libertad con cargos, según informaron fuentes de la investigación. 

Los hechos ocurrieron alrededor de las 22:30 horas del pasado día 11 de abril, cuando agentes de Policía Nacional realizaban labores de prevención por el Distrito Este y fueron alertados por ciudadanos de que, en una calle cercana, se encontraba un numeroso grupo de hombres y mujeres bebiendo alcohol y bailando con la música "muy alta".

Los agentes, una vez en el lugar, pudieron constatar que la música provenía de un piso bajo de uno de los inmuebles, por lo que  contactaron con la propietaria del mismo y le solicitaron que bajara el volumen de la música, a lo que la mujer accedió, informando a los mismos que estaban celebrando una fiesta de su país natal (Colombia).

Cuando los agentes procedían a abandonar el lugar, el numeroso grupo que se encontraba en la vía pública bebiendo y bailando "comenzó a insultar a la Policía, impidiendo su salida, en actitud violenta". Entonces, los agentes pidieron refuerzos y, tras la llegada de varios indicativos policiales, las personas congregadas en el acceso al inmueble comenzaron a dispersarse.

En el momento en el que los agentes comenzaron a requerir la documentación a los allí congregados, estos empezaron a lanzarles todo tipo de objetos, como botellas de vidrio y sillas de madera, de plástico y de metal, llegando a impactar en varios de los agentes.

Agresión con silla de metal

Uno de los detenidos, A.M., fracturó una botella de cristal que portaba agrediendo a uno de los agentes, al que le alcanzó en la zona izquierda del pecho, evitando el corte gracias al chaleco antibalas que portaba. A.M. se dio a la fuga, siendo perseguido por varios agentes que consiguieron darle alcance y proceder a su detención.

R.Y.E.C. fue detenido tras darse a la fuga después de agredir a un agente con una silla de metal, con la que le golpeó en el lado derecho del rostro provocándole una herida sangrante en la ceja derecha que necesitó tres puntos de sutura.