Los invisibles

"Fui a Irán en el 92 huyendo de la Expo, me pateé toda la ribera del mar Caspio"

  • Del Polígono Sur a Mallorca y Barcelona. En la Alameda y en el Soria 9 perfeccionó el persa, que enseñó en la Universidad y le da trabajo como traductor de la Embajada iraní.

NACIÓ en la calle 8, número 32 de las Casitas Bajas del Polígono Sur. Joaquín Rodríguez (Sevilla, 1965), hijo de emigrantes, trabaja para la Embajada de Irán como traductor de persa.

-¿Dónde aprendió persa?

-En la Alameda. Yo vendía tebeos y libros infantiles y conocí a un grupo de vendedores iraníes. Siempre fui muy aficionado a las lenguas raras y empecé a aprender poco a poco. ¿Qué no pilla uno cuando tiene 17 años?

-¿Por qué el persa?

-Irán estaba de moda. Salía todos los días en televisión por la revolución islámica y por la guerra. Por un libro de Geografía de mi padre yo sabía que en ese país no se hablaba árabe.

-Y del idioma se va al país...

-Me fui en el 92, huyendo de la Expo. No fui antes por muchos motivos. Primero, porque no te iban a dar un visado estando en guerra. Segundo, porque tampoco tenía dinero. Me fui en la Expo, con mi familia en Chipiona.

-¿Se fue de veraneo?

-Fui a conocer el país y perfeccionar el idioma. La ribera del Caspio me la pateé entera. Y no me volví solo. Jomeini había muerto en 1989, pero aún no habían terminado de construir su tumba.

-¿Cuál fue su escuela?

-Donde más intensamente estudié fue en la mili. Soy de la quinta del 85. La hice con el Soria 9, en el cuartel de San Fernando. Tenía la taquilla llena de libros de persa. Me decían que por qué no estudiaba inglés, tenía más salidas.

-Usted la encontró.

-Ha sido mi salida sin proponérmelo. Un amigo de Sevilla, Antonio Jiménez Reillo, que ahora es profesor de Árabe en la Universidad de Murcia, me dijo que por qué no le daba clases particulares de persa. Se apuntó un musulmán converso. Antonio habló con el decanato de Filología y fue un éxito rotundo. El año que menos se matricularon eran 70. Un curso tuvimos 153 alumnos.

-¿Cuándo da el salto?

-En la Embajada iraní en Madrid me conocían porque iba a por el visado y sabía persa. En 2002 vino Jatami de visita oficial a España. El traductor de la Embajada se acordó de mí, me dijo que estaba muy atareado y con Jatami venían 50 personas, un avión lleno de iraníes. Fui el que traduje los discursos de Jatami, lo que dijo ante el Rey y su famosa referencia al Quijote.

-¿Qué dijo del Quijote?

-Jatami dijo que hay tiranos modernos que se creen quijotes que van impartiendo justicia, pero nunca serán caballeros. A mí me gusta empaparme del Quijote, de sintaxis antigua en español y darle un color añejo a los textos que traduzco del persa antiguo.

-Jatami fue su salvoconducto...

-Por él conocieron mi trabajo. En 2004 me llamaron de la agencia Irna, un equivalente iraní a la agencia Efe. Yo me encargaba de traducir del persa al español todo lo de política exterior. La página fue un éxito, tenía dos millones de visitas al mes. Clientes en 22 países hispanohablantes. Y en mayo de 2009 me llaman de la Consejería de Cultura, donde sigo.

-¿Ejerce de sevillano?

-Lo que más echo de menos es la familia y los buenos bares que tiene Sevilla. No soy de Semana Santa ni de Feria. Un Martes Santo salí de niño como monaguillo porque me pagaban mil pesetas. A la Feria iba, pero a vender tabaco y chucherías.

-¿Le marcó la emigración?

-Tenía dos años cuando nos fuimos a Palma de Mallorca. Íbamos los cuatro varones y la primera de las chicas. Después vinieron otras cuatro. De Mallorca recuerdo el colegio de la Soledad. Era enorme. Mi profesor de Matemáticas se llamaba Francisco Franco.

-¿Dónde le coge la muerte del Francisco Franco auténtico?

-En Santa Coloma de Gramanet. Mi padre era pintor industrial. Vivió el boom del turismo y la crisis del petróleo de 1973.

-¿Le chocó volver a Sevilla?

-Tenía 13 años. Me llamó la atención lo bien que olía la ciudad, la cantidad de naranjos y los giros andaluces, eso del nota y el quillo me hacía mucha gracia. Después los interioricé.

-Ha venido a su ciudad natal a presentar su Gramática General de Persa Moderno. ¿Un clásico?

-La empecé en 1999 a papel y lápiz. Soy autodidacta. Terminé Filología Árabe por la insistencia de mis amigos y de mi mujer.

-Sevillano, mallorquín, catalán, iraní. Los pabellones de su Expo.

-Estoy muy contento de trabajar con los iraníes y muy disgustado con España, disgustadísimo. Llamé a todas las puertas de mi país y no me abrieron ninguna. Tengo 45 años, soy el único traductor oficial de persa nativo en España y si tengo trabajo es gracias a Irán y a pesar de España.

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