Pablo Blanco, director de fútbol base

"Si el entrenador del primer equipo no saca jugadores, todo lo que viene detrás se para"

  • Una leyenda sobre el césped y otra pisando campos de albero, la voz de la cantera se considera un "vaticinador de futbolistas"

Ha tenido que torear a padres, a madres, a representantes, a entrenadores, a secretarios técnicos, a directivos de poca monta y a miles de listillos que se mueven en los sótanos del mundo del fútbol. Porque lo que hace Pablo Blanco Blanco (Sevilla, 16-12-52) luce, pero se cuaja en mucho campo de tierra (ahora hierba sintética) y quizá por eso no sea tan grato como algunos crean. Como todo el mundo sabe, llegó al Sevilla muchísimo antes (supera a Arza en el top de partidos oficiales con 415), pero entró por primera vez en un despacho en el 84 como adjunto a Ángel Castillo.

¡Qué bien juega Luis Alberto! La cantera está de moda. ¿Quién se acuerda de la cantera? 

-Cuando a las vacas se le ven las costillas mirar abajo es lo normal.

-Es el recurso más barato que tiene una institución en tiempos de crisis. Eso es así y dos y dos son cuatro. Lo que sí es verdad es que el Sevilla no ha sido un club 100% de cantera nunca. Ha habido momentos de 70% en la plantilla, en tiempos de Manolo Cardo, otros de 30% o 40% en tiempos recientes. Sí hemos sido un club que ha trabajado muy bien la cantera y hemos obtenido recursos a nivel deportivo y económico de jugadores de la base.

-¿El actual momento de la cantera del Sevilla se puede considerar bueno porque hay una buena cosecha que aprieta o porque la situación del primer equipo obliga?

-La generación actual que está en el Sevilla Atlético se veía venir bien porque está formada por los dos equipos que fueron campeones de España. Está bien dirigido por un técnico que lleva tiempo y se juntan dos parámetros claves en el trabajo de cantera que son la paciencia y la continuidad. El Sevilla tiene que estar tranquilo no sólo por esta generación de Salva, Bernardo, Rodri, Luna... sino porque detrás viene también una serie de jugadores que son internacionales. Aunque tengan menos edad, nosotros intentamos que entrenen todos con el filial. Luque, Garrido, Israel Puerto, Jairo Morilla, Campaña… Lo otro ya es otra cosa. En la primera plantilla hay muchos futbolistas con contrato en vigor y deshacerse de ellos es complicado y cuesta mucho dinero, pero la materia prima está ahí. Sería un buen momento porque viene una generación buena y, además, Monchi la conoce muy bien y me consta que está por la labor, pero la plantilla la conforman muchos hombres. Recursos los tiene. Otra posibilidad sería ascender con el Sevilla Atlético y contar con estos chavales y sin que se produjeran muchos cambios en la primera plantilla. Yo creo que están por las dos cosas.

-Hay clubes que desprecian la cantera por el coste que tiene...

-Nosotros tenemos los gastos bastante controlados. En torno al 8% del presupuesto de la entidad. Lo que pasa es que nuestro presupuesto ahora está desmedido. Yo hablo de un Sevilla normal. Ahora el Sevilla tiene jugadores de tres millones de euros. Puede ser un coste importante si no te sale nadie, pero el Sevilla ha obtenido muy buenos recursos de la cantera, y no sólo hablo de las ventas, sino de futbolistas que están ahora en el equipo. ¿Cuánto costaría hoy día contratar a un Jesús Navas, a un Capel o a un Alfaro?

-Casos como el de Luis Alberto se repiten cada cierto tiempo. Lo digo por esa alegría que contagian, que hace que el aficionado esté deseando sentir el pellizco. Recuerda a Moisés, a Santaella…

-Son jugadores distintos y por eso llaman la atención. Has puesto dos casos muy semejantes, Moi en los tiempos aquellos o Santaella, que era un jugador elegantísimo. Luis Alberto tiene detalles ahora mismo de grandísimo jugador, pero esos detalles después los tiene que convertir en detalles competitivos. En Primera el futbolista tiene otro tinte de inteligancia, agresividad y velocidad que no tienen nada que ver. Ahora sí es verdad que es muy llamativo y es uno de los jugadores en los que más se confía. Yo lo veo y se me viene a la mente Enrique Montero. Él era igual: fino, frío, flexible… parecía un junco.

-¿En esto hay mucho de novelería? Gusta ver al chaval antes que nadie, encumbrarlo... pero también repudiarlo cuando sale otro.

-Es verdad que el jugador de cantera se identifica pronto con el público, pero a la vez… Los amores y los desamores dependen de una línea muy delgada. Van saliendo otros que van ganando terreno. Antes era José Carlos y ahora va saliendo otro chaval y la gente está expectante. Y como Luis Alberto no sea capaz de explotar, saldrá otro que irá haciendo cosas bonitas y la gente querrá verlo en el primer equipo.

-Y la joya pasa a ser "niñato"…

-(risas) Sí, sí… Sevilla es muy así. Sevilla es de gustos efímeros, muy frívola en sus manifestaciones. Te quiero mucho o te desprecio. Ahora estoy mucho contigo y te quiero o fuera, otro... que aquí viene otro empujando que es mejor que tú.

-También dependerá de que el entrenador del primer equipo no lo deje en ese espacio que podíamos llamar limbo, donde se quedan los Alfaro, José Carlos...

