Uno se cae y se levanta. La goleada sufrida en la visita al Barcelona ya es historia en el Sevilla. Aunque el runrún permanece en el entorno, dentro de las paredes del vestuario ha desaparecido el mal recuerdo del Camp Nou. La temporada sigue su rumbo y en esta fase en la que se encuentra el grupo de Unai Emery no se puede parar el autobús. El entrenador guipuzcoano ya motiva a los suyos desde este lunes para una de las citas importantes del año. A simple vista el del jueves parece un partido más, en la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga Europa, pero sacar adelante este duelo ante el Feyenoord puede marcar el futuro del equipo.

El Sevilla se encuentra inmerso en un maratón de partidos que va a provocar hasta el 14 de diciembre un sobreesfuerzo a la plantilla y la necesidad de una buena gestión de los recursos a Emery. Los blancos, líderes del Grupo G con 8 puntos, visitan al rival más complicado, un Feyenoord que con el cambio de entrenador ha logrado enderezar su trayectoria deportiva y que amenaza con complicar la clasificación del actual campeón a la siguiente fase. Y precisamente eso es lo que quiere evitar el de Fuenterrabía. Para el cuerpo técnico del Sevilla ganar en Rotterdam supondría poder ahorrarse un esfuerzo más en la última jornada de esta liguilla europea, en la que los nervionenses deben recibir en el Sánchez-Pizjuán al Rijeka sin la presión de estar obligado a ganar, dejando al margen la opción de ser líder o no del grupo para salir favorecido en los cruces.

Tras los tropiezos ante Levante (éste sí inesperado) y Barcelona, el Sevilla necesita reajustar su hoja de ruta cuando el calendario está más cargado. Y es momento de hacer un pequeño reseteo mental, quizá algo obligado cada vez que un equipo de los llamados terrestres pasan por un escenario como el Camp Nou. Emery y su equipo de trabajo han insistido en mentalizar a la plantilla de que la guerra del Sevilla viene ahora, con dos rivales que pueden marcar la dinámica de resultados hasta el parón navideño, el Feyenoord en la Liga Europa y el Granada en la Liga.

Suele ser recurrente en este tipo de situaciones pensar en que será el momento de aquello que dieron en llamar "rotaciones", pero con esto tendrá que tener mucho cuidado el preparador sevillista, ya que lo que hay en juego no es poco y la competición tanto en Europa como en la Liga no ofrece la misma manga ancha que la Copa del Rey, cuya eliminatoria ante el Sabadell permite a Emery muchas más licencias en la alineación en el partido de vuelta tras el 1-6 obtenido en la Nova Creu Alta.

El técnico vasco prepara el choque ante el Feyenoord como si fuera una final y en parte lo es. El cuadro holandés, con seis puntos, superaría al Sevilla como primero de grupo si lograra infligir a los blancos su primera derrota europea del presente curso. El Feyenoord se ha convertido en un equipo peligroso en su feudo, donde al Sevilla espera un ambiente hostil, y se encuentra con moral tras escalar a la tercera plaza de la Eredivisie tras vencer en la última jornada, aunque sufrió para ganar, a un colista con diez (2-0), pues hasta el minuto 86 no logró inaugurar el marcador.

El Sevilla tiene prohibido dormirse e, igual que recrearse en los éxitos se ha comprobado cómo acaba siendo perjudicial, el mismo error supone lamerse las heridas. El 5-1 ante el Barcelona y el manteo a Messi (incluso con la disculpa de Xavi a Beto) están guardados ya en un cajón en la mente de los de Emery, que se juegan la temporada de aquí al 14 de mayo. Pasó el Barça, el primer envite de los que quedaban en 2014, pero restan Feyenoord, Granada, Sabadell, Rayo Vallecano y Eibar.