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Sevilla

Enfermos y hacinados

  • Hasta 43 pacientes permanecían ayer en una sala de Urgencias esperando cama

Enfermos, algunos de gravedad, y hacinados en salas de espera con el anhelo de una cama y de una atención especializada que tarda demasiado. La saturación en las Urgencias del Hospital de Valme provoca una importante sobrecarga a los profesionales sanitarios, que definen de "insostenible" la situación. Fuentes de la dirección del Valme, por su parte, explicaron que esta semana se ha producido un pico en Urgencias, pero que cada día se está normalizando más la situación. A las tres de la tarde de ayer, según datos del hospital, "sólo 10 pacientes esperaban una cama".

En el área de Observación B del Valme -denominada en la jerga del hospital como sala pin (para pacientes pendiente de ingreso)- permanecían ayer, en el mediodía, hasta 43 personas en camillas, sillones y camas esperando una habitación en planta. Los que trabajan en este punto del hospital explican que este espacio está diseñado para atender a un máximo de 34 personas. Observación B está preparada como una sala de transición, mientras que el paciente -que ha entrado por Urgencias y ha sido diagnosticado- es asignado a una habitación de hospitalización, para recibir la atención especializada que requiere su dolencia. La teoría asistencial dice que en este lugar, como máximo, debe estar un enfermo hasta 24 horas, pero hay pacientes que han llegado a permanecer cinco o incluso, seis días. Es el caso de Salud, una anciana de 80 años, que llegó a Urgencias procedente de Alcalá de Guadaíra el pasado sábado y que ayer -a las dos de la tarde-, cinco días después, aún estaba esperando una cama en planta. Su hija, Margarita Sánchez, expresa con indignación la situación de su madre: "tiene problemas para comunicarse porque sufrió un ictus que le dejó secuelas y cada vez que la visito en la sala pin la encuentro llorando porque necesita ir al baño y no puede decirlo". Margarita lleva también desde el sábado en la sala de espera habilitada para los familiares de pacientes aguardando una habitación para su madre. Hace cuatro meses, Salud fue operada en el Valme por un tumor en la vejiga que fue extirpado y "los médicos nos dijeron que tenía que ser citada para otra operación de vesícula", explica Margarita. Aún no ha recibido la cita del SAS y "el sábado se puso peor, así que la traje a Urgencias", reseña.

Junto a Margarita, en la sala de espera, otra familia ansía también una habitación para un ser querido. Es el caso de Rafael Rodríguez, un paciente de 64 años con problemas de corazón que llegó a Urgencias el pasado martes y que ayer permanecía en la sala pin esperando cama. Procedente de Montellano, su mujer explicaba ayer que Rafael se encuentra muy incómodo porque pesa 130 kilos y se encuentra en un sillón, como otros enfermos de la sala pin, esperando habitación. Su familia teme que Rafael no reciba la atención que requiere. "Necesita oxígeno y sufre arritmias".

Las familias de los pacientes en Urgencias comparten sus confidencias en la sala de espera. "Nos hemos convertido en vecinos", dicen. Son muchas las horas, de día y de noche, que comparten. "De noche pasamos mucho frío en esta sala", añade Margarita, con una mirada cansada y llena de paciencia. Esta mujer ansía que hoy viernes, al fin, preparen una cama en planta para su madre.

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