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Sevilla

Un mercado con demasiados fallos

  • La plaza de Bellavista, inaugurada hace dos años, tiene ya numerosos desperfectos

Azulejos que se caen a diario, persianas rotas, humedades, problemas con la ventilación y pendientes mal construidas. Con todos estos desperfectos se han ido encontrando los comerciantes del mercado de abastos de Bellavista en los últimos meses.

Un número de daños considerable si se tiene en cuenta que la plaza fue inaugurada hace menos de un año y nueve meses, después de que los placeros se llevasen 36 años en un mercado provisional. Las obras acumularon en su día múltiples retrasos, ya que la primera piedra se colocó en junio de 2006 y el plazo inicial de ejecución era de siete meses. A pesar del millón y medio de euros invertido en el nuevo recinto, los placeros aseguran que la empresa constructora, actualmente en quiebra, tiene toda la culpa de los desperfectos.

"Al principio estábamos encantados porque era como mudarnos de una choza a un hotel de cinco estrellas", declaró Antonio Ramos, el presidente de los comerciantes de la plaza. Este frutero comentó que el pasado 2 de diciembre se reunieron con responsables del Ayuntamiento de Sevilla para tratar la situación. "Nos dijeron que por el momento no hay dinero para los arreglos".

Sin embargo, la delegada de Salud y Consumo, Teresa Florido, visitó ayer el mercado para informar a los placeros de que sus peticiones han sido finalmente aceptadas. "A principios de enero el Consistorio se irá haciendo cargo de todos los arreglos. Este mercado tuvo la mala suerte de que en los últimos meses de su construcción, la empresa adjudicataria no pudo finalizar las obras por problemas económicos. Entonces, lo inauguramos y se han ido solventando los problemas que han ido surgiendo sobre la marcha", explicó la delegada.

A pesar de la buena noticia, en algunos puestos los comerciantes ya han tenido que pagar con su propio dinero algunas reparaciones. Es el caso de Ana Lozano, una carnicera en cuyo puesto se quedó atrancada la persiana de cierre. "Me tuve que gastar 250 euros porque llevaba 15 días con medio puesto cerrado por culpa de la persiana, por lo que sólo podía atender a la mitad de clientes", indicó la placera.

El pescadero Alfonso Merlo, quien lleva dos meses con la persiana de su puesto estropeada, se quejó de que la pendiente del suelo está mal construida. "Cuando baldeamos se nos mete toda el agua en las cámaras frigoríficas", denunció. Aunque tenía pensado gastarse unos 300 euros en la reforma, ahora será el Ayuntamiento quien corra con los gastos.

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