"El transporte público en nuestro barrio es de vergüenza". Diego Durán es uno de los más de 100.000 ciudadanos que viven en Sevilla Este, y se queja por la falta de opciones que tiene esta zona de la ciudad a la hora de acceder hasta el centro de Sevilla. Como él, muchos vecinos manifiestan su descontento con Tussam y piden que la próxima línea 2 del Metro de Sevilla sea más competitiva para que no tarde media hora en llegar al centro de Sevilla, algo excesivo para un Metro que tardaría casi el mismo tiempo que un autobús en hacer el mismo recorrido. La línea 2, con final en la Carretera Amarilla, es la única que obliga a transbordar dos veces para llegar a la Puerta de Jerez, situada en la línea 1.

"Los que han diseñado las líneas del Metro se han lucido", opina María Paula Navarro, vecina de una zona que tendrá que invertir el doble de tiempo que otros barrios periféricos en llegar a la estación más céntrica de la capital. "Si la ventaja del Metro es precisamente la rapidez, no entiendo cómo vamos a tardar lo mismo yendo al centro en este medio que en autobús, es injusto para toda la gente que vive en este barrio", dice María.

Son muchos los vecinos de Sevilla Este que ven "incómodo" el tener que realizar dos transbordos para llegar al centro de Sevilla, siendo el primero de ellos obligado en Carretera Amarilla para coger la línea 4. El segundo transbordo está en la ronda del Tamarguillo, donde hay que bajarse de nuevo para coger la línea 1 hacia la Puerta de Jerez: "Yo no cogeré el Metro si sigue con el diseño que han propuesto. No me merece la pena hacer dos transbordos por la pérdida de tiempo que eso conlleva, así que seguiré cogiendo el autobús", comenta Ana.

Los vecinos de Sevilla Este también se quejan por el déficit que sufre el barrio desde hace tiempo en transportes públicos. "Me parece de vergüenza los servicios públicos que tenemos para todas las personas que vivimos aquí y más aún con la cantidad de viviendas nuevas que están construyendo", comenta un vecino indignado. Mercedes Domínguez, una mujer que ha vivido 25 años en Sevilla Este, coge todos los días la línea 27 de Tussam para ir desde Ponce de León hasta este barrio. Aunque la empresa de transporte público asegura que dicho autobús realiza su recorrido en 25 minutos, este periódico pudo comprobar ayer a las 12:00 que esta línea, y sin apenas tráfico, tardó 45 minutos en realizar su trayecto, un tiempo que podría superar la hora en invierno debido a los atascos habituales por la falta de carril bus.

Manuel Serrano, conductor de la línea 27 de Tussam, una de las más usadas por los viajeros, cree que Sevilla Este no necesita más líneas de autobuses: "Lo que mejoraría la situación sería que los autobuses pasaran con más frecuencia y que se realizasen actuaciones para mejorar el tráfico en Sevilla, aunque la cosa no está como para gastar mucho dinero".

La línea 22, que conecta Sevilla Este con el Prado, tardó ayer a las 13:00, 36 minutos en llegar de un punto a otro, aunque algunas personas que lo cogen a menudo para ir al centro se quejan de sus servicios. "El 22 tarda horrores porque entre un autobús y otro casi siempre tengo que esperar media hora", afirma Diego Durán, quien opina que se deberían crear dos líneas más para dar servicio a Sevilla Este. Este vecino tiene que ir cada día al centro de la ciudad, por lo que muchas veces coge la línea 22 y se baja en la Gran Plaza, desde donde accede al Metro: "Esto es lo que seguiré haciendo cuando exista la línea 2 del Metro", declara Diego, quien asegura que de esta forma llegará antes a su destino que haciendo dos transbordos: "Se nota que los que han diseñado los trayectos no cogen ni el Metro ni el autobús".

Son muchos los habitantes de Sevilla Este que ven muy lejana la llegada de la línea 2 del Metro a su barrio, cuyo funcionamiento está previsto para 2017. De momento, el descontento y la indignación son los sentimientos reinantes entre las personas que cada día cogen el transporte público en los trayectos de ida y vuelta entre Sevilla Este y el centro. La falta de líneas, los tiempos de espera entre un autobús y otro, y la compleja accesibilidad al centro que tendrá la línea 2 del Metro son argumentos suficientes para que los vecinos suspendan la gestión que realiza el Consistorio hispalense con respecto al transporte público del barrio.