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El final de la cuenta atrás

  • Reyes y Beto, titulares con fecha de caducidad en el club. Sin movimientos y sin la intención por parte del Sevilla de renovarlos, ambos podrán negociar libremente su futuro el 1 de enero.

La noticia está en que no hay noticia, es decir, el gran movimiento está en que no hay movimiento. A unos días de que puedan negociar oficialmente con cualquier otro club, nadie en el Sevilla piensa en la continuidad tanto de José Antonio Reyes como de Beto más allá de la finalización de sus respectivos contratos, con fecha de caducidad en ambos casos el próximo 31 de junio. Así, a partir del 1 de enero la normativa les permite llegar a un acuerdo con terceros equipos y comprometerse de cara a la próxima temporada.

Son titulares fijos a día de hoy en los planes de Unai Emery, pero por una circunstancia o por otra tienen muy pocas posibilidades de continuar la temporada que viene en la disciplina sevillista. El tiempo ha pasado y el club no ha movido un dedo para tratar de iniciar un proceso de renovación que ya no se espera, pues es un secreto a voces que al Sevilla no les interesa.

Curiosamente, en el caso de Reyes coincide esta circunstancia con uno de sus momentos más dulces de forma desde que llegó hace ahora tres años. Pero su altísima ficha, su edad y la irregularidad que su rendimiento ha tenido desde que volvió a Nervión en enero de 2012 hacen que en el Sevilla no se contemple una renovación que se presupone igualmente costosa para un jugador que ha alcanzado ya los 31 años de edad y que durante este tiempo ha tenido ofertas de ligas emergentes que, si bien no tienen el caché de los grandes torneos europeos, sí tienen capacidad financiera suficiente como para seducir estrellas. Aún es pronto para saber cuál será el futuro del utrerano, pero lo cierto es que ahora mismo tiene muy difícil seguir en la disciplina sevillista, a la que llegó siendo entrenador blanco Marcelino a cambio de 3,5 millones de euros procedente del Atlético de Madrid y obligando a la entidad a hacer un gran esfuerzo para pagar su ficha. Su llegada al Sánchez-Pizjuán coincidió con la llegada al Calderón de Simeone, quien, pese a que la operación estaba avanzada a su desembarco, tuvo que dar su consentimiento. Reyes volvía a la que fue su casa después de haberse convertido en el primer jugador español en ganar una Premier League con el Arsenal y habiendo conquistado además una Liga con el Real Madrid (anotó dos goles ante el Mallorca que certificaron el título), una Copa de la Liga en Portugal con el Benfica y dos títulos europeos con el Atlético, una Europa League y una Supercopa. A estos títulos unió la pasada campaña otra Europa League con el Sevilla.

Otro caso curioso es el de Beto. Héroe en el último título que llegó a las vitrinas del Sevilla por su actuación decisiva en la tanda de penaltis tanto en la eliminatoria de octavos ante el Betis como en la final ante el Benfica, el portugués ha obtenido en este tiempo señales del club como para saber que no hay interés en una renovación pese a que no hay en la plantilla otro portero titular definido. Sin embargo, es vox pópuli que Monchi lleva tiempo buscando en el mercado un guardameta en el que descansar su confianza. Beto, también veterano (32 años), no entra en el perfil de futbolista que busca el Sevilla, capaz de revalorizarse en el mercado. "Han sido dos años muy felices", ha dicho recientemente el portugués al recoger un premio en una peña.

Igual que Reyes, llegó en el mercado de invierno, en 2013 justo para jugar la semifinal de Copa que el equipo de Emery perdió ante el Atlético. Pese a que es el titular, ni la renovación de Sergio Rico ni la presencia de Barbosa son una amenaza para él hasta junio, pero la cosa ha cambiado para él, que al final de la campaña pasada tuvo ofertas y se hizo de rogar ante los intentos del Sevilla por negociar. Ahora es tarde.

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