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¡Un Gregory para el Sevilla!

  • La pelea final camino de los vestuarios, con Coke expulsado y Fazio discutiendo con Carmelo, escenifica la rabia del Sevilla ante el permitido juego sucio del Sporting

En el Sevilla hay muchos futbolistas con cara de buena gente y que, además, lo son. Si Jesús Navas es la bandera del Sevilla por capitanía, por referencia de la cantera y por ser el campeón del mundo que exhibe esta plantilla, también es el paradigma del carácter bonachón de un grupo con muy poca mala uva. Le falta mala leche a este equipo, aunque suene feo decirlo. Fazio, al final del partido, se cabreó con Gregory, que fue el abanderado del fútbol sucio de los chicos de Javier Clemente. Todo terminó en una pelea en el túnel de vestuarios, con Fazio y Carmelo enfrentándose y Coke expulsado. Así escenificó el Sevilla la impotencia de verse asaeteado a golpes, manotazos, faltas y duras entradas en los balones divididos que fueron echándolo del partido poco a poco, desquiciándolo hasta provocar su derrota física y moral. Terminó vencido y rabioso ante la connivencia de Estrada Fernández.

En el Sevilla de hoy día, sin Medel ni Spahic ni tampoco jugadores que metan miedo en el área rival como Kanoute o Negredo, no hay ni sombra de un futbolista que pudiese ejercer de epígono de aquellos líderes tan perseguidos por las tribunas capitalinas y que respondían por Pablo Alfaro y Javi Navarro. Eso se tiene o no se tiene. Y el Sevilla, ayer, evidenció que no lo tiene. Frente a la elegancia y la clase de Escudé, la cara de malo, con su bigote y todo, de Gregory.

La inocencia estaba pintada en la cara rabiosa de Fazio en su enfrentamiento final, en la de Jesús Navas en cada una de las múltiples caídas que sufrió entre patadas y golpes, en la de Manu del Moral intentando darle una patadita inocua a Gregory para responderle ante tanta provocación y manos en la cara... Y Estrada Fernández lo permitió todo, porque no puede ser normal que un equipo que realiza ¡22 faltas! y que a la media hora ya acumulaba 11 terminase con sólo 4 tarjetas amarillas, las mismas que el Sevilla, que sólo hizo 7 faltas. Tras la discusión final hubo tablas en las amarillas: 6-6. Un pírrico empate que ilustra la derrota de la impotencia. Hasta un penalti absurdo y diáfano a Reyes se tragó el colegiado catalán.

Como recordó Míchel tras el partido, el Sporting supo dosificar su fútbol de choque y dureza, con la ayuda del permisivo Estrada, claro está, porque no es normal que Gregory no viera la amarilla por un entradón a Manu por detrás en el minuto 28, ni la dura entrada con el balón ya fuera de banda de Botía a Coke, ni la reincidencia de Trejo con dos faltas seguidas sobre el minuto 75 mientras el catalán se entretenía en amonestar a Perotti. Habría sido la segunda amarilla del sportinguista. La consecuencia fue que los cuatro defensores del Sevilla terminaron amonestados, Coke, Fernando Navarro, Escudé y Fazio, y ni uno solo de los defensas sportinguistas vio la amarilla, por lo que éstos pudieron seguir con su labor de zapa tranquilamente.

Míchel había avisado interna y externamente de lo que le esperaba a su equipo en El Molinón. Intensidad, fuerza, presión. "El Molinón siempre fue así", decía el madrileño en la previa. Con esta frase quería recalcar el mensaje que había trasladado a sus jugadores, pero éstos no saben ni están capacitados para hacer ese fútbol que ejemplificó Gregory dando patadas y dejando recados y manotazos por doquier, desde Manu del Moral a Cala, otro que acabó crispado con el experimentado central galo, capitán en estas lides de la aguerrida tropa astur.

Pero la inocencia del Sevilla no se quedó en sentirse impotente ante las patadas que recibían Reyes, Perotti, Jesús Navas, Rakitic o Manu del Moral. Todos ellos tuvieron ocasiones para decantar la balanza de su lado. Sólo al argentino no le acompañó la fortuna, esquiva últimamente para el Sevilla en los momentos clave, pues su certero e intencionadísimo cabezazo cuando el marcador enseñaba un esperanzador 0-0 se fue al palo. Los demás tuvieron ocasiones clarísimas para haber marcado. Al filo del descanso, Jesús Navas y Reyes tuvieron dos opciones buenísimas de marcar, pero les faltó esa mala uva que sí tuvo André Castro para hacer el 1-0. Pero es que Rakitic aún tendría otro regalo de Juan Pablo en el minuto 54, desde el punto de penalti. Se pudo acomodar, a la zurda, eso sí, y pensar dónde ponerla, y la puso fuera. Todo inocencia el suizo-croata, otro jugador del Sevilla con cara aniñada de buena gente. A este equipo le falta un Gregory.

Ganó el Sporting con sus armas y perdió el Sevilla con su objeción de conciencia para entrar en guerras como las que se plantean cada año en El Molinón. Porque ésa es otra. ¿Qué le ha hecho el Sevilla a este equipo para que lo reciban como al mismísimo Oviedo?

Coke a Estrada: "Todo esto lo has provocado tú"

Estrada Fernández recogió en el acta que amonestó a Fazio y Coke, éste por segunda vez, Botía y Juan Pablo, por la discusión al final del partido. Además, según el cuarto árbitro, Carmelo y Fazio tuvieron que ser separados en el túnel de vestuarios, también por estar discutiendo. Y añadió que Coke le dijo: "Sigue, sigue como en el partido... Que todo esto lo has provocado tú". Fazio, que vio la quinta, y el expulsado Coke se perderán el próximo partido. Además, el árbitro señaló que en el minuto 68 ordenó al delegado de campo, Quini, que retirarse a los recogepelotas por no estar efectuando su labor. De los papeles lanzados no dijo nada.

cronología. El ilusorio listón con la pronta amarilla a Trejo.

A los cuatro minutos, Estrada Fernández mostró la primera tarjeta amarilla, por un calzo de Trejo a Cala. Parecía que así iba a cortar de raíz el ardor guerrero del Sporting, pero fue un triste y pernicioso espejismo. El propio Trejo se hartaría de hacer faltas, incluso con dureza, y se libró de ser expulsado.

puesta en escena. Gregory inició su guerra con Manu en el minuto 6.

A los 6 minutos Gregory realizó su puesta en escena. Le dio un pechazo a Manu del Moral y, tras caer éste, lo levantó con violencia tirándole de la camiseta. Estrada miró hacia otro lado. Era la apertura de las hostilidades. Tres minutos después, en el 9, Canella le dejó el primer recadito a Jesús Navas en el medio campo. No hubo nada.

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