FERIA Toros en Sevilla hoy | Manuel Jesús 'El Cid', Daniel Luque y Emilio de Justo en la Maestranza

Juan Espadas. Candidato a la Alcaldía del PSOE

"Zoido nos deja una herencia oculta"

  • El socialista garantiza que será un alcalde de hechos, nunca sólo de palabras, y asegura que si todos los parados le votan ganará.

A poco más de 24 horas de que finalice la campaña, Juan Espadas (Sevilla, 1966) sigue mostrando su sorpresa por la notoriedad que ha alcanzado en las últimas semanas. Siempre prudente, admite que la victoria nunca ha estado tan cerca y sólo piensa en lograr la mayoría suficiente para gobernar y desarrollar su modelo de ciudad.

-Defina la campaña.

-Intensa y sorprendente. Ésta es la sexta que vivo y es en la que he visto una evolución más rápida y perceptible. No sé si es que yo me estoy viniendo arriba o la gente está en un proceso explosivo de expresión de su opinión. Hay una especie de contagio, de ganas de cambio. Se expresa de manera visible.

-¿Ve más gente cabreada?

-Sin duda.

-¿Y lo que no se ve? ¿Cree que hay un voto oculto?

-No seré el que cante victoria el primero. Hay muchas bolsas de votos que no sabemos qué harán. Pero si en las autonómicas había una sensación más tenue en la calle que ahora, en éstas puede que el voto oculto sea yo. Ya pasó en 2011, se hablaba de que Zoido conseguiría 16 ó 17 y logró 20 concejales.

-Él pidió el voto prestado.

-El voto se pide siempre, pero yo no particularizo en ir a por el de uno u otro. Tú sabes que con las cosas que dices puedes conectar más con un tipo de votante o con otro. Ayer le escuché a Pedro Sánchez algo bueno que yo había usado. Si los 86.000 desempleados que hay en la ciudad deciden que el Ayuntamiento debe hacer algo por resolver su problema es evidente que no votarán a Zoido porque no se ha querido implicar en esto y yo llevo cuatro años hablando del tema. Si esos desempleados me dan un voto de confianza, yo no sé de qué padre y madre son, pero entonces salgo seguro.

-¿Qué mensaje les lanza?

-El mensaje claro que quiero trasladarles es que voy a ser un alcalde de hechos y no de palabras. Un alcalde de resultados, medible, no de declaraciones y fotos y de representación de la ciudad. Un gestor que pueda demostrar cada año que tiene un balance que presentar. Ya he implicado a la gente, estoy generando sinergias. Por eso es bueno que objetive cuál es mi proyecto en cada barrio. La gente está harta de incumplimientos.

-Usted ha tardado en materializar propuestas, ¿por qué?

-Los incumplimientos son muy negativos porque incrementan la falta de credibilidad en los políticos. A mí me ha costado por esto hacer grandes declaraciones de propuestas. Ir a los sitios a decir yo me comprometo, a firmar contratos-programa como antes. Y que ahora en campaña Zoido esté recogiendo cosas que ya comprometió entonces, como el Vacie o el tranvía, genera una falta de credibilidad importante. Con la que está cayendo, el ciudadano no puede pensar que esta lluvia cae cada cuatro años.

-Pero estos días son para concretar. ¿Qué promete usted para sus primeros días de gobierno?

-En primer lugar, cambiaré algunos equipos básicos de dirección, reorganizaré los efectivos. Para poner en marcha el procedimiento de adjudicación de viviendas sociales de aquí al 31 de diciembre, por ejemplo, los equipos del Ayuntamiento tienen que trabajar en la línea que yo marque.

-Ha hablado de adjudicar 300 viviendas.

-Vamos a ver cuántas están vacías. Voy a intentar adjudicarlas todas, algunas de manera definitiva, otras de forma temporal... En cualquier caso, que en Navidad todo el patrimonio de viviendas del Ayuntamiento sea puesto a disposición de la gente que lo necesita.

-¿Su propósito es imponer otra forma de gobierno?

-Los ciudadanos tienen que percibir en los primeros 3 ó 4 meses otra forma de gestionar las cosas. Cuando estaba en la Junta, por ejemplo, yo me fijaba hitos por trimestre. Es una metodología de trabajo. Quiero tener el verano para trabajar en un modelo diferente de organización administrativa del Ayuntamiento, modificar el reglamento de los plenos, las juntas municipales y preparar el curso escolar, en cuanto a obras más urgentes y dotación de vacantes en servicios esenciales. Que ahí se note que hay otro arranque de curso distinto. También analizar con la gente de servicios sociales cuáles son las necesidades más urgentes.

-¿Ahí se puede mejorar también?

