Sevilla

Tussam logra cerrar un ejercicio sin déficit gracias al recorte interno

  • La empresa mantiene una deuda de 60 millones de euros, pero las cuentas referidas exclusivamente a 2010 terminarán equilibradas por primera vez en los más de once años de Monteseirín como alcalde

La caída se frena. Tussam logrará cerrar por primera vez con Monteseirín como alcalde un ejercicio con las cuentas equilibradas gracias fundamentalmente a tres causas: el reajuste interno, la venta de la sede de Diego de Riaño y la nueva normativa del Plan General Contable que deslinda con claridad el ejercicio en curso de la deuda acumulada en años anteriores. El desfase de diez millones de euros como media que genera al año una empresa como Tussam se compensa, fundamentalmente, con los 7.103.000 euros de la enajenación para su conversión en hotel de la sede de Diego de Riaño, un dinero que se recibirá en cuanto el Ayuntamiento conceda la licencia urbanística. La empresa ha conseguido este 2010 un ahorro de 5,6 millones gracias al plan de reajuste interno por el que se apostó una vez que fue imposible sacar adelante el plan de viabilidad económica y financiera por la ruptura del diálogo con los sindicatos, que terminó con la dimisión del anterior vicepresidente ejecutivo, Guillermo Gutiérrez, en plena jornada de huelga de conductores la pasada Feria de Abril.

El ahorro de 5,6 millones ha sido posible gracias a una serie de medidas muy diversas. Los ocho directivos de la compañía tuvieron que aplicarse una reducción salarial del 15% como consecuencia del tijeretazo dictado por Zapatero en el decreto de lucha contra el déficit público. La empresa también apostó por la supresión de determinadas líneas de elevado coste o de escasa rentabilidad, como ocurrió con la lanzadera interna para los trabajadores, o las líneas 36, la E5 o la conocida como bus de la movida.

Otra medida ha consistido en la fusión de líneas, como sucedió con las 5 y la 23. En muchos casos se ha apostado por los recortes directos en determinados contratos de mantenimiento, en los gastos de talleres y hasta en los correspondientes a los actos de homenaje a trabajadores jubilados. Han influido también en garantizar el ahorro los planes de reajustes generales de líneas, como el aprovechamiento de los recorridos en los que se tiene asegurada una mayor velocidad comercial, la explotación de las nuevas medidas de fluidez del tráfico puestas en práctica en calles como Luis Montoto o la ronda histórica, o los planes de mejora de prioridad semafórica. La empresa ha confirmado que el número de viajeros no se ha reducido en ningún caso a pesar de la desaparición de algunas líneas. Tussam se mantiene en la tendencia hacia los 60 millones de viajeros a año.

Otra clave importante que explica que las cuentas de 2010 vayan a terminar equilibradas es la aplicación de las nuevas directrices del Plan General Contable, que permite a la compañía diferenciar con claridad la deuda que arrastra de 60 millones del ejercicio individualmente considerado. El nuevo Plan General Contable obliga a que las transferencias corrientes se incluyan en la cuenta de resultados como ingresos y no como forma final de sanear los balances. Esta nueva normativa mejora cualquier análisis que se haga del momento actual de la empresa. No arregla la losa de 60 millones, pero sirve para paliar la imagen catastrófica de la compañía. Tampoco hay que olvidar la transferencia anual del Ayuntamiento, aunque este año se redujo de 46 a 44 millones como consecuencia de los recortes impuestos por el Estado con motivo de la crisis económica.

La empresa asegura que ya ha hecho todo lo posible para reducir el déficit de la compañía. El esfuerzo también se ha exigido a los usuarios, que tendrán que pagar títulos de viaje más caros en 2011 de acuerdo con la nueva tabla tarifaria aprobada en el último Pleno municipal dentro de las ordenanzas fiscales para el nuevo año. Siguiendo este planteamiento, sólo podría faltar un mayor compromiso de la Junta de Andalucía para con Tussam, sobre todo a la hora de reducir la deuda histórica de los 60 millones de euros, y de la plantilla de los trabajadores, que en breve tienen que comenzar la negociación del nuevo convenio colectivo. En el caso de la Junta, la contribución es de apenas 700.000 euros, por lo que las esperanzas de la compañía estarían puestas en un modelo de integración tarifaria con el Consorcio.

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