Faltan menos de diez días para que el nuevo Plan de Tráfico, que controlará el acceso y circulación en el Casco Antiguo, se apruebe y las quejas de ocho asociaciones de vecinos del centro se han hecho públicas. El Pleno aprobará el 16 de julio un cambio normativo que parece no convencer a vecinos y comerciantes, que no se han querido quedar callados y manifiestan su total disconformidad, salvo una asociación.

Este periódico se ha puesto en contacto con los representantes y portavoces de ocho entidades vecinales: Estación de Córdoba, San Lorenzo, Museo, Arenal, Pumarejo, Santa Cruz y Entorno Regina, así como vecinos de la Plaza del Pelícano. Todos, salvo Entorno Regina, aseguran que el nuevo plan sólo supondrá que cada vez más el resto de ciudadanos dejen de acudir al centro. "Nos preocupa que los autónomos están siendo vetados para trabajar en el Casco Antiguo", afirma Lola Dávila, presidenta de la entidad Estación de Córdoba-Plaza de Armas.

Desde la Asociación Casco Histórico-San Lorenzo, Ana Sosbilla asegura que desde el Ayuntamiento se niegan a recibirles "a pesar que somos muchas las entidades que nos hemos reunido presentando escritos". "Nosotros no nos oponemos a que se hagan restricciones de vehículos, pero queremos otras alternativas eficaces", añade.

"Aparcamientos gratuitos" como medida previa hasta la correcta ejecución del Plan de Tráfico, pide la asociación del Museo. "Las personas que vienen al centro optarán por marcharse a otras zonas al no poder aparcar sus vehículos", explica Manuel Antonio Ruiz-Berdejo. "Los vecinos de El Museo pedimos que no dejen sin vida el centro de la ciudad".

Antonio Fernández, portavoz de la asociación de vecinos Torre del Oro, del Arenal, lamenta que "sólo hayan recibido los escritos de aquellas entidades afines al PSOE, mientras que al resto nos han dejado fuera". Para estos vecinos, la actitud del Consitorio responde a un "acto discriminatorio y dictatorial".

Lola Dávila insiste en que "poner como período de prueba los meses de verano es absurdo, porque la mayoría de los vecinos a los que la ordenanza les afectará están ahora de vacaciones". Propone que el plan se retrase a noviembre. Además incide en que "los vecinos del centro pagamos la zona azul para que sean otros quienes finalmente ocupen nuestras zonas de aparcamiento".

La ordenanza prohibirá que una misma plaza de aparcamiento sea ocupada por más de un vehículo, salvo autorización expresa, y se limita el acceso a 45 minutos so pena de ser sancionado. "Se les está prohibiendo a las personas que vayan a ver a sus familias", lamenta Francisco Domínguez, vecino de la Plaza del Pelícano. "Nuestros amigos tendrán que coger un taxi o un autobús si quieren venir a vernos. Las personas mayores que tienen plazas en propiedad y no usan el coche, no podrán dejárselas tampoco a sus hijos", añade Dávila.

Ángel Hueso, representante vecinal de El Pumarejo, no encuentra "nada positivo" a este Plan de Tráfico, ya que, asegura, "tan sólo se está intentando que todo sea políticamente correcto, pero sólo pretenden dañar a los vecinos del Casco Antiguo porque aquí ganan los populares".

Manuel Antonio Ruiz-Berdejo asegura que el alcalde "no ha querido recibir a ninguna asociación a pesar de que hemos mandado varios escritos", como es el caso de siete de las ocho consultadas por este periódico.

Conforme, aunque con reservas, con el plan está el representante de Entorno Regina, para quien las nuevas medidas para regular el tráfico en el centro "son necesarias pese a que no se están llevando a cabo de modo correcto", explica José Luis Cano. "Para nosotros es beneficioso porque el caos de tráfico en el centro era ya insostenible y ahora tendremos más garantías de acceso a nuestras viviendas, aunque entiendo que aquellos que viven fuera del distrito y tienen que acceder todos los días serán quienen más sufran las consecuencias.

"Quedan muchas cosas por hacer todavía, hay muchos problemas que necesitan una solución" afirma María José del Rey, presidenta de la asociación de vecinos Amigos del Barrio de Santa Cruz.

"Lo que sí es absurdo es querer dividir en centro en partes", comenta José Luis Cano.

Francisco Domínguez dice que con "sólo puedo acceder por la Trinidad para llegar a mi casa, y la mayoría de las calles las han puesto en sentido contrario para ahorrarse cámaras. Es de verguenza porque las cosas se hacen sin sentido". Casi todos coinciden en que se trata de un plan "con demasiados aspectos aún en el aire".