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Una naranja aún más ácida

  • La marcha de Fazio, no por previsible menos traumática, puede distraer al Sevilla en la visita de un vengativo Valencia Carriço jugará atrás, pero Banega no puede relevarlo en el medio

No hace ni cuatro meses del Mestallazo que provocó M'Bia y la víctima de aquel cruel desenlace ya tiene la oportunidad de vengarse en el estreno de la Liga 2014-15. Asomará por la bocana del vestuario visitante del Ramón Sánchez-Pizjuán un enemigo con sangre en los ojos, que añadirá a la excitación propia de un estreno de la temporada, y del hecho de visitar a un rival directo, las ansias indisimuladas de ajustar cuentas después de que esa conexión Coke-Fazio-M'Bia, en la penúltima jugada de la vuelta de las semifinales, privara al valencianismo de una final europea que ya paladeaba con sus cánticos.

Curiosamente, dos de los protagonistas de ese saque de banda no van a saltar de blanco a la hierba. Uno, el autor del gol. M'Bia se deja querer por Sevilla pero el club estima que el riesgo de su delicada rodilla es inasumible atendiendo a lo que el camerunés pide por firmar un nuevo contrato.

El segundo ausente sí ha supuesto un seco golpe bajo para la secretaría técnica y para Unai Emery. Todo el verano ha revoloteado sobre la vertical de Nervión el riesgo de que Fazio atendiera una suculenta oferta e hiciera las maletas, previo abono de los 10 millones (más IVA) de euros de su cláusula de rescisión. Y ha tenido que ser el Tottenham, el mismo que sedujo a Juande, el que llegue para perturbar el sueño de Monchi y del entrenador sevillista.

Total, que se alza el telón de la Liga y la huida del gigante argentino, tan fea como lógica y legítima, agua las fundadas ilusiones que los refuerzos habían despertado entre el sevillismo. Lo de Rakitic estaba más que asumido desde que se despidió de la afición en el epílogo de la pasada campaña ante el Elche, y el club ha trabajado para contratar a Krychowiak, Banega o Denis Suárez para intentar cubrir el vacío que deja el croata y, de paso, ampliar el abanico para las variantes tácticas de Unai. Lo de Alberto Moreno tampoco sorprendió, aunque la marcha fuera de lo más inoportuno, con el chaval presto a jugar su segunda final europea en Cardiff; finalmente, llega a cubrir su vacante Tremoulinas, otro lateral zurdo contrastado y de perfil ofensivo que despuntó en Francia, aunque en Kiev no haya confirmado su progresión.

Pero lo de Fazio ha sido un inesperado gancho en el mentón. Por lo importante que el argentino era ya en el andamiaje del equipo y por el escaso margen para reaccionar. Por lo pronto, la baja del recién llegado Arribas termina de despejar las dudas y Carriço será quien acompañe a Pareja esta noche en el eje de la zaga. El portugués ha solido rendir muy bien atrás. Pero es impepinable que el Sevilla pierde presencia atrás, como no podía ser de otro modo si se va alguien que merece ganar lo que va a ganar en Londres, 2,5 millones de euros limpios.

Además, la vuelta de Carriço a la defensa afecta también a la sala de máquinas: Banega, que se estuvo entrenando al margen del grupo en Valencia, no trabaja aún al ritmo de sus compañeros a juicio de Unai. Y con M'Bia fuera de la plantilla, Cristóforo en la enfermería y Trochowski invitado a buscarse equipo, las miras convergen en Iborra, quien debe ser el acompañante de Krychowiak en el eje del centro del campo.

En ataque, aun ausente Gameiro por un mes y medio debido a su rodilla, Emery dispone de un amplio abanico. Reyes, Vitolo, Denis Suárez, Deulofeu y Aleix Vidal conforman un quinteto de lo más sugerente para tejer juego en los tres cuartos de campo, unir las líneas y asociarse con Bacca o Iago Aspas. Del fútbol que mane de las botas de esa zona de creación dependerá en buena parte el éxito del Sevilla en su puesta de largo.

Será una empresa peliaguda. Enfrente tendrá a un equipo de un nivel similar, que también ha experimentado muchos cambios en su plantilla pero que llega con una carga de veneno adicional: sus ganas de ajustar cuentas. Además, si llevan el partido a su terreno, la grada puede preguntar al palco que dónde está la columna vertebral del campeón europeo...

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