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En su hábitat natural

  • El Sevilla, tras superar tres 'finales anticipadas', se cruza con la Fiorentina en busca de pelear otra vez por la gloria ¡Los sevillistas llegan ahí por cuarta vez en la última década!

Nuevas semifinales europeas para el Sevilla Fútbol Club. Sí, se dice muy fácil, pero será la cuarta vez en la última década que la entidad nervionense esté entre los cuatro últimos aspirantes al título de la segunda competición continental tras haberlas jugado, y ganado por supuesto, en 2006, 2007 y 2014. Entonces sus rivales fueron el Schalke 04, Osasuna y Valencia, respectivamente; hoy le toca el turno a una Fiorentina igual de ilusionada o más por el reto que tiene por delante por la sencilla razón de que la escuadra italiana ganó su título europeo en 1961, al conquistar la Recopa, y no llega a una final desde 1990, cuando la perdió contra la Juventus. La motivación es extrema por ambas partes, pero está claro que a favor de los sevillistas juega ese romance que mantiene con la Liga Europa en los últimos tiempos hasta el punto de convertirla en su competición fetiche.

Pero antes de hablar de la eliminatoria que esta noche comienza habría que darle el valor que merece, los cursis de la actualidad dirían poner en valor, a la dificultad de llegar hasta este día. Son casi doscientos los clubes que parten con la misma idea en las eliminatorias previas del verano, incluidos los que caen en la máxima competición continental, como el Nápoles, que es uno de los cuatro semifinalistas. Después entran en esta Liga Europa los terceros en la Liga de Campeones con la idea de pelear por el segundo título que tienen a su alcance, como ese Zenit que fue eliminado por el Sevilla hace apenas dos semanas en San Petersburgo.

Y el equipo de Unai Emery ha sido capaz de llegar hasta aquí después de no tener mucha suerte precisamente con los sorteos. Porque el grupo que le correspondió fue el más igualado de todos, con los cuatro equipos metidos en la pelea por las dos plazas que daban la clasificación casi hasta el final; porque en el primer cruce ya tuvo que enfrentarse al Borussia Mönchengladbach, tal vez el segundo equipo más en forma de la Bundesliga, como se ha podido comprobar después tras derrotar al Bayern y al Wolfsburgo, que son los que lo preceden en la clasificación; porque en el segundo se medía y barría a un Villarreal que era piropeado por todos los analistas futbolísticos entonces al considerarlo poco más o menos el ideal del fútbol moderno; y, para colmo, más tarde se pondría por delante el Zenit con todos los millones invertidos gracias a las inyecciones de Gazprom.

Todos esos obstáculos fueron superados por un Sevilla capaz de situar el listón cada vez más alto. Y ahora le llega el turno a la Fiorentina, un rival de un nivel parecido tanto económico como por las similitudes existentes entre ambas ciudades. Eso sí, con la diferencia futbolística de que toda Florencia tuerce por el equipo viola mientras que aquí hay dos tendencias balompédicas. Tanto es así que una de ellas, la que no está, parece que también juega esta noche, según se desprende de las declaraciones efectuadas por Joaquín, el nuevo director deportivo, Eduardo Maciá, y el lateral Piccini.

Es lógico que todos ellos estén particularmente metidos en esta eliminatoria por una causa u otra y no cabe el menor reproche hacia esos sentimientos, faltaría más. Pero quienes litigarán por estar en Varsovia el 27 de mayo serán el Sevilla Fútbol Club y la Associazione Calcio Firenze Fiorentina y a partir de ahí habrá que ver cuál de las dos escuadras es más fuerte durante estos 180 minutos, o 210 si hubiera una prórroga en la vuelta, previstos para hoy y para el próximo jueves en el Ramón Sánchez-Pizjuán y en el Artemio Franchi.

Y después de esa presentación de las diferentes circunstancias que rodean a la eliminatoria, qué se puede anticipar en los análisis sobre lo que ocurrirá en el césped. En teoría, sólo en la teoría, esta Fiorentina parece un rival algo menos duro de los que se han cruzado con el Sevilla hasta el momento en la Liga Europa, pero, ojo, que esto no supone ningún menosprecio hacia un equipo cargado de excelentes futbolistas, algunos de ellos menos conocidos para el gran público en España, pero que tienen una excelente proyección. En esos casos se hallan los balcánicos Savic, montenegrino, Tomovic, serbio, Badelj, croata, e Ilicic, esloveno. Ése es un mercado que ha trabajado muy bien la entidad viola en las últimas temporadas y de inmediato se vienen a la cabeza los traspasos del montenegrino Jovetic al Manchester City y del serbio Ljajic a a la Roma. Ambos dejaron un buen puñado de millones en las arcas de la entidad de Florencia.

Pero no son los únicos futbolistas de renombre en esta Fiorentina. El más conocido por estos lares es Joaquín, ya veterano pero capaz de meter jugadas individuales en el youtube constantemente, aunque también están Borja Valero, el central Gonzalo, los también expertos Vargas y Pizarro, dos centrocampistas de la calidad técnica de Aquilani, y un delantero del prestigio del hispano-alemán Mario Gómez. Para finalmente llegar al egipcio Salah, un excelente jugador llegado del Chelsea en la operación Cuadrado.

En definitiva, no sería bueno menospreciar la entidad del rival y es evidente que el Sevilla, particularmente Emery y Monchi, no lo van a hacer. La confianza en el estado físico y futbolístico de la plantilla nervionense es absoluta, entre otras cosas porque transmite que ha llegado en un momento mejor incluso que en el anterior curso cuando se midió contra el Valencia en esta penúltima ronda, pero el respeto al adversario es máximo.

Un último factor que puede ser también decisivo es la magia que irradia de nuevo el Sánchez-Pizjuán. Los malos rollos, al menos durante los partidos, parecen aparcados y con sólo pensar en los partidos contra el Barcelona y el Real Madrid es complicado obviar la trascendencia de esta cuestión.

Son muchos los motivos que se combinan para que el Sevilla pelee al máximo por estar no ya en las cuartas semifinales europeas en una década, sino en la cuarta final. Ése es el reto y por él pelearán esta noche catorce futbolistas y varias decenas de miles de sevillistas. Están en su hábitat natural y ya saben cómo recorrer ese mismo camino.

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