Sevilla-Valencia

La primera carambola (4-3)

  • Cuatro goles, cuatro, de Negredo dejan al Sevilla en la novena plaza a expensas de los castigos a Málaga y Rayo. Los blancos remontaron a un Valencia que acusó la expulsión.

El Sevilla hizo la primera carambola para retornar a las competiciones europeas por esa vía tan extraña como es la descalificación de dos de los equipos que acabaron por delante de él. Negredo se tuvo que encargar de firmar cuatro goles, nada más y nada menos que cuatro goles, para que los blancos se hicieran finalmente con la novena plaza después de remontar al Valencia en un partido cargado de emociones. No en vano, fue la despedida de un mito como Palop, a quien se podría agregar en las próximas semanas otro como Jesús Navas.

Noveno, casi en la mitad de la tabla clasificatoria, algo que no tiene nada que ver con el presupuesto que ha venido manejando la entidad y, por tanto, los motivos para la fiesta tal vez sean mínimos, aunque sí sería una cuestión importante en el caso de que se confirmara el castigo al Málaga y el Rayo, sobre todo en lo económico. Las sensaciones, por tanto, no pueden ser más contradictorias en lo que respecta a este Sevilla. El balance final de la temporada es malo, cercano al horrible incluso, aunque habrá quien piense que sólo es así cuando, como en el caso del Villarreal en el anterior curso, el equipo acaba despeñándose hasta la Segunda División.

La caída del Sevilla, afortunadamente para el club y para sus seguidores, no ha sido tan abrupta, pero sí es innegable que el equipo confeccionado por Monchi y su grupo de colaboradores no ha llegado al mínimo exigible para haberse metido en la Liga Europa por derecho propio, sin tener que aguardar a esa segunda carambola en forma de sanciones a clubes que, como el Rayo, tienen problemas para subsistir en el día a día.

Pero eso es lo que hay en el fútbol español y el Sevilla estaba obligado a derrotar al Valencia para al menos poder acabar en esa novena plaza. También lo estaba contra Osasuna hace una semana o frente a la Real y en esas dos ocasiones se fue con la cabeza gacha. Esta vez, sin embargo, no iba a ser así gracias a la aparición de un Negredo rutilante, de un delantero infravalorado en ocasiones de manera injusta, pero que ayer se iba a reivindicar con un póquer de tantos que sólo está al alcance de los elegidos. Sobre todo porque uno de ellos, el primero, iba a ser realmente espectacular, con una chilena dentro del área que dice mucho de la calidad de este delantero.

Era el uno a uno después de una primera media hora descorazonadora para los sevillistas y desde ese momento iba a cambiar absolutamente todo. El Valencia había dominado la situación, se adelantó a través de otro golazo, éste de Banega en un zapatazo a la escuadra, y hasta reclamaría alguna posibilidad de penalti dentro del área nervionense. La más clara estaba precedida de un clarísimo fuera de juego de Soldado y las otras admiten cuando menos el beneficio de la duda sobre las decisiones adoptadas por Clos Gómez.

Pero lo cierto es que el Valencia no remató cuando pudo hacerlo, cuando se aprovechó de un Sevilla descompuesto y excesivamente débil desde el mediocampo hacia atrás. El equipo de Emery entonces se resquebrajaba y en eso también tuvo mucho que ver Rakitic no acertaba casi ningún pase durante esa media hora inicial. Eso provocaba que Medel y Kondogbia estuvieran siempre en inferioridad ante sus rivales, aunque para eso tampoco haga falta mucho.

El Valencia dejó escapar la ocasión y el fútbol demostraría su carácter de ciencia inexacta cuando todo viraría a raíz del golazo de Negredo y de una internada de Perotti. El argentino cayó cuando fue arrollado por Ricardo Costa de manera ingenua, el penalti fue sancionado y Negredo firmaría el segundo. Si a eso se le añade que Jonas comete la ingenuidad de golpear con su codo a Alberto Moreno delante de las narices del línea, pues todo era muy diferente al arranque. Que Jonas no le dio con tanta fuerza, tal vez, pero y Medel a Cesc, Cañas y tantas y tantas expulsiones que ha sufrido este Sevilla...

Con dos a uno y un futbolista más en el campo, el horizonte se atisbaba mucho más claro para los sevillistas, pero ni siquiera eso pudo impedir el empate por parte de Soldado. La diferencia respecto a anteriores partidos llegó en ese punto. El Sevilla hilvanó una gran jugada inmediatamente después de ese 2-2, Rakitic habilitó a Alberto y éste le dio un pase excelente a Negredo para que firmara el tercero. El efecto revitalizante para los nervionenses fue decisivo, sobre todo porque el Valencia perdió todo el equilibrio desde ahí y se dedicó a atacar únicamente. Una contra, perfecta además, fue rematada de nuevo por Negredo, por quién si no, para que el cuadro blanquirrojo ya tuviera un 4-2 casi definitivo.

El Sevilla, al menos, había sido capaz de amarrar la novena plaza, puede que la que lo devuelva a Europa. No es la situación ideal, pero menos da una piedra, dirán quienes lo justifican todo.

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