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Sevilla

Cofradías sin humo

  • La nueva ley del tabaco ha abierto un debate en el seno de las hermandades · La mayoría opta por no dejar fumar en las casas de hermandad

Fumar, o no fumar. Esa es la cuestión. Dejando a un lado que el tabaco es perjudicial para salud, la nueva ley promulgada por el Gobierno, que entró en vigor el pasado día 2 de enero, abre un debate en el seno de las hermandades y cofradías. ¿Se puede fumar en una casa de hermandad? ¿Se considera este lugar como un espacio público y, por tanto, estaría prohibido el consumo de tabaco? ¿Qué pasa en los atrios de las iglesias? Todas estas cuestiones han abierto un debate en el seno de las corporaciones. Hay opiniones para todos los gustos. Desde medidas restrictivas, hasta decidir en función de las circunstancias. 

 

El apartado e del artículo 2 de la ley especifica que se prohíbe fumar en "espacios de uso público: lugares accesibles al público en general o lugares de uso colectivo, con independencia de su titularidad pública o privada". ¿Es una casa de hermandad un lugar público de uso colectivo? El abogado Salvador Navarro considera que, cuanto menos, es de uso público: "Según la ley no se puede fumar en espacios cerrados de uso público o colectivo. Una casa de hermandad no es exactamente de uso público, pero sí que es colectivo. Sobre todo, y teniendo en cuenta la intención de la norma, parece claro que no se podría fumar". Si en dicha casa de hermandad existiera algún tipo de bar  de los que montan las corporaciones, en opinión del letrado, ya no existiría duda alguna: "Esto sería un elemento adicional porque la ley habla de que no se puede fumar en lugares cerrados donde se manipulen o consuman alimentos". 

 

Otra cosa serían los atrios de las iglesias, o los patios de las casas de hermandad, si los hubiera. "En estos lugares no creo que haya ningún tipo de impedimento para fumar", aclara Salvador Navarro. Esto mismo se podría aplicar a los servicios de la Catedral, que se encuentran en el Patio de los Naranjos, que muchos nazarenos utilizan, además de para hacer sus necesidades, para echar unas caladitas antes de retomar la estación de penitencia: "Ahí no se debería fumar pero por otros motivos, no por la ley".

 

Una de las primeras hermandades en aplicar la restricción impuesta por la ley ha sido la del Buen Fin. De las paredes de su casa hermandad cuelgan varios carteles que advierten que allí no se puede fumar. "Nosotros lo vemos muy claro. Un miembro de la junta de gobierno dijo que como colectivo nos afectaba en todos los sentidos. Yo no soy fumador, pero no me molesta. Era partidario de dejar fumar", revela el hermano mayor, José Manuel Díaz. Como es normal, en el seno de la cofradía hay opiniones a favor y en contra. Lo que se ha convertido en una estampa habitual es ver a un grupo de hermanos en la puerta de la casa de hermandad fumando antes de volver a entrar.

El caso contrario al del Buen Fin ocurre en San Bernardo, que cuenta con una gran casa de hermandad, que fue bendecida e inaugurada la pasada cuaresma. Allí todavía no han tomado ninguna medida, cuenta su hermano mayor, José María Lobo: "En el último cabildo general un hermano pidió que se hiciera un estudio al respecto. Yo me he comprometido a ello y en el próximo cabildo en junio se verá. Seguramente tengamos que elevar una consulta al organismo competente, pero al ser un espacio público nos van a decir que no se puede fumar".

Al hermano mayor de San Bernardo le gustaría que se alcanzara un consenso entre todos los hermanos: "Mientras nadie proteste se fumará. Ahora, cuando alguien diga que le molesta el humo se apaga el cigarro y ya está. De momento hay concordia entre los hermanos y es lo que queremos".

 

Una de las hermandades con más miembros, la Macarena, se ha curado en salud. "Hemos puestos carteles de prohibido fumar por toda la casa de hermandad y las dependencias. No queremos jugárnosla", explica el hermano mayor, Manuel García. Donde sí se puede fumar es en el atrio de la basílica, convertido en refugio para los fumadores de la hermandad: "Ahí no hay problema. Los que fumen tienen que aguantarse, y cuando no puedan más, que se salgan al atrio".

 

El Gran Poder, la otra corporación que cuenta con más hermanos, también ha decidido que no se puede fumar en sus instalaciones, según cuenta el hermano mayor, Enrique Esquivias: "Así lo hemos decidido en cabildo. Hay que tener en cuenta que esto también es un centro de trabajo, por lo que no se puede fumar". La hermandad de San Lorenzo también hará extensiva la prohibición a la próxima Madrugada: "Tampoco se permitirá fumar en ninguna de las dependencias".

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