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Un agujero desde que se marchó Daniel

  • Hasta 11 jugadores han desfilado por el lateral diestro en seis años y sólo Cáceres rindió sin dudas.

La marcha de Daniel Alves al Barcelona, en aquel verano de 2008, abrió un agujero en el lateral derecho del Sevilla que, llegara quien llegara, iba a resultar imposible de tapar. El brasileño era por entonces el mejor lateral derecho del mundo y así lo demostró de azul y grana. Y tan imposible ha resultado de cubrir el vacío que, temporada tras temporada, y hace seis años ya, el lado blando del equipo, el talón de Aquiles para destapar las debilidades defensivas de los sevillistas, sigue siendo ese flanco. En esta temporada, exitosa hasta ahora, la alternancia entre Coke y Figueiras viene marcada por el bajo rendimiento de ambos.

Todo viene de largo. Hasta once jugadores han desfilado por el carril diestro desde aquel Sevilla 2008-09, la primera con Manolo Jiménez en el banquillo desde la jornada inicial. El elegido para suplir a Daniel fue Konko, fichado del Genoa a cambio de 9 millones de euros, nada menos. El francés, entre su tibia implicación y sus lesiones, tuvo un rendimiento muy irregular durante sus dos temporadas. Por ello, durante esa campaña, Jiménez tiró con frecuencia de Mosquera, sobre todo, y de Crespo para la banda diestra.

En la 2009-10, a Konko (18 partidos) se le unió Sergio Sánchez (7), que jugó a veces de central, más Stankevicius (16), que arribó en invierno. Juan Cala, en el tramo final, fue un recurso puntual que respondió más que otro: Fernando Navarro.

El año siguiente (10-11) llegó el único sustituto que, con otro perfil más defensivo que Daniel, sí rindió a la altura de lo esperado, Martín Cáceres. Pero la oportunidad de mercado que apareció con la Juventus a mediados de la temporada 11-12 (9,5 millones) volvió a abrir el agujero en ese ala derecha. Ese año, Coke entró con buen pie, pero pronto destapó sus altibajos defensivos. Cicinho (campaña 2012-13) también tuvo una esperanzadora irrupción, pero pronto mostró sus carencias defensivas y su grave lesión terminó de descarrilar su trayectoria.

La temporada pasada, Figueiras llegó para disputarle el puesto a Coke, con Cicinho en la enfermería. Y el portugués, en la línea del madrileño y el brasileño, demostró que concentra sus virtudes -en su caso conducción, triangulación, centros rasos- en ataque. Sin la pelota, tanto él -desastroso el sábado- como Coke, lejos de corregir sus errores, mantienen en lo que va de temporada ese flanco derecho como talón de Aquiles del bloque de Emery.

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