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Un regreso muy espinoso

  • Emery vuelve a Valencia, donde cosechó grandes resultados y dejó una sensación rara, necesitado y con Mestalla en pie de guerra. Djukic, al filo del abismo.

El domingo próximo Unai Emery regresará por primera vez a Valencia como técnico del Sevilla, del que se hizo cargo justo después de que Míchel fuera destituido tras perder precisamente en Mestalla. Valencia ha dejado huella en el guipuzcoano, pues allí comenzó a percibir en profundidad cómo es el fútbol de élite, pues allí cosechó grandes resultados y también dejó una estela agridulce en el entorno valencianista. La división entre defensores y detractores de Emery en Valencia creó un debate que, pese a su tercera clasificación consecutiva para la Champions como tercero, evitó su renovación en 2012. Ahora, el técnico de Fuenterrabía vuelve con la necesidad de lograr su primer triunfo del curso ante el equipo de Miroslav Djukic, que ya está más que señalado en Valencia por su mal inicio.

El regreso de Emery a una ciudad en la que estuvo cuatro temporadas futbolísticas llega en un momento más que espinoso. El Sevilla ha tenido el peor arranque en los últimos 32 años y sólo las buenas sensaciones del equipo en algunos momentos y la muy polémica dirección arbitral de Muñiz Fernández en el Camp Nou minimizan el efecto devastador que habría tenido este dato estadístico en otras circunstancias. Dos puntos en cuatro jornadas es muy poco bagaje para un nuevo proyecto que había levantado enormes expectativas y el Sevilla necesita ganar ya. Las circunstancias han querido que esta necesidad coincida con la vuelta de Emery a Valencia, donde dejó tres clasificaciones directas para la Liga de Campeones y una sensación muy rara. El guipuzcoano mantiene grandes amigos en la capital levantina y una huella de hombre de club entregado y profesional. Pero también tuvo muchísimos roces con la prensa y la afición local, un entorno de los más difíciles del panorama español que no le perdonó nunca su principal asignatura pendiente, las eliminatorias en Champions o Copa del Rey.

Pese a que Emery tuvo que sufrir las sucesivas ventas de Villa, Silva y Mata, logró hacer del Valencia un equipo fuerte que se ancló con firmeza al tercer puesto de la Liga durante sus tres últimos años. En el primero clasificó al equipo para Europa como sexto. Pero su estilo de juego no terminó de convencer a la exigente afición blanquinegra.

Ahora Mestalla está en pie de guerra y muchos ojos están ya focalizados hacia el entrenador, un Miroslav Djukic que no acaba de encajar su nueva plantilla con sus atrevidos esquemas de juego, algo similar a lo que le está pasando a Emery en el Sevilla de la revolución. El Valencia está atravesando su peor racha desde 1999. En la prensa levantina le están recordando a Djukic que desde septiembre de 1999 el conjunto blanquinegro no sumaba tan pocos puntos como los tres que ha conseguido el serbio en las cuatro primeras jornadas de Liga. Y que no encajaba tres derrotas consecutivas desde abril de 2008, con Koeman aún en el banquillo antes de que Voro lo relevase, pese a proclamarse campeón de Copa. Eso fue justo antes de que Emery desembarcase en Mestalla tras su exitoso paso por el Almería.

Emery, el técnico más joven en la historia del Valencia y uno de los más jóvenes en la del Sevilla, se la juega el domingo en menor medida que Djukic, para quien una derrota podría ser letal. Pero se trata sin duda de un duelo especial para él y que puede ser determinante para el destino de ambos.

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