Deportes

Emery se vuelve más pragmático

  • Los siete puntos de nueve refrendan la apuesta por la solidez del técnico, cuyo inicio es opuesto al del curso pasado. Los cambios y la estrategia sí aportan.

¿Quién es más Unai Emery, el del inicio del curso pasado o el del actual? La pregunta sólo la podría responder el propio Emery, aunque seguramente la respuesta abriría las puertas de un laberinto de salida inescrutable. Sí es obvio que el Sevilla ha empezado la temporada de forma diametralmente opuesta a la del curso pasado. El equipo juega de forma mucho más práctica, en una clara apuesta por la solidez que deja en el banquillo cualquier atisbo de imaginación o frivolidad, y gana. Siete puntos de nueve refrendan esta apuesta por el pragmatismo para un inicio que tenía sus aristas por la reconstrucción, un año más, de un edificio en el que apenas queda reconocible el encofrado de sus pilares, pues ni siquiera éstos son los mismos.

El año pasado el equipo de Emery sumó dos puntos de nueve en un inicio en el que, hasta la tercera jornada, el calendario fue de similar enjundia, quizá un poco más difícil. Atlético de Madrid (1-3) y Málaga (2-2) en casa y Levante (0-0) a domicilio fueron los rivales con los que el Sevilla de la revolución levantó el telón de una temporada que empezó de forma muy titubeante. Entonces, el debate sobre la posición de Rakitic estaba en carne viva. Era un Sevilla mucho más estético que el actual, que formó en las dos primeras jornadas con este mediocampo y ataque: Iborra, Rakitic, Perotti, Marin, Vitolo y Bacca o Gameiro. Ante el Málaga, Emery realizó una variante en busca de más funcionalidad. Introdujo a M'Bia por Iborra junto a Rakitic, pero siguió apostando por la fantasía arriba: Gameiro, Rabello, Perotti y Bacca. En la quinta jornada, tras las visitas al Camp Nou y Mestalla, el Sevilla cayó al pozo de la tabla.

Este curso, el sinsabor del empate en el debut ante el Valencia se lo ha desquitado el equipo de Emery con sendos triunfos ante dos equipos llamados a sufrir. El Sevilla deja la duda de que Espanyol y Getafe son varas de medir de muy escaso empaque. Pero el equipo es reconocible en varios aspectos.

Uno de ellos es que Emery apuesta por un once con un perfil de futbolistas menos glamourosos. Sólo hay que ver el once titular del domingo pasado y, por ejemplo, el que usó ante el Málaga el curso pasado. Mientras la afición reclama la presencia de Éver Banega, Deulofeu o hasta el por ahora desterrado Reyes, y en espera de que jugadores como M'Bia o Iago Aspas vayan cogiendo la forma, Emery sigue apostando por futbolistas de corte menos brillante o más trabajador: Iborra, Krychowiak, Aleix Vidal, Vitolo... Incluso ya ha repetido un par de veces con un cambio de escaso atractivo popular, Figueiras por Coke, lateral por lateral. Los cambios, por cierto, sí están aportando. En el 2-0 ante el Getafe participaron los tres jugadores salidos del banquillo: Iago Aspas inició la contra hacia Aleix Vidal, éste se apoyó en Banega y Figueiras dio el pase de gol tras recibir de Vitolo.

Una faceta evidente es la solidez defensiva. Dos goles en tres partidos, a pesar del constante vaivén de porteros y del debut de un canterano de 21 años, no está mal. El Sevilla está concediendo escasísimas oportunidades a sus rivales y los dos goles que ha encajado han sido fruto de dos claros errores defensivos: un despiste de Denis Suárez en la vigilancia de un córner en corto y un robo de cartera a Krychowiak, que tiene que desprenderse de ese exceso de confianza con el balón. Eso sí, el Getafe, sin apenas llegar, a punto estuvo de empatar en un minuto tardío, de difícil reacción. Tuvieron que mediar las manoplas salvadoras de Sergio Rico en el único disparo entre los tres palos que sufrió el Sevilla. El Valencia tampoco tiró mucho más, pero creó incertidumbre y marcó a balón parado, casi igual que el Getafe. Es decir, que la solidez tiene también mucho que mejorar.

Otro aspecto muy reconocible de este Sevilla más pragmático es que, igual que sufre a balón parado, hace sufrir muchísimo con la estrategia a sus rivales. Denis Suárez se ha convertido en el lanzador genérico del equipo por ahora, el hombre que sustituye a Rakitic en esa tarea. De momento, de las botas del gallego han salido la falta en Cornellà que Iborra convirtió en el 0-2 y el córner que derivó en el penalti que supuso el 1-0 ante el Getafe. Esta condición de lanzador del internacional sub 21 es uno de los factores que apoya hasta ahora su titularidad, aunque Éver Banega, que ya lo ha sustituido dos veces, ya asoma para discutírsela. El argentino es otro futbolista que se puede sumar a la panoplia de lanzadores. Ya lo han hecho, para saques de esquina, el zurdo Tremoulinas y, en golpes francos, Pareja. El abanico se abre.

Pero el equipo sigue adoleciendo de la falta de un regidor. En espera de la eclosión de Banega, con Reyes ausente y M'Bia en plena pretemporada, Denis Suárez es el precoz creador de urgencia. Entretanto, mientras se suman efectivos, Emery se ha dado la vuelta como un calcetín en busca del otrora reclamado pragmatismo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios