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Giro hacia la experiencia

  • La próxima llegada de Sirigu, a falta de perfilar trámites, aportará oficio, veteranía y sobriedad tras dos años de apuesta por la juventud de Sergio Rico y David Soria

Después de dos años en los que el Sevilla ha confiado en la juventud de Sergio Rico y David Soria, la dirección deportiva da un giro hacia la experiencia con la llegada, inminente, de Salvatore Sirigu. El portero internacional por Italia es seis años mayor que el meta sevillano, que cumplirá 23 el 1 de septiembre, y ganó la Liga Europa en Varsovia con 21, y el madrileño, quien cumplió 23 en abril y con esa edad ganó el título en Basilea. Las conversaciones entre los rectores de Nervión y los del PSG están bien encauzadas para obtener la cesión, sin opción de compra, del meta sardo (Nuoro, Cerdeña, 12-01-87), quien aportará veteranía, oficio y sobriedad a la portería sevillista, en un año en el que el club quiere dar un salto cualitativo en la Liga y en la Champions.

La lesión de David Soria, que se fracturó cuatro falanges de la mano derecha después de la Supercopa de Europa, abrió la posibilidad al club de realizar este giro que venía reclamando parte de la afición. Más allá de la confianza que la dirección deportiva tenga en los porteros de la cantera, plasmada en las renovaciones que firmaron Sergio Rico y David Soria hasta 2019, Sirigu ofrece mucha más experiencia en la alta competición a sus 29 años, tanto con el PSG, con el que fue titularísimo en la Ligue 1, la Liga Europa y la Champions entre 2011 y 2015, como con la selección italiana, con la que estuvo en la pasada Eurocopa. De hecho, el habitual suplente de Buffon incluso jugó el último partido del grupo de clasificación del certamen ante Irlanda.

Guardameta de 1,95 metros, su envergadura no está reñida con la agilidad bajo el arco ni con el buen juego con los pies. Al margen de la sobriedad y el oficio que atesora. Sirigu sabe jugar la pelota gracias a que en sus inicios era delantero. De hecho, cuando comenzó a jugar en Nuoro era un atacante que lanzaba muy bien las faltas. Pero un espasmo respiratorio por asma en un torneo juvenil lo privó de ser jugador de campo para especializarse como guardameta gracias a su altura y su agilidad.

En el PSG ha triunfado hasta que el fichaje del también internacional, pero por Alemania, Trapp lo relegó a la suplencia. Eso acaeció el verano pasado y el regreso de Areola tras su cesión al Villarreal terminó de convencer al meta sardo de que lo mejor era buscar una salida. El Sevilla le garantiza ese protagonismo que no podían hacer otros equipos italianos que estaban detrás de él. Además, hasta el Sevilla han llegado buenos informes de su valía desde el propio Unai Emery, quien se ha encontrado en París con un problema en la portería por la apuesta del club en Trapp y Areola.

En su etapa en el Parque de los Príncipes, Sirigu deja una huella importante. A comienzos de 2013 batió el récord de imbatibilidad de 697 minutos que mantenía un mito del PSG como Bernard Lama, para dejarlo en 949. En el Palermo, donde comenzó a despuntar antes de que el club parisino pagase por él 3,9 millones de euros en julio de 2011, llegaron a llamarlo Walterino, en recuerdo de Walter Zenga. Su protagonismo en el PSG, después de jugar 145 partidos de la Ligue 1 (69 de ellos sin encajar gol) y otros 30, nada menos, de Champions, decayó cuando Nasser Al-Khelaifi apostó en el verano de 2015 por la proyección de Trapp, por el que pagó 9,5 millones de euros al Eintracht de Fráncfort. Pero eso no impidió que Antonio Conte lo citara para que acudiese este verano a la Eurocopa de Francia.

El Sevilla y el PSG avanzaron ayer en la negociación por el jugador, por el que se habían interesado también equipos de la Premier League. Su llegada a Nervión, por lo tanto, ha de ser inminente.

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