-Yo siempre acuño una frase en cualquier conferencia que doy y es que el mejor entrenador de cantera es el entrenador del primer equipo porque tiene la posibilidad de ponerlo y la posibilidad de darle continuidad. Si no cumple esa función, todo lo que viene por detrás se queda parado. Es el mejor entrenador de cantera, esté quien esté, venga de donde venga y sea quien sea.

-En estos últimos años, no ha habido muchos que hayan apostado de verdad. Me remonto a Cardo, siempre referente, y a Wallace…

-Wallace dio un empuje importante a jugadores como Jesús Choya, Rafa Paz, Jiménez, Nando… Él venía de un fútbol que, aunque era escocés y era un fútbol inglesado, valoraba muc ho el trabajo de jóvenes jugadores que tenían un perfil físico importante. Después de Wallace vino un impass hasta que llegó Julián Rubio. Fue cuando salieron o explotaron Corona, Luque, Loren, Galván, José Mari, Salva... Él tenía un filial bueno, que jugaba bien y que lo tenía arriba y le dio un empujón importante a este tipo de fútbol. Después ya, aunque siguieron saliendo jugadores, hay que irse a Caparrós, con los que no fueron muchos, pero sí importantes a los que les dio confianza y eso le sirvió al club para solventar sus problemas; Reyes, Sergio y Jesús Navas.

-Tejada, el hombre de moda...

-Viene bien. Es un técnico joven con muy buenos detalles. Tiene un perfil muy actual del entrenador que se lleva ahora, tranquilo, sosegado, que habla bien…, transmite mensajes contundentes pero sin acritud… todos esos valores que él tiene posiblemente algún día, algún día -remarca- le den para ser entrenador del primer equipo.

-Se oyen comparaciones con Guardiola y con esa filosofía de cantera que también hay aquí.

-No se puede extrapolar. Son dos casos excepcionales en el fútbol. El Barcelona es un equipo de cantera pero de distintas generaciones, es decir, si nosotros contamos con los que se han ido, Reyes, Sergio Ramos, si no hubiera fallecido Puerta, si mantenemos a Jesús Navas, a Marchena, no se hubieran ido Poulsen, Keita, Daniel Alves… ese equipo lo podíamos tener nosotros si económicamente hubiésemos podido mantenerlo. Pero copiar no es bueno. ¿Que si Tejada puede ser el nuevo Guardiola?, ¿que si el Sevilla puede imitar el modelo del Barcelona? Todo eso es una auténtica barbaridad. No hay parangón. Yo no soy capaz de medir si uno está cerca del otro o va por ese camino. Guardiola ya futbolísticamente tenía una personalidad y la situación tampoco la veo muy similar. Lo que no sé es qué grado de confianza tenían aquéllos que después se pusieron la medalla por Guardiola. Si es verdad lo que se dice ahora, que todos confiaron en él (sonrisas), bueno. Habrá que pensar que es así.

-Si la calle se ha perdido, el proceso de captación tiene que ser distinto por fuerza.

-Ése es el problema. Yo digo que los futbolistas ahora son de laboratorio, son de piscifactoría. Son todos iguales porque el chaval tiene menos posibilidades o ninguna de jugar en la calle y le falta la destreza, la picaresca, la mala leche. Vienen cargados de técnica, son pulcros, supereducados, disciplinados... pero con muy pocas horas de juego. Lo ideal sería que el juego de la calle se pudiera hacer en la ciudad deportiva y hartarse de regatear… pero hoy los chavales tienen más destreza con las manos que con los pies. Son capaces de regatear mejor con una consola o con el ordenador, que con un balón de verdad.

-¿Entonces?

-Hay que buscar el que tiene el don, el que nace con ese privilegio y educarlo y no estropearlo. Nosotros cada vez los captamos más pequeños, con siete años, de los equipos de barrio y de las escuelas, que hay muchísimas. Cada Ayuntamiento tiene una, buenas instalaciones. Antes era más tarde.

-Cuénteme lo más fuerte de una madre y de un representante.

-Antes eran el padre y el abuelo y luego empezó a entrar la figura de madre, que es más proteccionista y mucho más difícil porque le duelen más las cosas que se le hacen a los hijos. Son figuras que hay que escuchar. Antes había más casos extremos, ahora la gente viene con menos fiereza. Pero yo he visto a padres pegarle a nuestros entrenadores. Desde que cerramos la ciudad deportiva hemos mejorado en ese trato. Los chavales salen más sueltos, hay menos posibilidades de llegar al entrenador y cuando llegan ya ha pasado el momento caliente… Es hasta cierto punto entendible que se sientan incómodos si ven cómo se le recrimina a su hijo porque un ejercicio no está bien hecho u otra cosa. Los representantes son otros elementos que también distorsionan el entorno del jugador, pero ya tienen un interés: que su representado juegue, que se proyecte lo más pronto posible, que gane lo más que pueda para llevarse él el 3% y, llegado el momento, que tenga una puerta abierta para poder escapar porque el club se ha portado mal con el niño, no le ha dado el dinero adecuado, no le ha dado las botas correspondientes o no lo ha tratado de una lesión…

-Pero su larguísima trayectoria le permitirá verlo como una anécdota. Es de suponer que lo mucho que le ha dado al club pesa más. ¿Se siente valorado de verdad?

-Nadie es profeta en su tierra.

-¿Qué es Pablo Blanco?

-Me considero un vaticinador de futbolistas.

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