-Le daré un dato: hemos dado sólo 70 ayudas sociales dentro del programa complementario que atienden los casos más extremos, por ejemplo, gente que no puede pagar la luz, que necesita una pequeña reforma de su vivienda en un caso extremo... Esa información me la da gente de servicios sociales que está desbordada, que tiene listas de espera de atención. Una señora en Su Eminencia me decía que su marido es gran dependiente y tiene hijos pequeños; hasta que no deja a los niños en el colegio no puede ir al distrito a tramitar una ayuda. Y cuando llega nunca hay número. Son cuestiones muy básicas, pero esa señora no recibe atención.

-¿Y eso es fácil de resolver?

-Lo primero que hay que hacer es sentarse con el interventor. Ver qué modificaciones pueden realizarse para tener un poco más de juego en el presupuesto para atender tus prioridades. No se trata de romper dinámicas, no se puede quitar de cualquier sitio. Pero se puede hacer algo más. Yo tengo que empezar a hacer un censo de personas que quieran que me asesoren y sentarme con ellos.

-¿Usted va a deshacer algo que haya hecho el gobierno anterior?

-Lo de la zona azul es un despropósito. Ahora, si se sometiera a votación, la gente diría que no. Pero no quiero en generar en Bami la sensación de que les devuelvo un problema. Yo a este barrio lo voy a analizar específicamente porque ahí está el tema de los gorrillas. En Bami no sólo tengo que quitar, sino que tengo que poner. Voy a ver qué pasa antes con el aparcamiento de Rafael Salgado. Hay que hablar con ellos, me sentaré, pero está claro que algo hay que hacer. Tengo que llevar al tema a un consejo de administración de Aussa. Y la empresa me dirá que tenía hechos unos cálculos y habrá que redefinir el contrato. No se trata de derogar simplemente, que sea algo tan bruto como la derogación del Plan Centro. Hay que hacerlo con cabeza.

-¿Y algo más que no le guste?

-La gestión de las instalaciones deportivas. Me preocupa la situación de aquellas donde ya sé que el modelo no funciona porque me lo han dicho los clubes. Hay algunos que están aguantando y otros que nos dicen que no pueden más, que nos dejan las llaves y se van. Eso hay que verlo porque la temporada empieza en septiembre.

-Es parte de la herencia que deja el actual gobierno.

-Sí, están las vacantes de los servicios esenciales, el desmantelamiento de los servicios sociales, la necesidad de actuaciones urgentes en materia de empleo en colectivos en los que la fractura se ha incrementado, la zona azul, la privatización de las instalaciones deportivas... esto es herencia. También barrios que están en mal estado cuatro años después, el carril bici no ha tenido apenas mantenimiento, los jardines, como el Americano y los del Guadalquivir cuyo estado es para nota... Ellos hablaban de una deuda oculta y yo hablo de herencia oculta.

-Explíquese.

-Algunos de los pleitos que están pendientes de pronunciamiento y pueden suponer cantidades de dinero importantes. El caso Sacyr [condena de más de 36 millones al Ayuntamiento por incumplimiento del contrato de las setas] puede ser también el caso Detea, [denuncia por entregar saqueado a una empresa el edificio que albergó la sede de la Policía Local]. Tiene guasa que el que venga detrás tenga que arrear con esto. Es lo mismo que cuando Monteseirín planteó un préstamo y dijo que sólo los dos primeros años eran carencia de pago de intereses y, qué causalidad, que el tercero ya correspondía a otro gobierno.

-Hay otra herencia positiva: las cuentas se han saneado.

-Zoido ha tenido una política muy restrictiva de gastos. Eso ha generado una especie de cultura de reducción del gasto corriente. Y eso puede ser positivo, porque el que llegue detrás se encontrará un pequeño balón de oxígeno. Pero ahí Zoido quiere hacernos ver que lo ha hecho porque él es muy austero, no dudo de que lo sea, pero lo cierto es que esto viene condicionado por una dinámica impuesta por la situación del momento y que no se puede mantener durante mucho tiempo más. Tú necesitas un cierto gasto público para que la maquinaria funcione y se mueva la economía.

-Y la economía se está moviendo. ¿Existe ese interés empresarial del que habla Zoido?

-No ha habido equipos capaces de definir qué tipo de inversor había que buscar. Venir siempre viene alguien, pero hoy es uno que quiere poner una pista de hielo, otro una empresa de hostelería... no se siguen parámetros lógicos. Se trata de hacer pequeñas misiones comerciales. Sevilla uno de los recursos que tiene por explotar es convertirse en una especie de centro de negocios como puerta del Sur de Europa. Iberoamérica reconoce a Sevilla como un lugar donde aterrizar. Y hay empresas sevillanas que están trabajando allí. Hay empresas muy conectadas con Panamá, Chile o con México incluso. Pues vamos a definir una estrategia exterior. No tanto de empresas nuestras que puedan salir a vender allí, sino al contrario, que ellos vengan aquí, que se pueda producir aquí, generar empleo. Igual que buscamos turismo de congresos, se puede cada año inventar un motivo para buscar empresas interesadas en el cono Sur que vengan a Sevilla. Se trata de generar aquí oportunidades y generar sinergias para que las empresas sevillanas salgan. Hay que procurar que se hable de Sevilla por otra cosa. Zaragoza lo está haciendo, por ejemplo.

-Ese empleo no se va a generar a corto plazo.

-Lo primero son planes de empleo ligados a los servicios sociales.

-¿Esos planes van a generar empleo en unos meses, en un año...?

-Yo tengo un compromiso con la gente de la bolsa de empleo de peones y auxiliares que tengo que cumplir. Ese perfil es necesario en los servicios sociales y esa bolsa no se ha movido en cuatro años. Luego hay otra serie de cuestiones. Me voy a sentar con las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento, empresas que tienen contratos importantes como el de ayuda a domicilio y analizar bien las condiciones laborales y el servicio que se está prestando. Auditar bien. Esos trabajadores son vistos como del Ayuntamiento y hay que ver qué está pasando ahí. Y hacer encuestas de satisfacción. Y todo esto tenerlo en cuenta a la hora de futuras adjudicaciones.

-Pero ¿cuáles serán los primeros planes de empleo?

-Los primeros tienen que ser planes de mantenimiento y conservación de barrios. Ver el perfil del desempleado sin ingresos que nos vamos a encontrar en cada barrio, con prestaciones agotadas. Hay que identificar necesidades en los barrios y contratarlos para eso. Si yo hubiera hecho un Pacas en el Polígono Sur, tendría que haber intentado que las actividades que se hicieran fueran para mejorar la estética del barrio. Esa cuadratura del círculo me niego a pensar que es imposible. Hay que sentarse con la oficina de empleo del barrio, ver los datos de los desempleados, para sacar un plan que se adapte al perfil de los desempleados. Hay que hacer planes a medida. Las estrategias generalistas lo que te llevan es a seis personas pintando una valla.

-La falta de lealtad institucional ha sido un argumento recurrente en este mandato.

-Primero habría que tener lealtad con la oposición. A mí me gustaría introducir otro sistema de trabajo con la oposición. No es una buena carta de presentación que el alcalde me haya llamado cuatro o cinco veces cuanto más. Habría que institucionalizar un despacho mensual con la oposición. Yo tengo que introducir una dinámica de trabajo con la Junta de Andalucía diferente a la de Zoido y también a la de Monteseirín. Sevilla es la que tiene que definir bien las prioridades a la Junta, no al revés. Con argumentos legales y sabiendo que a veces me tendré que poner a la cola o que puede haber dificultades presupuestarias hay que fijar las prioridades de Sevilla. Hay que buscar alianzas con Madrid, Barcelona o con Málaga. Periódicamente el alcalde de Sevilla se tiene que ver con el delegado de la Junta o con los consejeros.

-En muchas ocasiones el problema ha estado en la financiación de los programas compartidos.

-La financiación de los programas sociales entre la Junta y el Ayuntamiento hay que mejorarla. No se puede estar esperando cada año firmar un convenio por ejemplo, hay que dar estabilidad a las plantillas que trabajan en estos servicios y que los programas sean bianuales. Hemos explotado también poco la búsqueda de oportunidades con las administraciones. Una solución son las sinergias en clave metropolitana. Yo no vengo solo, sino con seis municipios. Eso hace más fuerza. Hay que tomar decisiones estratégicas.

-Cuente una.

-El Puerto de Sevilla, tanto que hablamos del dragado, tiene un problema grave de limitación desde el punto de vista de abastecimiento energético. Es algo que debemos resolver para que haya nuevas empresas. Se abortó hace unos años una central térmica. Pues ésta es la típica decisión estratégica y Zoido no ha hablado en cuatro años de esto.

-Esto correspondería al Gobierno central. ¿Y a la Junta de Andalucía qué le va a plantear?

-El Metro. Creo que va a ser un ejemplo de algo que parece imposible, como la Ciudad de la Justicia, y que hay que acometer. Quizás es que no se está enfocando bien y eso nos tenía atrancados. Lograr que en cuatro año hubiera una tuneladora trabajando permitiría recuperar mucha credibilidad perdida. La credibilidad también se consigue generando dinámicas de participación y mi gobierno será muy participativo.

-La 'e-democracia' ya existe y hubo presupuestos participativos.

-Éste es un modelo más catalán. Yo dibujo qué recursos tengo, digo que hay varias opciones pendientes y cuáles podrían ser los proyectos y empezamos a generar un diálogo con los vecinos. Luego se harían consultas permanentes. Eso fideliza. Si se hace bien, eso ayuda a construir la ciudad.

-Todas estas ideas y propuestas son fruto, imagino, de cuatro años en la oposición. Su primer programa era distinto.

-Yo soy una persona bastante imaginativa y, además, he tenido la oportunidad de salir fuera y de escuchar mucho. Ahora tengo tal ebullición de proyectos que espero conseguir llegar a la Alcaldía porque si no, tendré que ponerme a escribir libros o dar conferencias por ahí para canalizar la energía hacia alguna parte.

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