Deportes

El maestro Agu y el aprendiz Freddy

  • El técnico del División de Honor y el gran ídolo sevillista relatan su "enriquecedora" y mutua experiencia formativa.

"30 segundos... 20 segundos". Mientras el fisioterapeuta José Díaz cuenta el tiempo que resta para el último partidillo entre los técnicos y los jugadores, Marcos Gallego y Corona reclaman el gol que les hace falta para ganar el torneo de despedida del último entrenamiento del División de Honor con Kanoute. "A Freddy, a Freddy". El gol no llega y ganan los chavales. Puede haber sido la última vez, o no, que el mito despliega su elegancia en los campos de la ciudad deportiva del Sevilla. Luego, hay que recoger los bártulos. Camino de los vestuarios, varios chavales dialogan con la leyenda. Es la penúltima ocasión de acercarse a él. Antes de ducharse, sesión de fotos en la puerta del vestuario. "Creo que en toda mi carrera deportiva no me han hecho tantas fotos como en este mes". Freddy, el mito, está más cercano que nunca.

Su inopinado maestro ha sido Agustín López, técnico del División de Honor, campeón de España con el Sevilla en 2012 como ayudante de Diego Martínez, antes de repetir título, ya como primer entrenador, en 2013 y de hacer campeón de la Copa del Rey al Sevilla en 2014 en las mismas barbas de Florentino Pérez. La maestría del técnico juvenil va más allá de los títulos, según Kanoute, que ha formado parte de su cuerpo técnico hasta ahora. Antes de regresar a Dubai, el aprendiz Freddy relata su experiencia.

Kanoute acaba de conseguir el título UEFA B de entrenador de la PFA en Londres, para gestionar mejor las escuelas de fútbol en Dubai (KAFO Academy) y Bamako (Yeleen Olympique), en paralelo a su labor humanitaria en La Ciudad de los Niños Sakina, que significa paz interior. "Y porque tenía ganas de aprender ahora que he dejado el fútbol, aprender cómo se trabaja con los chavales", señala. "La escuela de Dubai es más abierta a todo el mundo y sí se paga matrícula. La de Bamako es más selectiva y gratuita. Allí no pueden pagar y queremos dar un ejemplo en África sacando jugadores. Ya tenemos algunos en clubes de Francia y Portugal". Para hacer las prácticas, qué mejor sitio que la ciudad deportiva del Sevilla. "Casi era una obligación hacer las prácticas en el Sevilla. Mi familia estaba de vacaciones en Zahara de los Atunes y me venía muy bien además. Me pusieron con Agu, me dijeron que era el mejor para aprender". ¿Y lo es? "Agu es uno de los mejores formadores de chavales. Es un apasionado, no puedes trabajar con estos chicos si no te gusta la profesión. Es un tío de oro, lo cuida todo. Desde las seis de la mañana ya está organizando cosas y es casi un psicólogo con los chicos. Me ha sorprendido de este cuerpo técnico que, en un equipo juvenil, trabaja como los profesionales. Bases de datos, cargas de trabajo, planificación... Muchas horas".

Ver a Kanoute como técnico fue sorprendente al principio. "El primer día estaban jugando un partido y no había pausa, iban a por todas, era un correcalles. Me dijo Agu que me querían impresionar. Luego hemos trabajado con naturalidad". "El primer día dijimos, 'ostras, Kanoute'. Es un aliciente estar junto al mito. Luego te acostumbras, es muy sencillo, muy llano, y ha aportado cosas interesantes, sobre todo los movimientos en el área, los posicionamientos para controles y remates, los penaltis", relata Marcos Gallego.

Agustín López está encantado con la experiencia. "Lo hemos disfrutado desde la grada y tenerlo en el vestuario es algo fuera de lo común. El cuerpo técnico es una familia y lo acogimos como uno más. Y para los chavales fue como un regalo de Reyes Magos, poder hablar con él, entrenar con él, es tener al ídolo de las estampitas en carne y hueso", reconoce el técnico juvenil. ¿Y cómo es el mito en el día a día? "Es buena persona, educado, muy correcto, siempre respetando el estatus y los códigos internos de la profesión. No todos los ex jugadores actúan así, pero él se ha dado cuenta de que está en una fase de aprendizaje. Es un comportamiento inteligente".

Kanoute ha hecho de todo. "Al ser un grupo juvenil, todo el mundo está obligado a recoger el material. Él era uno más. Y también nos ayudó con trabajo específico con los delanteros", relata Agu. "Me trataron como uno más, incluso planifiqué yo ejercicios y tareas específicos", dice Kanoute. El jueves se despidió, pero su huella sigue ahí, imborrable, legendaria.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios