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Manzano cae de pie (0-1)

  • El Sevilla se impone en el infierno de Dortmund en el debut del jiennense después de sufrir más de la cuenta ante un rival con diez. Un gol de Cigarini decide y otorga un triunfo vital para el futuro

El fútbol es así de caprichoso. Cuatro pinceladas, un discurso nuevo y el aire cambia de dirección. Con Gregorio Manzano el Sevilla mejoró algo en intenciones, no en acciones palpables, pero tuvo la fortuna de cara para hacer que el debut del jiennense fuera felicísimo, con un triunfo de una importancia capital no sólo por su efecto clasificatorio en la Liga Europa sino por el que tendrá en la moral de un equipo que parecía imposible que se levantara del agujero en el que había caído.

 

Manzanó retocó algunas cosas, lo que le dio tiempo al hombre en apenas un par de días de trabajo, y el Sevilla salió triunfante del infierno amarillo con dos golpes de fortuna, porque todavía le quedan muchas cosas que mejorar, sobre todo en los mecanismos del sistema defensivo, que sufrió muchísimo ante el empuje de los alemanes y no debía ser así teniendo en cuenta que los locales jugaron toda la segunda parte en inferioridad numérica tras la rigurosa expulsión de Schmelzer. No obstante, no se le pueden restar méritos a una victoria que cambia el panorama inmediato de la situación de cabo a rabo. La cita tenía muchas dificultades por todo, por cómo llegaba el Sevilla a Dortmund y por cómo estaba un rival que iba lanzado en la Bundesliga y que en su estadio aprieta de lo lindo. 

 

Porque el Sevilla se encontró un escenario que salpica fútbol. Un ambiente ensordecedor con una afición que se asemeja a la de los equipos turcos o griegos. Aunque el estadio no se llenó, la especial acústica del recinto convertía la noche en una cita que tenía muy poco que envidiar a otros partidos que los blancos han jugado en su más reciente periplo europeo, salvando las finales, claro. Pero es que éste es ya otro Sevilla. Manzano dispuso en el campo un once con los cinco fichajes de esta campaña y con un dibujo que arropaba mucho más el sistema defensivo, que había sido una feria en los últimos tiempos. Con Guarente tapando los despistes de posición de Zokora, el Sevilla que se encontraban los alemanes era sobrio al principio. Numéricamente explicado podía aquello asemejarse a un 4-2-3-1 o un 4-4-1-1 en el que se veía orden, mucho más equilibrio y menos sensación de vulnerabilidad. Era en esa fase un Sevilla compactado, con poca alegría arriba, es verdad, pero con el cuchillo preparado en la banda para en cualquier momento cogerlo. No quería decir esto que no sufriera, pues luego la cosa se pondría caliente. Los primeros veinte minutos los controló bien, pero luego llegó una fase en la que el Dortmund apretó y Barrios dispuso de dos y hasta tres buenas ocasiones en las que se encontró al Palop de las grandes citas europeas.

 

Lo que quizá le faltaba a este nuevo Sevilla para que pudiera hablarse a boca llena de mejoría era conexión, un poquito de más chispa en esa pieza, ayer Cigarini, que debía enlazar a Luis Fabiano con el equipo. Pero el italiano, que había hecho una primera parte flojita porque tiene poco físico aunque llena de intenciones, le tenía guardada al sevillismo una gran alegría al cazar lo que vino después de una falta lanzada por Guarente y provocada por Dabo, quien acabaría el encuentro antes de tiempo por lesión. El 0-1 enmudeció el Signal Iduna Park porque llegó además en un momento crítico para un equipo que debe llevar el peso de la situación, justo antes del descanso y con el tiempo cumplido.

 

Pero todo se le pondría todavía más de cara al equipo de Manzano a la vuelta del descanso. Con sólo cuatro minutos en juego, una acción de Dabo con el lateral local, que ya tenía tenía una tarjeta por la falta al francés en el origen del gol, acabó con el rival con uno menos por expulsión de Schmelzer. Se le ponía muy cuesta arriba la noche al animoso equipo amarillo, que encima veía cómo el árbitro no le daba ni una sola concesión ante el enfado cada vez más creciente de la grada. Sin embargo, el Sevilla no tendría la tranquilidad ni el aplomo para serenarse, tener la pelota y evitar que el Dortmund, con diez, siguiera insistiendo y hasta tuviera ocasiones claras para empatar, como aquella jugada en que Kanoute rozó el penalti o en un despiste de los centrales que dejó al japonés Kagawa solo delante de Palop. La suerte se alió de nuevo con el Sevilla y el balón lo repelió el poste. No quedarían ahí los sufrimientos, pues un balón colgado sin Palop en la portería lo sacaría no se sabe cómo Cáceres, para que Manzano, una vez que ha respirado, pueda empezar a poner de verdad las bases del nuevo proyecto. No es el mago de Oz, pero se le parece.

Ficha técnica.

Resultado. Borussia Dortmund, 0 - Sevilla, 1 (0-1 al descanso).

Alienaciones:

Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender (Lewandovski, min. 76), Sahin, Blaszczykowsky (Owomoyela, min. 76), Kagawa, Grosskreutz (Da Silva, min. 85); y Barrios.

Sevilla: Palop; Fernando Navarro, Cáceres, Alexis, Dabo (Escudé, min. 65); Navas,  Zokora, Cigarini (Kanouté, min. 52), Guarente, Perotti; y Luis Fabiano (Negredo, min. 81).

Gol. 0-1. Min. 45.- Cigarini

Arbitro. Mike Dean (Inglaterra). Expulsó por doble amarilla a Schmelzer (mins. 44 y 49) en el Dortmund, en el que amonestó a Grosskreutz (min. 52) y Hummels (min. 71). Amonestó también a Guarente (min. 52), Kanouté (min. 58), Navarro (min. 66) en el Sevilla.

Estadio. Signal Iduna Park. Unos 40.000 espectadores. 

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