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El cambio de estilo depara el mejor inicio

  • El Sevilla, que sólo concedió un tiro a puerta con una posesión del 37%, apunta a los dos delanteros. Con Gameiro, Emery puede acentuar su idea de solidez y pegada. Primera vez que suma 19 puntos en ocho jornadas.

Jamás en la historia había sumado 19 puntos en la jornada octava el Sevilla. Es un dato objetivo tan cierto como que el Sevilla es segundo por delante del Real Madrid y el Atlético, aunque hay que matizar que en la campaña 90-91, aún en la Liga de los dos puntos, el equipo que entrenaba Vicente Cantatore acumulaba idénticos números que el de Emery, seis triunfos, un empate y una derrota, y también era segundo. Aquel equipo acabó desfondándose en la segunda vuelta y se perdió en la medianía de un muy frustrante octavo puesto que dejó a los nervionenses sin UEFA siquiera. Para evitar que se repita ese negativo episodio, el vestuario sevillista quiere frenar la euforia y seguir trabajando sobre la misma idea.

¿Y cuál es la idea? En Elche volvió a dar pistas Emery de su filosofía. El entrenador sevillista ha conseguido el mejor inicio de la historia, superando por ejemplo al Sevilla esplendoroso de Juande Ramos en la 06-07. Y lo ha hecho con un fútbol mucho más práctico que el de hace un solo año. En octubre de 2013, Emery andaba perdido con la posición de Rakitic en el campo y veía cómo un desplazamiento tras otro se le iba la victoria. Entonces, el técnico sevillista apostaba por un juego de más posesión en el que Rakitic tenía la batuta junto a Mbia, aunque ya por aquel entonces estaba buscando soluciones, sobre todo fuera de casa. En el Bernabéu, sin embargo, tocó su techo de atrevimiento y lo pagó con una goleada que levantó bastantes ampollas.

Ahora, al menos a domicilio, el Sevilla siempre juega con dos medios centro fuertes, con Krychowiak y Mbia consolidados como el dúo titular, y el primer especialista organizador hay que buscarlo en la línea de tres cuartos y generalmente es Denis Suárez. Es la herencia del cambio al que se obligó Emery adelantando a Rakitic, un estilo menos vistoso y más funcional que el inicial que tuvo su puesta en escena con aquel triunfo salvador en Cornellà. Ahora, Emery ha dado una vuelta de tuerca más apostando claramente por la solidez, ayudado por que la base del sistema defensivo es la misma. En Elche se vio otra prueba de ello, quizás la mejor, del Sevilla foráneo. En casa tiene otra versión distinta, la que se lució ante el Deportivo, con el medio creativo, Banega, junto a Mbia. La versatilidad de la plantilla es enorme y eso permite al técnico orientar el once según el partido y el rival.

El Sevilla ganó con solvencia en el Martínez Valero con apenas un 37% de la posesión del balón, por un 63 del Elche, un dato que podría escandalizar a algún purista defensor del juego de ataque. Más datos, el Sevilla dio un total de 278 pases efectivos por 474 de su rival. El equipo de Emery tenía otras prioridades: que Beto tuviera una tarde plácida y lanzar rápidos y certeras contras, y cantó bingo. Su equipo tuvo ocasiones claras (dos de Aleix Vidal en la primera parte, dos de Krychowiak antes del 0-1 y otras dos, una de Gameiro y otra de Denis Suárez, después del 0-2) y Beto sólo realizó una parada, a tiro de falta directa de Fajr en el minuto 88.

Por momentos, el Sevilla aburre a sus aficionados y desde luego no está llamado a copar máximos de audiencia como sí hizo el lanzado equipo de Juande en aquella mágica campaña en la que la UEFA que ganó en Eindhoven fue como abrir la caja de Pandora en Nervión. Pero desde esa solidez y esa premisa de arriesgar menos el balón pero dándole más profundidad y velocidad a los ataques, el Sevilla se ha colocado segundo, a tres puntos del Barcelona.

En Elche quedó claro que Emery estaba esperando a Gameiro para acentuar esa revisión de su estilo sólido y pegador, para usar la fórmula de dos delanteros. Tenía meditado el cambio del atacante francés por Deulofeu antes del 0-1 y no deshizo la idea tras el gol de Bacca. Y el Sevilla no sólo no perdió el control absoluto del partido, sino que siguió llegando con peligro y pudo aumentar su renta, en aquellas dos ocasiones, la de Gameiro, a pase de Bacca (86'), y la de Denis Suárez, a pase de Gameiro (92').

Con tres delanteros, Bacca, Gameiro y Iago Aspas, ya en competencia, la apuesta por el dúo atacante puede cobrar importancia, aunque, como sucedió en Elche, el principal organizador del juego, Denis Suárez, tuviera que escorarse a la izquierda, donde el sub 21 parece sentirse más cómodo. La versatilidad en ataque es enorme.

El camino es largo, y eso lo saben en el vestuario sevillista, no quiere alharacas y anuncian que el Villarreal será una dura prueba de toque, con el añadido de una fea duda sobre su trayectoria: falló ante los dos únicos rivales directos con los que se ha medido, Valencia y Atlético. El domingo, en Nervión, se solventará esa duda.

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