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El privilegio de apretar al líder

  • El Sevilla opta nada más y nada menos que a compartir la cabeza de la tabla con el Barcelona ante el visitante más incómodo. Nervión debe estar a la altura.

El privilegio, de algo o por algo, se tiene o no se tiene. El Sevilla tiene el privilegio no sólo de defender la segunda plaza, sino de colocarse a la misma altura que el Barcelona al frente de la clasificación de la Liga BBVA, o lo que es lo mismo, la Primera División española. Eso es un privilegio que no tiene ni el Real Madrid, que ayer venció al líder en el partido bautizado como el clásico, con lo cual lo que hoy se puede vivir en el Ramón Sánchez-Pizjuán puede ser una fiesta.

Huele a partido grande en Nervión a pesar de que el Villarreal no tiene el satinado brillo de los grandes del torneo, pero es un choque del que puede salir un equipo que iguale a puntos con el Barcelona en el liderato. Habrá quien diga que nueve jornadas no es un tramo suficientemente apreciable como para ser tomado como referencia, pero lo cierto es que se acerca ya el campeonato a su primer tercio y que los puntos ya disputados, los sumados los que lograron sumarlos y los que volaron para los que perdieron, no van a tener otro signo del que ya tienen.

El Sevilla está en una situación de privilegio porque se lo ha ganado. Y hacer las cosas bien, pese a que hayan aparecido dudas en partidos puntuales, como por ejemplo el pasado jueves en Lieja, es lo que ha llevado al grupo de Unai Emery a la situación que tiene hoy, inigualable a la de ningún equipo en España.

Y el pinchazo del Barcelona en su duelo ante su más odiado rival añade una dosis más de motivación para un equipo que ya de por sí debe estar enchufadísimo sin querer bajarse de los puestos más altos de la tabla. Pero para que se cumpla este logro aunque sea honorífico y transitorio los blancos deberán dejarse la piel ante un adversario que no va a presentar, ni mucho menos, facilidades. El Villarreal tiene el sello de Marcelino y eso es sinónimo de un sistema defensivo rocoso e impertérrito. Imbatido fuera de casa, habiendo recibido sólo dos goles en sus salidas... este Villarreal va a poner a prueba a un equipo que se ha propuesto hacer cosas grandes en esta campaña y que va a tener el apoyo de una afición que estas situaciones (la posibilidad de alcanzar al Barcelona en el liderato y compartirlo con él) se vuelca de una manera descomunal.

El equipo lo palpa -ya lo han repetido sus jugadores un montón de veces- y el rival se amedrenta -también lo confiesan todos los que han experimentado la sensación de jugar en este escenario-, y ésas son suficientes razones como para que el sevillismo se olvide esta tarde de todo lo que no le gustó de lo que vio y criticó el jueves por televisión en el último partido de la UEFA Europa League y preste todo su apoyo a los que alinee Emery de salida frente a los levantinos.

Sobre todo porque será un partido en el que habrá tener paciencia y en el que los locales tendrán que hacer bascular a su rival hacia un lado y hacia otro hasta lograr que deje una rendija por la que colarse. No desesperarse y ser constantes y disputar cada balón con más intensidad de un contrario que casi tiene en los dientes el molde del cuchillo a base de apretarlo, lo que le ha hecho estar donde está después de haberse enfrentado ya a Real Madrid y Barcelona.

Emery recurrirá a aquellos jugadores que descansaron en Bélgica y que tanto echaron en falta los sevillistas. Los Pareja, Tremoulinas, Mbia, Bacca, Denis Suárez de salida... serán hombres que tengan hoy la responsabilidad de batir a Asenjo, el portero (gracias al trabajo de todo su equipo, no sólo su defensa) más seguro de la Liga, exceptuando a Bravo, que ayer recibió en el Bernabéu sus primeros goles de la temporada. Aunque hoy puede ser un día para Iago Aspas y su excelente gestión de los espacios y de ahí su reciente ostracismo.

En el Sevilla los pies no se despegan del suelo. Es una pelea en la segunda línea de la Liga aunque circunstancialmente la situación tenga más lustre para los de Emery. Privilege se llama la línea aérea con la que los nervionenses realizan todos sus desplazamientos y esa terminología universal sirve para explicar lo que hoy vive el sevillismo: la oportunidad de plantar los codos a la misma altura que los mayores presupuestos de España y del mundo. Un privilegio.

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