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Noche para jugar de verdad

  • El Sevilla necesita recuperar su versión más competitiva para guardar su portería y hacer dos goles que lo metan en semifinales. Krychowiak finalmente no se recupera y no entra en la lista, en la que sí está Beto.

Nervión se apresta a vivir otra noche en ebullición. Una de tantas en su trayectoria contemporánea. La eliminatoria ante el Espanyol apuntaba al Sevilla como claro favorito. Pero hablamos de la Copa. De ese torneo que, aun sin la carga incierta de los cruces a partido único de los ingleses -Chelsea, City o Tottenham bien que lo sufrieron el sábado-, mantiene su querencia a la sorpresa. Y como el Sevilla que compareció en Cornellà hace una semana jugó de mentira, la lógica se diluyó como se diluyó el extraño equipo que dipuso Emery en la ida. Total, al Sevilla que hoy le toca remontar un 3-1. Otra vez a remar contracorriente, como ante el Betis o el Oporto en la pasada Liga Europa. O como ante Osasuna en aquella segunda UEFA conquistada en 2007. O ante el Valencia, también en los cuartos de final de aquella Copa del 2009 en la que los sevillistas acabaron engullidos por los leones de Joaquín Caparrós en la hoguera de San Mamés.

Y la empresa de hoy pudo ser peor, mucho peor, si Bacca no emboca a gol esa enmarañada jugada, ya en el alargue, que nació en otro saque de banda desde el mismo rincón que lo botó Coke en Mestalla allá por mayo. Ese tanto del colombiano devolvió a su equipo, hasta entonces un guiñapo, a la eliminatoria. De tener que marcar tres goles para forzar una prórroga y cuatro para pasar, a tener que anotar sólo dos va una distancia tan grande como la que medió entre el Sevilla que se tragó al Málaga y el que, cuatro días después, firmó tan patética actuación en el Power8. La proverbial capacidad del equipo de Emery para salvar su cabeza al borde del abismo, ese "dicen que nunca se rinde", volvió a hacerse carne en el último suspiro de su desgraciada noche barcelonesa.

Ese gol de Bacca, además, va a meter en el Ramón Sánchez-Pizjuán a unos diez mil sevillistas más de los que tenían previsto asistir con ese desolador 3-0 provisional. Todo está dispuesto, pues, para una de esas noches en las que todos acuden al lugar de autos con una excitación especial: afición y jugadores, pero también técnicos, equipo arbitral y hasta periodistas. Los pulsos se van a acelerar. Los corazones pueden desbocarse.

Y el tablero de juego tampoco aconseja un zafarrancho a la desesperada. Se trata de marcar dos goles a un equipo inferior a ti. Y como premisa ineludible para que esa cosecha valga, será guarecer tu portería. No conceder un solo tanto al rival. Por eso las prisas, la precipitación, el desenfreno, jugaría de azul y blanco, como el Espanyol. No le conviene al Sevilla un juego alocado, de ida y vuelta.

La evidencia de que dos goles se marcan en un suspiro la tuvieron los de Emery hace una semana. Peor no podían jugar los de rojo, más a favor no lo podían tener los catalanes, y aun así, Bacca apareció y apenas un minuto después, Denis Suárez tuvo otra clarísima ocasión para haber hecho un 3-2 injusto, pero inapelable.

Lo primordial para el que debe remontar, el Sevilla en este caso, será jugar de verdad. No de mentira, como hizo en la ida. Jugar con dominio, pero un dominio eficaz, que incomode al enemigo. Que lo someta y obture los caminos hacia Beto o Sergio Rico. Si los sevillistas bloquean el juego de contragolpe y logran aislar a Sergio García y su conexión con un Caicedo en racha, tendrán mucho ganado atrás. En este punto, las miradas convergen en el tobillo de Krychowiak, hinchado tras la artera entrada del valencianista Gayá. El polaco se resiste a su suerte, trata de resignarse a perdérselo, aunque su entorno ve casi imposible su concurso. Sin él, la gran disyuntiva: ¿Mantener a Carriço atrás y situar a Banega o Coke junto a Iborra, o adelantar al portugués a la medular y meter como central a Kolodziejczak?

Sólo si Emery da con la tecla y el Sevilla a su vez defiende de verdad, crecerán de forma exponencial sus posibilidades de que le basten dos goles para pasar. Y dos goles se pueden hacer en un momento... si el equipo ataca con dinamismo, abriendo el campo, asociándose. Con un ataque de verdad.

Krychowiak no llega y no entra en la lista

Krychowiak no podrá jugar finalmente el partido de esta noche al no haberse recuperado a tiempo del esguince de ligamentos de grado II que sufrió en el tobillo izquierdo en el choque liguero en Valencia. Por ello, la baja definitiva de Krychowiak es la mayor novedad en la lista de dieciocho futbolistas facilitada este jueves por el técnico Unai Emery tras dirigir un último entrenamiento antes del encuentro, y en ella le sustituye el defensor francés Kolodziejczak con respecto a los que fueron citados para Mestalla. Por el contrario, sí está en la convocatoria el central argentino Nico Pareja, que se ha restablecido de las molestias en el isquiotibial derecho con las que acabó el partido contra el Valencia y que arrastra desde hace unas semanas. En relación al encuentro de ida de esta eliminatoria copera, regresan además a la lista el portero portugués Beto y el centrocampista argentino Éver Banega, que jugaron el domingo en Liga, pero no estuvieron hace una semana en Cornellá. Además del lesionado Krychowiac y del meta argentino Mariano Barbosa, quien no ha sido convocado por decisión técnica, el Sevilla tiene las bajas por lesión del medio uruguayo Sebastián Cristóforo, el lateral francés Benoit Tremoulinas y el delantero José Antonio Reyes, así como del camerunés Stéphane Mbia, en la Copa de África. 

La convocatoria la forman Beto, Sergio Rico, Coke, Diogo, Fernando Navarro, Carriço, Pareja, Arribas, Kolo, Aleix Vidal, Iborra, Banega, Vitolo, Denis Suárez, Deulofeu, Iago Aspas, Bacca y Gameiro. 

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