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La guinda mejor macerada

  • Mbia llegó a pedir dos millones netos de prima de fichaje y tres millones por año, pero José Castro y Monchi supieron esperar y rebajaron el coste en más de la mitad de lo que solicitó

Mantener sumergida alguna sustancia sólida en un líquido a la temperatura ambiente, con el fin de ablandarla o de extraer de ella las partes solubles. Así reza la segunda acepción de la palabra macerar según el DRAE. Stephane Mbia fue la guinda de la plantilla que José Castro le ofreció a Unai Emery el pasado domingo 31 de agosto. El camerunés, sobre la bocina, un día antes de la conclusión del plazo estival, que se alargó hasta el lunes 1 de septiembre, firmó por un año con el Sevilla. Los dirigentes del club, en concreto su presidente y su director general deportivo, supieron macerar esta guinda hasta dejarla en el punto adecuado de maduración para su consumo. Antes, habría sido imposible su fichaje, por las altísimas pretensiones del internacional camerunés.

Mbia, en sus primeros contactos con los rectores del Sevilla, llegó a pedir dos millones de euros netos por prima de fichaje más tres millones de euros netos por una temporada, lo que, sumándoles a ambas cifras los impuestos, ascendía a un montante bruto exorbitado de diez millones de euros. Evidentemente, a los dirigentes sevillistas casi les sonó a broma aquello y dejaron pasar el tiempo, sabedores de que, con esas pretensiones, muy pocas opciones tendría de firmar por otro club. Además, también eran conscientes de que su familia estaba presionando para permanecer en Sevilla, donde está encantada.

José Castro y Monchi han mantenido un secreto tira y afloja con Mbia, que se ha destapado en los primeros seis partidos que ha jugado como un futbolista, de nuevo, fundamental. Cinco goles acumula entre la Liga y la Liga Europa pese a que no hizo pretemporada y, nada más firmar, se tuvo que ir con su selección para jugar los dos primeros partidos clasificatorios de la Copa de África. Hasta el viernes 12 de septiembre, en vísperas del Sevilla-Getafe, no se incorporó a las órdenes de Unai Emery, cuando ya se habían jugado tres partidos oficiales: la Supercopa de Europa y los dos primeros partidos ligueros ante Valencia y Espanyol. Tampoco pudo jugar esa jornada ante el Getafe, pero se reestrenaría como sevillista el jueves 18 de septiembre en la Liga Europa. Fue titular ante el Feyenoord y marcó uno de los dos goles (2-0).

Desde aquel día ante los holandeses es un fijo para Emery, ya sea como titular o como suplente. Ante Real Sociedad, Atlético y Deportivo fue titular y en Córdoba y en Rijeka marcó sendos goles saliendo desde el banquillo. Acumula cuatro partidos de Liga (tres de titular) con tres goles con dos de Liga Europa (uno titular) y dos goles.

La negociación con Mbia viene de largo. El 19 de agosto, día de la presentación de Éver Banega y Deulofeu, Monchi le enviaba un mensaje a Mbia que sonaba a guiño. Fue un gesto más para ablandarlo, aunque por entonces Monchi, tras descartar a Badelj, que pedía una cifra similar al camerunés, estaba negociando con Gastón Ramírez. "Stephane es adorable, es un tío supercariñoso -dijo Monchi socarrón-. Viene a mi despacho o al del presidente , se pone a hablar con nosotros y nos dice, 'oye, tengo esta oferta, ¿tú qué piensas?'. Y al día siguiente viene otra vez, se toma una Coca-cola y se va. Cree que soy su agente".

Con todo, José Castro nunca perdió la esperanza de firmarlo. Los contactos continuaron y en las conversaciones los dirigentes del Sevilla le recordaron los inconvenientes de su fichaje: no había hecho pretemporada, sólo había jugado la mitad de los partidos de Liga, este curso hay Copa de África... Mbia incluso llegó a insinuar que no iría al torneo africano, algo que está en el aire, y al final firmó por bastante menos de la mitad de aquella inicial pretensión desorbitada, para un montante aproximado de cuatro millones brutos, prima de fichaje incluida.

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