Ministras. Consejeros. Rectores. Científicos. Estaban todos, pero faltaba una representación de la ciudad. Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, criticó ayer que no le hubieran invitado en la Casa de la Ciencia (pabellón de Perú) a la presentación del proyecto europeo de investigación medioambiental Lifewatch. "Juan Ignacio Zoido como tal no tiene que estar invitado, porque es un sevillano más, pero el alcalde de Sevilla sí", declaró Zoido a la Cadena Ser.

No estaba Zoido ni ninguno de sus concejales. Y son 20 ediles del Grupo Popular tras las elecciones del 22 de mayo. "Espero que nos den alguna justificación de las causas por las que no han invitado al alcalde de Sevilla". El acto contó con la presencia del ex presidente del Gobierno Felipe González como presidente del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana. A su llegada fue recibido por Fernando Hiraldo, director de la Estación Biológica de Doñana, y Rafael Rodrigo, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

"Muy bien. Se lo agradeceré", dijo Felipe González a Diario de Sevilla cuando este periódico le comentó que Juan Ignacio Zoido, en su discurso de investidura, lo citó entre los "eminentes sevillanos que llevan el nombre de Sevilla por el mundo gracias a su talento". Después de referirse al talento de sevillanos del pasado como Gonzalo Bilbao, Aníbal González, Blanco White, Luis Montoto o Rafael Laffón, Zoido se centró en el papel que desempeñan "los responsables de la Unidad de Trasplantes del hospital Virgen del Rocío, Felipe Benjumea, Felipe González, Paz Vega, Beatriz Manchón, Manuel Clavero...".

La Junta de Andalucía estuvo representada por su presidente, José Antonio Griñán, y los consejeros de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, y Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo. Del Gobierno central acudieron las ministras de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar. A las universidades las representaron sus rectores Joaquín Luque (Hispalense) y Juan Jiménez (Olavide). También estuvo presente el delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido.

Un monitor de televisión emitía en una sala imágenes de la visita de Alfonso XIII a la Exposición Iberoamericana de 1929. Con 82 años de diferencia, la puerta del pabellón de Perú veía pasar en imágenes al Monarca con su séquito y en vivo al ex presidente Felipe González Márquez con el suyo. Menos bigotes, ausencia de barbas y sombreros y una continuidad entre el abuelo del actual jefe de Estado y el segundo presidente del Gobierno de la monarquía parlamentaria.

Felipe González departió con las ministras de Zapatero Garmendia y Aguilar. De la segunda época, de su crepúsculo. En unos derroteros bien diferentes a los que presidieron sus comienzos, cuando reclutó en la Junta de Andalucía para su Gobierno de 2004 a las ex consejeras Carmen Calvo y Magdalena Álvarez.

El presidente más longevo de la democracia española, puente entre Leopoldo Calvo-Sotelo y José María Aznar, vive su particular alfa y omega de ministros. El pesar por la muerte de su amigo Jorge Semprún, ministro de Cultura que padeció el exilio como Alfonso XIII, y la nueva juventud de su ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, primer ganador virtual de unas primarias a uno mismo.