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Cosa de futbolistas

  • Míchel se arroga menos protagonismo del que irradia su figura y pone en manos de los jugadores una reacción de la que está "convencido" · "La importancia debe tenerla el club y los resultados, no yo", dice.

Con un discurso suave, moderado y sabiendo decir lo justo sin propasarse un ápice se presentó José Miguel González Martín del Campo, Míchel (Madrid, 23 de marzo de 1963) como nuevo entrenador del Sevilla. Míchel dijo muchas cosas sin decir gran cosa. Pero fue dejando caer matices, como que tenía una magnífica relación con Marcelino, con quien espera poder hablar en breve. O que, a sus 48 años, ha madurado y ha aprendido mucho de los errores del pasado y que su etapa de futbolista es cosa del pasado. Pero, sobre todo, destacó en su discurso el protagonismo absoluto que les dio a los jugadores. Fue un discurso de ex futbolista hacia futbolistas.

Evidentemente, piropeó al club al que llega, un Sevilla que dijo haber sufrido como contrario y al que reconoció su admiración: "Lo he sufrido como futbolista y como entrenador, lo he disfrutado como aficionado y ahora espero disfrutarlo como entrenador. Sé lo que significa venir al Sevilla, de ahí mi compromiso, mi responsabilidad y, sobre todo, mi ilusión".

Una cuestión obligada era su conocimiento de la plantilla: "Claro que conozco al equipo. Soy muy buen aficionado al fútbol y conozco la plantilla. Es difícil no conocerla por la cantidad de buenos y grandes jugadores que tiene. Sé también que vengo en una situación anómala para un club como el Sevilla, que ha tenido muy buenos resultados y estos dos últimos años ha pasado una situación más complicada. Y enseguida he podido captar lo que significa este club", dijo en otro guiño.

Casi inmediatamente centró su discurso en los objetivos que se plantea como entrenador. Ahí llamó la atención que pusiera el foco en los futbolistas: "Tengo una idea del fútbol e intentaré trasladarla e implantarla. Pero no sería posible si los jugadores no tuvieran el nivel que tienen".

El madrileño elogió a la plantilla, aunque también le dio un tironcito de oreja: "Mi impresión es que es muy buena y estaría realmente preocupado si no hubiese material deportivo, pero lo hay. Y su actitud será fundamental. Ha llegado el momento de que se den cuenta de dónde están y qué escudo defienden. Lo saben, pero hay que insistir en ello y trabajarlo, y nosotros somos muy pesados en ese sentido", aseguró.

Respecto a esa actitud insistió así: "No la tengo que poner yo solo. Tengo una idea de cómo dar un rumbo al juego, pero dependemos de los jugadores en el terreno futbolístico y emocional, de su compromiso (...). Saben de la situación por la que pasa el equipo y que no tiene que pasar más tiempo. Son ellos los que deben darse cuenta". "Ya ha pagado los platos rotos alguien -añadió en referencia a Marcelino- y ahora, los demás que estamos aquí tenemos que arrimarnos y no darle ventaja al rival. Los jugadores son listos para darse cuenta de lo que ha pasado".

Sobre la variación que realizará con respecto al trabajo con su antecesor no fue muy profundo: "Con una pequeña modificación, ni siquiera un cambio, los resultados se van a ver en el campo. Y éste es nuestro reto". ¿Y sentirá presión por meter al equipo en la Champions, que significaría su renovación automática? "Presión externa ninguna, es apasionante y emocionante estar en este club. La presión me la creo yo. Soy optimista por naturaleza, pero también realista. Mi mensaje es muy claro, quedan tres meses de competición y estamos tremendamente ilusionados por que el Sevilla esté donde debe estar. Pero no lo podemos lograr solos, necesitamos de todos y será al final cuando se evalúe".

Míchel anunció que "la importancia deben tenerla el club y los resultados", no él. Y avisó: "No podemos hacer nada si pensamos que somos ese Sevilla campeón, hay que demostrarlo en el campo". Y, por último, otro reto: "Está claro que entrenar al Sevilla no es cualquier cosa, además el Sevilla siempre ha revalorizado a sus entrenadores. Ahí está Caparrós, de Juande ni hablemos... Es un gran club y eso no lo puede olvidar uno".

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