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La huella indeleble de la honradez

  • Fernando Navarro se despide entre lágrimas y multitud de agradecimientos: "Mi paso por el Sevilla ha marcado mi vida".

Familiares, compañeros, periodistas, técnicos, directivos, utilleros, fisioterapeutas... El medio centenar de personas que llenó el antepalco del Sánchez-Pizjuán para despedir a Fernando Navarro se puso en pie cuando el presidente del Sevilla solicitó una ovación para el capitán que levantó la cuarta UEFA Europa League. Fue una ovación cerrada, sentida. Luego habría otra, cuando el jugador concluyó su sincero discurso, entrecortado por la emoción de una voz quebrada que intentaba desatar el nudo de su garganta. Siete años después, Fernando Navarro dijo adiós al Sevilla, su club, el que defendió desde la implicación y el compromiso callado, en los buenos y en los malos momentos.

La huella de su honradez queda indeleble, con el honor de estar entre los 25 que más veces defendieron al Sevilla. José Castro refirió una anécdota: se ofreció a jugar un día después de enterrar a su padre en Barcelona. Había derbi y Emery no tenía defensas, y jugó de central. "Ésos son los jugadores que yo quiero para el Sevilla. Los comprometidos. Ésos son los hombres que dignifican el fútbol, los que dan realce al escudo que defienden".

Fernando Navarro dio las gracias incluso a los periodistas. A la afición, a los utilleros, a los médicos, al delegado, a los amigos... Y a José María del Nido, "por transmitirme la pasión del sevillista y lo importante que es defender con honestidad el escudo del Sevilla". Y a José Castro, "por estar siempre pendiente de mí y tratarme como a un hijo". Y a Monchi, "por fijarse en mí y permitirme vivir este sueño". Y a todos los entrenadores, "por hacerme crecer y confiar en mí".

Especiales fueron sus palabras hacia Palop: "Mi capitán. Me marcaste mucho como persona y profesional. He intentado aprender de ti". Y calaron las dedicadas al club y a la afición. "En el Sevilla he terminado por amar al fútbol, amar a un equipo. Es un club que te envuelve, que te hace implicarte, que te llena. No puedo decir que nací sevillista, pero sí puedo decir orgulloso que moriré sevillista". "Me voy enamorado de una ciudad y un club que me lo han dado todo", concluyó el capitán de la cuarta.

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