Champions League: Borussia Mönchengladbach-Sevilla · El apunte

Mal día para el romanticismo

  • Emery apuesta por tener el balón a cualquier precio en el partido más inoportuno con el doble pivote Krohn-Dehli-Krychowiak, que acaba ahogado en la presión y el empuje del Borussia.

Las apuestas valientes siempre no son las acertadas. Poco se ha dado esta temporada el doble pivote Krohn-Dehli-Krychowiak con Banega por delante, un semi-experimento romántico que Unai Emery se ha guardado para un mal día, el hasta ahora más importante de la temporada.

El técnico del Sevilla sabía de la presión alta del equipo alemán y optó por intentar superar esa primera línea de hasta cinco jugadores con la salida de balón del danés, más dinámico que N'Zonzi. Sin embargo, desde el principio, el experimento fue fallido. El ex del Celta, rodeado de alemanes, no lograba conectar casi nunca con la segunda parte del plan, un Banega que se tenía que encargar, ya con menos hombres por delante, de abastecer a las tres puntas de lanza sevillistas: Konoplyanka, Vitolo y Gameiro. Para colmo, cuando ocurría, la falta de acierto de cara al gol minaba la apuesta de Emery y a un equipo desbordado y roto.

La primera mitad fue un tormento para el Sevilla y el danés, que, intimidado por la presión rival y, casi siempre de espaldas en la corona de su área, sólo encontraba como socios una y otra vez a Sergio Rico o los centrales en un riesgo innecesario. Cuando no, se dormía o protagonizaba pérdidas que propiciaban la avalancha alemana. Sobre el minuto 40 incluso permutó con Banega visto lo infrutuoso de su rol. En ese planteamiento por el fútbol de toque le faltó al Sevilla precisamente el Iborra o el Llorente de turno que sirviera desahogo en los balones largos, que sólo encontraban a jugadores de talla menor para generar la segunda jugada ante la bien plantada defensa germana.

En los primeros compases de la segunda mitad, la historia fue la misma hasta que el cansancio dio algo de cuartel a la dupla de medios centros sevillistas. El 2-0 agravaba aún más la historia y ahí se acabó el semi-experimento. Entró en N'Zonzi y dio algo más de solidez al centro del campo, pero ya era demasiado tarde para volver al plan de toda la temporada. El de la anemia fuera de casa, pero también el de las victorias ante el Real Madrid y el Barcelona. No salió Iborra, un futbolista presente hasta ahora en casi todos los partidos de la temporada y que se cayó en el encuentro más importante. En el que la apuesta por el balón en lugar de por la competitividad ahogó al Sevilla cual presión alemana hasta humillarlo y dejarlo fuera de al Champions.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios