Daños al patrimonio y mobiliario urbano

La dificultad para multar deja sin efecto la ordenanza antivandálica

  • El escaso número de denuncias y la insolvencia de los sancionados por realizar grafitis invalida el objetivo de la normativa · El PP propone un cambio: educar a estos jóvenes obligándoles a realizar trabajos sociales

La ordenanza antivandálica se aprobó el 20 de junio de 2008 con el objetivo de fomentar la convivencia y proteger los espacios públicos, pero a fecha de hoy su efecto es mínimo. Según confirmaron fuentes policiales, las denuncias contra grafiteros son casi simbólicas y cuando se sorprende a algún joven pintando en la calle el castigo se limita a una multa de baja cuantía que, en muchos casos, no llega a pagarse al declararse insolvente el denunciado, tal y como ocurre también con los aparcacoches ilegales.

Esta situación no es nueva, pero en los últimos meses parece que se está agravando. Según la concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sevilla Amidea Navarro, la ausencia de agentes locales durante las noches de los últimos meses está provocando que los actos vandálicos se estén incrementando considerablemente. "Últimamente se han recibido muchísimas llamadas de vecinos asegurando que están desesperados porque llevan mucho tiempo con pintadas en sus fachadas y cuando las limpian, al día siguiente vuelven a tenerlas", declaró la edil.

La ordenanza antivandálica prohíbe las pintadas en bienes públicos y privados, en calzadas, muros y fachadas, monumentos, e instalaciones públicas en general. Sin embargo, Amidea Navarro aseguró que esta normativa municipal no se está cumpliendo. De hecho, las denuncias y sanciones son mínimas, según confirman fuentes policiales. Por ello, el PP propuso ayer que se incluya la presencia de educadores sociales que impongan otro tipo de sanciones alternativas a las multas por grafitis, ya que las personas sancionadas "no suelen pagar al no tener dinero y tampoco se les puede embargar", por lo que Navarro insistió en la importancia de la reeducación social.

Las multas por este tipo de actos vandálicos oscilan entre los 750 euros y los 3.000 euros, dependiendo de la gravedad de los hechos. Por ello, el Partido Popular apostó por modificar el artículo 18 de la ordenanza antivandálica para que las personas que realizan las pintadas sean condenadas a realizar trabajos sociales y a limpiar sus propios grafitis. "Yo no sé lo que sentiría al salir de mi casa y encontrarme todos los días con una fachada en este estado", admitió Amidea Navarro, quien dijo que hay grafitis en la ciudad que están olvidados por parte del Ayuntamiento ya que llevan "más de un año" sin limpiarse.

La concejal del PP reiteró que la modificación de la ordenanza es "muy necesaria y urgente", asegurando que la reeducación social está dando muy buenos resultados en otras ciudades como Madrid o Espartinas.

Según Amidea Navarro, gran parte de los grafitis se concentran en el casco antiguo de Sevilla, una zona "que está siendo es castigada continuamente por el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, quien demuestra que los vecinos que viven en este barrio no le importan en absoluto". Según la edil del PP, los vecinos y comerciantes del distrito Casco Antiguo están hartos de tener sus fachadas llenas de pintadas mientras que el Ayuntamiento "no hace nada para remediar esta situación".

Navarro insistió en que la ordenanza antivandálica se debe modificar o ampliar y afirmó que "no se puede consentir que lugares donde están prohibidas las pintadas estén repletos de ellas". Además, matizó que el PP no está contra de los grafiteros, ya que "es un arte que se debe apoyar".

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